128: Viernes

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—No estoy listo— afirma Louis. Están hablando del tema que tanto le incomoda, pero tienen que encontrar una solución que haga justicia. Ayer se pasó todo el día en la cama sin ánimos de levantarse.

—Tenemos que hacerlo— afirma Charlotte. —Papá es abogado, te puede ayudar.

—No quiero contarle esto— afirma Louis y John toma sus manos por encima de la mesa.

John suspira y le intenta convencer. —Es tu familia. Ellos te pueden ayudar mejor que nadie.

—John tu padre es abogado también, ¿no?— Pregunta Charlotte. Tal vez hablar con uno le hace sentir más cómodo y sabrá que hacer.

—No voy a hablar de esto con mi suegro. Es humillante— afirma Louis bebiendo de su vaso con agua. Es mejor que no tome café si está tan alterado.

—No lo mires así. Lo estás superando. Eres muy fuerte— afirma John dándole un beso en la mejilla. —Eres muy valiente y vas a hacer justicia.

—Eso es así— afirma Charlotte. —Sé que te ds lástima, pero no pueden silenciarte. Es lo mejor para él también, que le fuercen a hacer algo, a recibir ayuda, ¿no era lo que querías? Lo haremos lo antes posible, todos juntos.

Después, han ido al centro comercial para despejarse un rato. Quieren ver aunque sea una sonrisa. Es complicado pero lo van a conseguir seguro. —Oh, mira eso— dice John señalando una librería. —Miremos que hay ahí. Es muy grande— afirma arrastrando a los hermanos con él.

Louis va a la parte de ensayos y libros de ciencia y filosofía, Charlotte a los comics y John a la literatura juvenil. —He encontrado tu libro— dice John emocionado a su novio. —¿Cuando vas a escribir otro?

—Pronto, Jack, pronto— dice pensando en Dios sabe que.

Más tarde, van a ver ropa y luego a dar un largo paseo los tres juntos. Han quedado para comer con Martha en el centro de la ciudad y luego se van de fiesta para animar el ambiente.

***

—¿Verdad que vamos a bailar?— Dice John tomando una de las manos de Louis y dando una pequeña vuelta. —¿Qué es— Pregunta asomándose al vaso de Louis.

—Absenta con granadina. Lo de siempre— dice dándole a John que lo prueba. —Está mejor que la otra vez.

—Más dulce— afirma acariciando el rostro de John con delicadeza. Se ve precioso con esas luces. Tiene razón su chico, se siente valiente por salir de todo eso. Ahora está en un buen lugar, solo hace falta ver a todos a su alrededor. Incluso han venido las demás y Alexander y Tadeusz también.

—A mí me gustó la que me diste el otro día.

—Crema catalana. Te gustan las bebidas dulces, jovenzuelo— dice con una sonrisa. —Venga, vamos a bailar— dice tomando la mano de John.

Es curiosa la música de ese local, suena de todo. Incluso cosas lentas para bailar en pareja. Qué bonito se siente eso. Ambos unen sus labios en un beso dulce y romántico que hace que sus corazones vayan a mil. El mundo se ha detenido a su alrededor. Solo importan ellos y qué bien que se siente. Louis ha dejado su bebida por ahí (se la está bebiendo Charlotte), así que puede entrelazar sus manos con las de John y ojalá el beso nunca termine. Se sienten como dos locos enamorados, tan mágico como la primera vez.

175 Días | Nueva edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora