175: Viernes

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No ha podido volver a dormirse desde que se ha despertado. No quiere despertar a Louis, sabe que le ha costado dormir y no está de muy buen humor.

Después de un rato despierto, se ha levantado muy sigilosamente para ir al baño a refrescarse. Es consciente de su preocupación. Incluso le da un poco de ansiedad todo el cambio en un año. Tendría que ir a cuidar a sus hermanos ahora que su madre no está, pero también siente responsabilidad aquí en casa. No quiere que Louis se estrese más.

Está vez su padre insistía tanto en la llamada para pedirle que regrese y Philippe quería decirle a su hermano quan de menos le echaba y pedía por favor que no se fuese de casa. Es solo un niño.

A John le gustaría poder tener a todos bien, pero ahora sus hermanos le necesitan y su novio también. ¿Con quien tendría que estar? O realmente él está pensando que le necesitan porque él les necesita a ellos. Si Louis ni está a su lado es incapaz de pegar ojo, aunque ahora Louis está ahí y no es que John esté dormido. Mejor si John está con él, al menos así puede olvidar un rato la muerte de su madre, la de Francis... La muerte está siendo muy cruel con John.

—¿Qué haces aquí?— Pregunta Louis somnoliento apoyándose en el marco de la puerta.

—Nada, solo quería ir al baño.

—No me gustan las mentiras, Jack.

—Solo pienso en la familia. Me gustaría poder ir a casa y ver a mi madre— ¿por qué estás cosas tienen que suceder cuando él está fuera del país? ¿Para no poder pasar los últimos momentos con su madre. —Mira, mejor vamos a dejarlo que me da ansiedad pensar en eso. Vamos a dormir— dice saliendo del baño y tumbándose en la cama.

El mayor solo guarda silencio y se tumba a su lado otra vez. —Gracias— murmura John al recibir el abrazo.

***

—¡No puedo más con papá, macho!— grita el mayor de los hermanos andando por la sala de estar.

—¿Prefieres que me quede unos días más?— Dice Charlotte sentada en el sofá con John.

—No hace falta. ¿Para qué vas a quedarte? Tal vez papá tiene razón y soy peor que un crío.

—¿Por qué no te sientas y hablamos tranquilamente?— dice John llegando con té y se sienta en el sillón.

—No quiero sentarme, estoy bien aquí.

—Louis, siéntate— dice John y el mayor se sienta aunque en un principio no quería. —¿Por qué no respiramos y nos olvidamos un poco de todo? Y puedo hablar yo con él si quieres.

—¿Y que le vas a decir?

—Bueno, algo le diré, como no quiere escucharte...— murmura John.

—Me ha dicho que soy infantil, ¡yo, infantil!— dice algo molesto. —No lo soy.

—Ya sabemos que no lo eres— dice Charlotte.

—Deberías ir ya o perderás en vuelo— asegura el mayor de sus hermanos viendo a Charlotte. —Martha te espera.

—Lo sé, pero no me quiero ir sabiendo cuan enfadado estás.

—No te preocupes, yo te aviso de cualquier cosa— dice John y finalmente convencen a Charlotte para pillar ese vuelo.  —¿Por qué no preparamos algo para comer y solucionamos esto después?

—¿Qué quieres comer?— Pregunta el mayor.

—¡Algo dulce!

—Eres un goloso. Venga, vamos.

***

Es la hora de la siesta, de normal no la hacen pero se están adaptando al nuevo horario de verano, que digamos. No tener clases deja bastante tiempo libre y anoche no es que durmieron muy seguido.

Como siempre, John ha despertado antes y ha aprovechado para llamar al innombrable en esa casa.

—Debe regresar aquí de inmediato. Somos su familia y sabemos tratarlo. No está listo para vivir solo.

—No vive solo, vive conmigo y también sé que necesita.

—Es una persona dependiente, lleva mucho trabajo asegurarse que todo va bien. Ahora que Philippe está mejor podemos atenderlo más y ver que es mejor para él.

—¿Y a que se viene este cambio de opinión? Todos sabemos lo que es mejor para él y él lo sabe. No sé por qué hay que discutir eso.

—¿Una boda? ¿Cómo va a ser mejor para él eso? ¿Estamos locos?

—Solo son unos papeles, no va a cambiar nada— afirma John. Incluso tienen fecha, más vale que no vaya nadie a quejarse.

—¿Y quieres eso después de tener que pasar por un estrés de un juicio y todo un lío que os habéis montado solos? Tantas cosas a la vez no se pueden. Sé de esto más que tú, John. Estas cosas nunca salen bien.

—Yo no lo quiero. Es una decisión suya.

—Cuando he hablado con él no estaba tan seguro de todo esto.

—Le estáis haciendo un lío. Si dejaras de sacar el tema cada maldita vez no estaría tan confundido.

—¿Donde está ahora?

—Descansando, le hace falta. No va a regresar a Ginebra por el momento. Ahora le toca descansar y vamos a tener un buen verano.

—Mira, no, lo siento, es que yo no lo veo. ¿Cómo va a irse a vivir contigo? Vais muy deprisa. Parad un segundo y primero que solucione todo lo que tiene que arreglar aquí.

—Hemos estado arreglando muchas cosas. Nosotros estamos contentos. Tal vez si la situation es menos exigente pensamos en regresar, ¿sí?

De esa conversación tampoco ha salido nada relevante. Es lo de siempre, eso es un poco triste. Es obvio que Philippe echa de menos a su hermano, pero a veces hay que priorizarse a uno mismo.

—Hola, bella durmiente— bromea John en el sofá dejando un libro que leía de lado.

—Hm... ¿Quieres vino?— Pregunta yendo aora la cocina recién despierto.

—¿Ni buenas tardes ni nada?— bromea viendo a su novio llegar con dos copas y una botella.

—Buenas tardes, Jackie— dice con sueño. —¿Qué estás leyendo?— Pregunta mientras abre la botella. Eso sí que es una vida tranquila.

175 Días | Nueva edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora