29: Jueves

27 3 3
                                    

¿Cómo puede ser que una crisis asmática los haya unido más? Mira que Louis pensaba que eso sería un paso hacia atrás en la relación. Pobrecito con la vergüenza que ha pasado

Hoy, Louis ha decidido tener un detalle con John después de clase ya que el americano le llevó unas hermosas flores para la habitación.

Hoy no han hablado mucho, pero puede que se estén acostumbrando a verse todos los días en la habitación del mayor.

No están teniendo una gran conversación, de hecho, están bebiendo té mientras escuchan música y John ha convencido a Louis para que le deje peinar su cabello.

El mayor tiene un pelo bastante largo y ondulado. Es hermoso. Le encanta ver cómo las ondas persisten a pesar de pasar el cepillo varias veces. No puede creer que no siga ningún tipo de tratamiento, le compartiría alguno de sus aceites y sus cosas, pero son para pelo lacio y no quiere arruinar esas hermosas formas. Es el cabello castaño más hermoso que nunca ha visto. Es bastante claro y refleja en cobre. Además, con los colores tierra que suele llevar quedan extremadamente bien. Son paletas de colores totalmente diferentes. Louis es cálido y John es completamente frío.

-Pensaba que tenías el pelo más corto- asegura. Claro, al llevarlo para atrás con ese corte, solo queda como si tuviese bastante volumen, pero con la línea al lado se nota más largo y se luce muchísimo más. -Incluso da para recogerlo y hacer trenza de raíz, eh.

-No sé, no sé peinarme- asegura el mayor.

John le hace un bonito recogido. La verdad es que podría pasarse así horas y horas.

-¿Sabes bailar?- Pregunta Louis escuchando un vals de la playlist y John asiente. -¿Quieres?- Pregunta levantándose y entrelazando su mano con la del otro. A John le siguen encantado sus manos.

-Por supuesto- dice colocándose bien. ¿Qué tipo de sueño es eso? Hoy disfrutan sin conversar. Vuelven a los primeros días donde solo habían miradas. Eso también es bonito, de hecho, les da más vergüenza mirarse a los ojos que hablar o tener una conversación. John le mira absolutamente embobado... -A veces olvido que eres mi profesor- piensa en voz alta y Louis sonríe.

-Yo también olvido que lo soy- asegura mientras siguen a sus cosas. Cualquiera de los dos deberia mover una ficha hacia delante, pero no lo hacen. De momento solo siguen con entrelazar la mano y poco más. Aunque siendo objetivos, ahora están teniendo más contacto físico que nunca. Aún están a una distancia razonable, pero eso los hace sentirse tímidos.

Piensan en pasar el día entero así, y no les apetece un mal plan. Para completar la noche terminan jugando chinchón con la baraja francesa.

-¿Entonces tu padre es un empresario millonario?- Pregunta Louis sorprendido. -Vamos, debe tener un gran nombre en Carolina del Sur.

-Es conocido en todo el país... Eso no es muy bueno. Nunca había salido de mi casa hasta ahora- asegura John. -No sé tomar un tren y estas son las primeras fiestas que he tenido en mi vida.

-Eso también es cierto. Con razón me has parecido tan educado- asegura Louis.

-A veces me hubiese gustado conocer la ciudad, pero mi padre dice que hay gente muy mala y que él tiene mucho dinero.

-Eso es cierto. Si conoces a la gente que hay por ahí suelta... Si yo fuese tu padre también haría lo mismo. Cualquiera os puede hacer algo y pedir dinero a cambio- asegura Louis. -Eso a mi me daría miedo.

-Yo sé que aquí nadie sabe de quién soy hijo, así que no pasa nada, pero tampoco me gusta ir solo. Mis hermanos tienen que ir siempre acompañados, a mi ya me dejan un poco más por libre. Tampoco quieren que estemos solos en una habitación. Eso es algo paranoico, pero mi madre dice que también nos pueden hacer algo por la ventana.

-John, no es paranoico, yo ya he visto de todo. Sé que para ti puede ser estresante, pero no sabes realmente lo mala que es la gente a pie de calle. Yo vengo de un país muy tranquilo y ya te digo que he visto cosas muy bestias...

También puede ser que Louis sea muy sobreprotector... Pero la verdad la situación de John es complicada... Sus padres tienen mucho dinero como para que ande sin cuidado. ¿Y si alguien se le acerca y...? ¡Dios no! Mejor no pensar en eso.

175 Días | Nueva edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora