34: Jueves

22 3 4
                                    

Louis hoy tiene demasiadas cosas por hacer. No sabe si debería haberle contado a John todo aquello... Es algo ridículo. ¿Qué va a pensar de él? ¿Cómo le cuenta que ha besado a su ex hace menos de un mes? Cada vez que hace algo siente que lo arruina. De veras no es su intención, sus habilidades sociales son pésimas.

No ha dormido apenas en toda la noche, hoy ha dado clases, ha saludado a John con una sonrisa y le ha dicho que tenía trabajo y que "ya se verían este fin de".

Cuando ha llegado después de las últimas clases se ha tumbado en la cama y se ha dormido un rato. Una de las clases que tiene es insoportable. Son pocos alumnos y cada que explica se dedican a darle silbidos o decir cosas desagradables. ¿A caso están en primaria? Incluso en los exámenes y trabajos encuentra comentarios que le hacen sentir incómodo.

El resto de la tarde la ha usado en llorar a solas y fumar. No le gustaría decir que está cayendo más en el vicio estos días, le está llevando a hacer un mal uso de sus medicamentos y por supuesto no se lo ha dicho a nadie. ¿Y si Charlotte se siente decepcionada?

No sabe que más puede hacer o con quien hablar.

«Papá, puedo llamarte?» pregunta en un mensaje y en unos minutos le llega una llamada.

—¿Louis?— Dice el hombre. —¿Va todo bien? ¿Qué te pasa?

—Me siento mal, fatal— asegura tumbado en su cama. No tiene ni ánimos para levantarse...

—¿Qué pasa?— Pregunta el hombre preocupado. En el fondo está feliz que su hijo haya acudido a él, pero ¿qué tan grave debe ser? —¿Es algo médico?

—No... Estoy emocionalmente mal— asegura por teléfono. —No sé que quiero hacer con mi vida ya— dice abrazando una almohada.

—Cuéntame, Louis— dice el hombre.

—Me gusta un chico y me estoy sintiendo horrible con todo— asegura intentando dejar de llorar. —No estaba seguro si él me gustaba, vino François, pensé que debía darle una oportunidad, ahora resulta que se vuelve a casar y que si que me gusta este chico... ¿Para qué le hago caso a François ? ¿Para que?— dice quitándose las gafas. —Me besé con él y ahora me ha mandado a la mierda.

—Louis... Ya sabes cómo es y que siempre se guía por su padre— asegura Charles. —Es muy manipulable, pero tú tampoco tienes porque aguantar eso.

—¿Sabes lo peor? Qué hablé con John sobre eso. No sé porque lo hice, no debí hacerlo, ahora le debo haber dado una mala impresión y...— dice llorando. Seguramente a John le de igual, pero Louis se suele montar sus paranoias.

—¿Y crees que por eso has perdido oportunidades?— La verdad es que es la primera vez que Charles recibe noticia sobre que su hijo vuelve a estar enamorado después de François.

—No solo eso, papá. Empecé bien, pero cuando más hablo con él es peor...— asegura. —Pienso que le molesto, que digo cosas inadecuadas o que le cuento cosas que no debo.

—¿Por qué piensas eso?

—Porque así lo percibo yo— afirma. —Me gusta hablar con él, pero luego cuando pienso sobre qué hemos conversado me siento tan mal— asegura.

—Vale, entiendo por donde vas, pero Louis, hazme el favor de relajarte o vas a tener una crisis.

—Estoy harto de eso también— dice llorando. —Iba a por un café con John y tuve un a crisis, se asustó un montón y estoy avergonzado.

—Pero eso no es tu culpa, Louis.

—Sí lo es, papá— dice. —Yo solo quería ocultarlo para no quedar mal frente a él... Y ayer la volví a liar otra vez... Le hice pensar que no quiero hablar con él.

—¿Y lo solucionaste? ¿Has hablado con él?

—Sí, pero ya la he liado. Dice que lo entiende pero yo creo que debe estar cansado de mis errores. Solo necesitaba relajarme y estar solo un momento e hice que él se preocupase...

—Entiendo que te preocupe tu imagen frente a él, pero tienes que entender que si él se preocupa por ti es porque le importas. Sé que te cuesta relacionarte, él seguro sabe quién estás haciendo tu mejor esfuerzo.

—¿Tú crees?— dice el mayor.

—Sí. Lo único que pasa es que eres hipersensible, piensa que algo extremadamente vergonzoso para ti es algo que tal vez ni es destacable para otro. Estoy seguro que el chico no ve todo eso como tú lo ves. Te estás comiendo la cabeza.

—Lo sé, el otro día también me pasó delante de él y yo solo me quería morir de vergüenza.

—Tú lo ves vergonzoso, pero a mamá se le hacía adorable verte tan emocionado en una actividad durante horas. A lo mejor al chico también le apetece adorable.

—Papá, no lo creo. Él es tan... y yo soy tan...— dice cómo puede. —Si mis compañeros de universidad me veían como un extraño, un compulsivo... ¿por qué John me debería de ver normal?

—Porque ya no estás en tus primeros años de universidad, has crecido y has trabajado durante muchos años para poder mejorar tus habilidades sociales, debes estar orgulloso.

175 Días | Nueva edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora