131: Miércoles

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-Desde que sabe que su madre ha muerto, John está histérico otra vez- escucha Louis a unas cocineras decir. -Esta casa no lo va a soportar otra vez... Voy a renunciar si sigue así.

-Ya... Esto es de locos- dice la otra mujer harta de su trabajo. Cierto que viven en esa casa y tienen varios lujos, pero a veces la situación del mayor de los hermanos saca de sus casillas al personal de la casa. -Ese chiquillo solo trae problemas.

-Debería volver a Europa cuanto antes.

Louis suspira. Él no ve a John tan loco. ¿Será que el amor lo tiene ciego? Para él no supone ningún pedo despertarse cada noche por John si es que hace falta. Él también tiene sus cosas.

Ahora no puede estar con John, está hablando con la señora Washington en la intimidad. Louis no sabe muy bien que hacer en aquel lugar. La casa está muy vacía sin Eleanor. Le encantaba cocinar con ella, mover plantas y cuidar el jardín. Aunque la ha conocido hace poco, su muerte le duele como si ella fuese su propia madre. Su sonrisa era tan agradable y siempre parecía tan feliz...

-Louis- llama Henry y el europeo se da la vuelta. -Ven un segundo- pide el hombre entrando a su despacho y el joven le sigue. Supone que Henry intenta hacer todo lo posible por la familia. -Siéntate.

Louis hace lo que el hombre le dice y mira atentamente lo que sea que Henry vaya a hacer y abre un documento en el ordenador. -¿Qué te parece?- Pregunta pasándole el portátil al más joven. -Voy hacer una gran inversión ahora mismo...

-No. Para eso invertir en maquinaria industrial. Tampoco es que yo sea bueno en economía, pero... Sí.

-¿Maquinaria industrial?- Pregunta el hombre.

-Bueno, también en petróleo, gas natural... La energía es importante. ¿O por qué no en energías sistenibles? Una central, pero eso es demasiado...

-¿Una central? Cuéntame más.

-Bueno no es una energía verde, eso dicen- afirma el joven. Una central nuclear es energía limpia, no altera el funcionamiento del ecosistema y creo que deberíamos impulsar la producción atómica y conseguir inversores. Creo- afirma jugando con sus manos. Siendo sinceros, comprar acciones de Amazon no le suena la mejor idea. -Cuando el petróleo suba, recurrían a estas energías más eficaces y baratas. Más baratas sobretodo.

-Está bien. Contemplaré la posibilidad.

-Europa querrá invertir. Es seguro. Creo que eso es todo lo que se me ocurre de momento- afirma Louis. No es que adore el mundo de las inversiones, solo quiere un mundo justo y feliz en la medida de lo posible, a veces, la bolsa lenparece un juego un poco sucio.

-Muchas gracias- dice tomando de nuevo el portátil. -¿Todo te va bien?- Pregunta el hombre desconcertando al europeo.

-Eh... Sí. Dentro de la situación actual... ¿Por qué?

-Nada, está mañana John y tú estabais hablando de algo y parece que estabais un poco preocupados- afirma pues ha escuchado de pasada un poco de la conversación.

-Oh, sí... Nada de que preocuparse- afirma el hombre. -Algunos asuntos pendientes en casa.

-Está bien. Si necesitas ayuda, dímelo- dice el hombre con una pequeña sonrisa. -Y deberías llamar a tu padre. Está preocupado por ti- afirma Henry pues, antes ha hablado con el padre del novio de su hijo. Aunque ellos no sabían que la familia mantenía el contacto.

-Oh....sí, claro- dice Louis y tal como ha dicho, tras un rato está en el jardín llamando a su casa. -Bonjour, papá.

-Louis! Vous ne nous aviez pas dit que vous alliez en Amérique ! J'étais très inquiet- dice Charles desde el otro lado del teléfono. Estaba realmente preocupado porque su hijo no le había avisado nada de lo que ha pasado. Desde luego, siempre se entera por Charlotte. -Je suis vraiment désolé pour Eleanor.

-Moi aussi- contesta. -je vous rendrai visite prochainement- asegura diciendo que pronto irá a Ginebra. -Mais pas longtemps seul pour... Arranger des papiers.

Aunque haya asegurado que solo irá a hacer unos papeles su padre está emocionado por su visita. Hasta que sale la pregunta: «¿Qué papeles?»

-Rien, papa... Ce n'est pas important. Absurdité- asegura Louis y dice que después le cuenta, pero que ahora está ocupado.

***

-John no quiere levantarse- asegura Harry sentándose en la silla para empezar a cenar entre el silencio de su familia y Louis se levanta. Debería ir a ver a John como buen novio.

-Jack...- murmura Louis entrando a la habitación y se sienta a su lado en la cama. -Tienes que comer... Aunque sea un poquito. Sé que estás muy triste...

-Louis... Mañana es el entierro...— murmura mientras el otro le abraza. —¿Vendrás conmigo a la iglesia?

—Sí, mi amor— dice dándole un beso en la frente. —Voy a ir contigo... Estoy para lo que necesites.

—La señora Washington dice que me quede dos semanas aquí como mínimo— afirma pues él mismo le ha dicho que no se siente listo para irse tan pronto.—¿Tú tendrás que ir a la universidad?

—Sí... Supongo que sí— dice un poco triste por pensar en separarse de John. —Un descanso te vendrá bien... A mí me vino bien.

—¿Vas a ir a Ginebra?— Pregunta apoyando su mejilla en el pecho de Louis. —¿Y por fin vas a poner esa denuncia?

—Sí, cielo, lo prometo. Antes de que pase más tiempo lo haré...— afirma dándole un beso. —Me han dicho que la señora Washington dice que no te quedes ahí tirado... ¿Te parece bien si vamos a algún sitio que te guste un día de estos?

—Mañana, después de la misa te enseñaré un lugar... Te lo prometo.

—Bien, ahora vamos a comer.

175 Días | Nueva edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora