142: Jueves

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Dios sabrá cómo pero Charlotte se ha salido con la suya y se han hecho las tantas allí. —¿Está todo mejor desde que volviste?— Pregunta Kościuszko.

—Hombre, a peor no va, pero es un poco incómodo ahora todo— afirma Louis viendo de fondo a los demás divertirse. El Prefiere quedarse esta noche sin bailar.

—Ya... Siento que te haya tocado a ti— responde el mayor.

—No importa. Pictet estará bien para el siguiente curso y yo iré a otro sitio a trabajar— dice Louis. —Tal vez no estoy hecho para ser profesor.

—¿Tienes algún sitio para trabajar?

—Sí, me reclaman bastante— afirma el suizo. —Igual no sé muy bien que elegir ya que tengo la oportunidad.

—No quiero sonar borde, Louis, pero tal vez deberías aprovechar la juventud y estudiar algo más.

—¿Algo más?— Pregunta sintiendo que el hombre acaba de tratar todos sus títulos como si no fuesen nada.

—Ahora eres joven y tienes buena cabeza para aprender lo que quieras. Tienes mucha suerte, eres muy inteligente— afirma Kościuszko. —Un grado en matemáticas o algo así.

—¿Por qué dices eso?— Pregunta pues parece algo que le diría John o Henry.

—Para que vivas la vida de joven.

—Oh, venga todos estáis igual. Tengo la vida de todo un joven. Mírame, estoy borrachísimo...— murmura apoyándose en la mesa. —Si me comportase como un adulto estaría yéndome a descansar...

—No estás tan mal— afirma Kościuszko.

—Prometí no beber— contesta sabiendo que mañana se levantará con una resaca imposible de llevar. —Voy a salir un rato, la música está demasiado alta— dice levantándose y saliendo del lugar. Le viene bien algo de silencio, pero es interrumpido por un ruido de su teléfono y rápidamente lo coge. ,—¡John!— dice contento abriendo la llamada. —¿Cómo estás?— Pregunta emocionado de escuchar la voz del joven por primera vez en lo que él considera mucho tiempo

—Un poco mejor, voy a ver si vuelvo el lunes— afirma John tirándose en su cama. —Estoy muy preocupado por los exámenes.

—No tiene que preocuparte eso— dice el mayor.

—Agh, lo sé, pero aquí también tengo muchas preocupaciones. Será mejor que vaya cuanto antes— murmura algo cansado aunque allí es aún bastante temprano. —También quiero estar contigo y acabar el curso.

—Entonces te esperaré por aquí— afirma el hombre viendo a un par de personas salir.

—Oye, ¿dónde estás?— Pregunta John escuchando ruido de fondo.

—Oh, hemos salido un rato... Me quiero regresar ya pero no me dejan— afirma sentándose en el suelo. No tiene mucho que hacer allí. —Estoy esperando a ver si se cansan.

—¿No tienes gana?

—Después de todo este año, se me han ido las ganas— explica algo harto de todo lo que ha venido pasando. —Ya no es tan divertido como antes.

—Entonces tendremos que buscar algo divertido para hacer— asegura el rubio.

Tras un rato hablando, Charlotte sale en búsqueda de su hermano y no tarda en encontrar el motivo de tan larga salida. —¿Qué te ha dicho?

—Volverá el lunes— afirma entrando de nuevo al local. —Está un poco feo que estemos aquí mientras que él está en...

—¡Venga! No pienses en eso ahora. ¡Vamos!— grita yendo hacia la pista de baile y el mayor de los hermanos vuelve a sentarse donde estaba, pero esta vez está Ludwika también.

—Toma— ofrece Kościuszko un vaso.

Sabe perfectamente que habló sobre no beber mucho y todo eso. Tal vez si estuviese con John no lo haría, o sí. Seguramente se emborracharían juntos y ya, pero está uno para el otro por si acaso. Aunque dos borrachos juntos tampoco son imparables.

Con un poco de suerte consigue quedarse durmiendo en la mesa, pero eso no pasa. Necesita dormir en absoluto silencio, así que como buenos borrachos solo terminan hablando sobre las desgracias de la vida de forma melancólica.

***

Es una hora inexplicable ya y por fin han llegado a sus habitaciones. Sabe que cuando toque la cama se va a quedar completamente dormido. Hace tiempo, aunque menos del que le gustaría admitir, que no se había pasado tanto con la bebida. Se está planteando si tiene un serio problema con el alcohol o solo es un joven más.

Hoy le ha dado por recordar gente. Incluso algunos que había olvidado. Luego de eso, ha pasado a pensar en recuerdos y también en cosas que cambiaría no tan lejanas. Si nunca le hubiese dicho a Charlotte que fuese a estudiar a esa universidad tal vez no hubiese hablado con John. Le gustaría haber dado una mejor primera impresión.

175 Días | Nueva edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora