135: Martes

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Son las dos de la mañana y hoy no hay manera de que Louis duerma. Se siente bastante solo y cansado a la vez. No ha hablado con John pues prefiere estar aislado un tiempo, si algo importante ocurre, Henry le llamará seguro.

Es la primera noche que pasa así después de bastante tiempo. Le gusta tener a John ahí con él, pero no es la ocasión. Tampoco le gustaría que supiese todo lo que se ha liado por culpa de su relación. Tal vez si ha excedido los límites y debería ser un profesor. Maldice no saber controlar sus sentimientos, no saber expresarlos ni trabajar con ellos.

Así ha estado pensando en cosas y llorando por mil temas que en estos momentos abruman su mente hasta bien temprano en la mañana y ha empezado a trabajar.

Hoy, día nuevo, lío nuevo. Sus estudiantes anoche montaron un paripé en el comedor por lo que a las diez de la mañana tiene que ir a dirección para solucionar el tema. Por suerte aún queda más de una hora.

—Daís asco, le estáis hundiendo la vida a un chiquillo— afirma Kościuszko. —A un chiquillo de vuestra edad que es profesor y le toca tragarse toda la mierda que le estáis echando— afirma en el despacho viendo a los cinco jóvenes que más escándalo hicieron ayer. Pobre Louis, que bienvenida. —No hay ninguna norma que impida lo que hacen y no se puede hablar sin conocer. Más os vale, que cuando llegue el señor Végobre os disculpéis con él de inmediato y si no, el centro tomará medidas por hacer acusaciones tan graves.

Tras un buen rato de regaños, Louis llega y los jóvenes lo reciben con un silencio digno de entierro. —Disculpe— dice una de las chicas arrepentida de seguir el rollo de sus amigos. La verdad es que no sabía bien quién era John antes de eso, ni las edades de ninguno de los dos, ni como era la relación. Kościuszko asegura que es una de las relaciones más sanas que nunca ha visto. Louis es un chico dulce, agradable y alegre, al menos así lo ve él. Sus intenciones con John están muy lejos de ser malas.

—¿Y por eso su novio hace porno?— afirma el chico sin estar muy convencido y Kościuszko se haya sorprendido. Eso es un dato que no sabía y el propio Louis tampoco. —Debería preocuparos la imagen que le dais a esta universidad privada de mierda.

—Primera noticia de que mi novio hace eso, la verdad— dice Louis. —Y si lo hiciese, no entiendo el problema. Hace lo que hace porque quiere. Es su vida privada.

—Por ahí va subiendo fotos provocadoras y cobrando— afirma molesto.

—Eso no es problema del centro— afirma Kościuszko.

—Pero luego anda subiendo fotos sin camiseta y algunas que evidentemente no lo dejan en muy buen lugar.

—Ah, ¿qué pasa? ¿Qué no puede subir lo que quiera?— Le reprocha Louis al otro hombre que perfectamente debe tener diecinueve años. —Por lo que veo ahí estás  tú pagando para verlas.

—Venga, esta discusión es absurda— dice Kościuszko.

—A mí no me gustaría que mi universidad se ligase al nombre de un tío que sube porno.

—¡Y dale con el porno!— dice Kościuszko. Nunca había imaginado gritar esas palabras. —Qué si el chaval sube fotos sin camiseta déjalo. Ahí está ganado el dinero de pajeros. Ya está, es que no hay más problema, macho.

—Usted debería cuidar su vocabulario— Reprocha el chico.

—Mira, yo no sé qué os pasa este año que estoy echando a una de gente que no me lo creo— dice escribiendo algo en un papel. —A un profesor no se le contesta de tales maneras.

***

—Pero ya se ha solucionado el problema— dice Charlotte sentada en la cama viendo a su hermano tumbado.

—Pero la gente aún tiene opinión sobre mí— murmura disgustado. —¿Por qué me pasa esto? Ya no quiero ser profesor.

—Poco a poco la gente se olvidará de esto.

—Pobre Jack. Cuando venga se sentirá mal porque todos saben que sube fotos y no quiero que se sienta culpable. Él estaba muy contento con su página— afirma Louis y Charlotte asiente.

—Bueno, a él le gusta y no debe importarle la opinión de los demás. Se saca partido el chico.

—Al menos yo puedo tener a John todos los días y ellos pagan para verle aunque sea solo sin camiseta. Aunque eso es raro... Son sus compañeros de clase. Bueno, es su compañero de clase. No creo que los demás se la pasen haciendo eso.

—Ellos hacen paripé por hacerlo. Es normal que te guste John, es un chico muy guapo que trae a todos locos y a todas— afirma Charlotte. —Ahora deberías dormir o mañana vas a perder el vuelo— afirma levantándose.

—Charlotte— llama su hermano haciéndole un hueco en la cama. —¿Te puedes quedar esta noche?— Dice el mayor y la chica asiente acostándose junto a su hermano.

—Me estoy acostando donde hacéis bebés— bromea la joven mientras de acomoda.

—Pocos bebes me parece que hacemos— murmura el mayor.

—Pues tendréis que hacerlo más a menudo.

—No me refería a eso, pero bueno— murmura el mayor. —Oye, gracias por defenderme siempre.

—Tú también lo haces. Cuando era pequeña siempre me cuidabas y me protegías... ¿Sabes que he vuelto con Martha?

—¿Sí? Me alegro mucho.

175 Días | Nueva edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora