92: Viernes

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-Veo que estás mucho mejor- dice Louis dándole un beso en los labios al joven.

-Algo aturdido, pero estoy bien. Feliz de poder pasar hoy todo el día contigo.

-Ayer estuve hablando con Nathan, el chico de la ingeniería- dice Louis sentándose en la cama bien cómodo.

-¿Y qué dijo?

-Que siempre le escucho y que me he convertido en un hermano mayor. No entiendo como siempre tienes razón- dice Louis y John sonríe. -Está viviendo una situación similar a lo que yo pasé, con un novio amoroso y unos padres exigentes, pero lo demás parecido.

-Eres increíble, todo el mundo que te conoce bien te quiere. No sé cómo lo haces- afirma dándole un beso en la frente y se sienta delante de él.

-Te había traído una cosa- dice levantándose rápidamente. -Es chocolate, del que te gusta- le pasa una bolsita a John.

-Oh, que lindo eres- dice John con una sonrisa. -¿Hoy no vas a la biblioteca?

-No. Quiero estar contigo, si no estás en la biblioteca no es tan interesante.

-Sabes que los libros te encantan.

-Pero no tienen cosquillitas- dice Louis tocando el pie de John.

-Ey, un día de estos te daré una patada sin querer.

-Es que eres muy mono. No puedo evitarlo- se acerca a darle un beso intenso y acaricia su oreja y cabello.

-Tienes la mano fría- dice John. -Yo te la caliento- dice tomándole las manos entre las suyas. -Me encantan tus besos, eres un amor.

-¿Intentas hoy ser más ñoño que yo? Eso es imposible, eh- dice Louis.

-Es que tú siempre eres muy atento conmigo, aunque luego digas que disocias de todo un buen rato. Siempre te das cuenta de todo lo que me pasa.

-Me gusta pensar en ti. Eres uno de los tópicos más importantes en mi cabeza. Solo me distraigo pensando en números o en ti. Eso es todo un récord.

Los dos saben que François también es uno de sus pensamientos recurrentes, pero si Louis no saca el tema John menos.

De hecho, ahora pensando en François Louis tiene algo que decirte. -Oye, me ha dicho la señora Washington que hable contigo de una cosa. Dice que cuando te cuento las cosas estoy mucho mejor.

-¿Hay algo que te preocupe, puchi puchi?- pregunta John esperando una respuesta afirmativa.

-A principios de semana o así, hablé con François. Me pidió un poco de dinero y se lo di.

-¿Por qué?

-Me dijo que lo necesitaba y ya que estoy trabajando en el extranjero creo que podía ayudarle.

-¿De cuanto hablamos?- Pregunta John.

-Unas cuatrocientas cincuenta libras- dice Louis.

-Eso es mucho para lo que ganas.

-Sí, pero vive en Suiza. No es mucho dinero para él. Es la octava parte del salario mínimo y yo no tengo ahora mismo muchos gastos. La otra mitad se la he dado a mi familia y lo que tengo ahorrado para algunas cosas que necesito. Con eso tengo suficiente.

-¿Es eso? ¿Te carga la consciencia darle dinero?

-No, solo ha vuelto a pedirme dos veces más esta semana.

-Le has dicho que no, ¿verdad?

-Lo he intentado, pero es un poco chantajista. Me ha dicho que si no le daba cien francos más subiría unas fotos. Estoy muy preocupado.

-Oh, Dios, Louis. Es un idiota. Entiendo que te preocupen las fotos, cariño, pero hay que pensar cómo parar la situación. Tampoco puedes ir regalando dinero.

-No me preocupan las fotos. Me preocupa lo que le estará pasando a François. He intentado hablar con él pero no me quiere contar.

-Louis, que se busque la vida. Tú has hecho suficiente por él. Ni dinero ni fotos ni nada.

-¿Qué sugieres que haga? Tampoco me apetece que vaya subiendo cosas. Menos ahora que lo pueden encontrar tus seguidores raros, los alumnos o mis hermanos.

-Hacer eso no es legal, no creo que se atreva.

-Si me pagasen aún podría permitirlo, pero no me vendo tan barato.

-Ay, mi chico. ¿Entonces no te preocupa lo que está pasando?

-No, solo no sé qué debería sentir. ¿Tú estarías enfadado?

-Furioso- dice John.

-Vale. Solo quería escuchar tu opinión- contesta el mayor dándole un beso en la mejilla. -Gracias.

John no entiende muy bien de qué le sirve ir recolectando opiniones, pero lo suele hacer y le funciona. Así que, si le ayuda pues lo hará.

—Creo que yo también debería estar furioso, o al menos enfadado.

—Lo que él hace no está bien.

175 Días | Nueva edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora