120: Martes

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—No, no, no— dice John haciéndose una bolita en la cama. Son las tres y cuarto de la mañana y de nuevo se ha despertado. Esto empieza a ser rutina y lo único bueno que tiene es que ya lo están sobrellevando mejor.

—Ya sé que estás angustiado— dice Louis acariciando el cabello del rubio que intenta volver a respirar con normalidad. —Lo estás haciendo bien.

Se escucha que alguien llama a la puerta. ¿Quién puede ser a esas horas?

—Un momento, cariño— dice dándole un beso en la frente.

—Lleva cuidado— dice desde la cama y el mayor se levanta para delicadamente abrir la puerta y encontrar la figura de Tadeusz allí de pie.

—Oh, buenas noches— dice Louis. —¿Necesitas algo?

—Me estaba quedando hoy aquí y ¿todo está bien?— Pregunta pues ha escuchado perfectamente a John, que suele despertar de la manera menos silenciosa posible. —He escuchado desde la planta baja— dice el polaco.

—¿Qué hacías en la planta baja?— Pregunta Louis sabiendo que los profesores que se quedan en aquel lugar no duermen allí. De hecho, la habitación de John está por allá.

—Eh... Estaba hablando con Ludwika— dice justificándose algo nervioso.

—Ajá... Vale, lo que tú digas, pero lo que me dijiste... También deberías llevar cuidado con  "la planta baja"— bromea Louis. —Venga, buenas noches.

—Un momento— dice el castaño. —¿Estás con John?

—Sí, ya sabes que...— explica dejando claro a lo que se refiere. Todos los profesores conocen el historial de John, por lo que los que duermen en aquella plamta no se suelen sorprender del pobre John, que, necesita compañía y a Louis para calmarse y superar su situación.

—Sí, está bien. Buenas noches, "planta baja"— dice Kościuszko cerrando la puerta y marchándose a dormir.

—¿Qué sucede?— Pregunta John ya más relajado que hace media hora.

A Tadeusz le ha costado subir, pues en verdad estaba dormido y tenía que vestirse algo decente para ir a preguntar si todo estaba bien. Las veces que duerme allí, duerme en la otra ala del edificio o como ahora está resultando, en la habitación de Ludwika.

—Nada, cariño. Quería saber si estabas conmigo, por si acaso— dice volviendo a sentarse a su lado.

—¿Qué es eso de "planta baja"?— Pregunta el rubio algo confuso.

—Un chiste entre profesores.

—¿Ah, sí?

—Solo que llevemos cuidado con haceros visitas nocturnas o se nos puede caer el pelo— asegura Louis, pues visitar a los alumnos por la noche, además de raro, puede ser peligroso. ¿Quién sabe si hay alguien dispuesto a arruinar la reputación de alguno de los maestros? Y ya, por no decir, que pasaría si escuchan conversación privadas, las graban etc. En principio nada, pero tampoco es cuestión de que se difundan cosas o los alumnos sufran algún tipo de trato despectivo por parte de los compañeros.

***

—Sí, estoy realmente contento ahora mismo— asegura John al hombre frente al presentador Greene.

—Eso hemos escuchado, de lo poco que hablasteis en América— dice el hombre y John levantan los hombros. Ahora ha hablado con Louis y están dispuesto a ser un poquito más transparentes respecto a la relación. El mayor no quiere de momento contar muchas cosas se su vida, pues primero prefiere presentar sus proyectos y su trabajo. —He visto que has cambiado un poco tus redes sociales, ¿eso significa algo?

—Sí. Significa que me siento muy bien y voy a regresar a mi trabajo de toda la vida. Claro, mientras estudio mi carrera, pero lo estoy retomando todo. No estoy como hace un año.

—¿Y que te ha ayudado a tomar esas decisiones? Porque parece qje no estabas muy dispuesto.

—Londres, Londres me ha ayudado mucho. Más bien, la gente que he conocido aquí. Tengo nuevos amigos y amigas, un novio espectacular y profesores bastante buenos— dice contento. —También estoy viendo en donde puedo volver a entrenar gimnasia, espero no haberme oxidado mucho después de un año.

—Hombre, esperemos que no. Te iba bastante bien. Aunque es un mundillo no muy sano, por lo que se suele decir.

—Hay que saber cuando parar, supongo. No obsesionarse y esas cosas.

—¿Y tú novio? ¿No te acompaña hoy?

—No, se lo he dicho, pero tenía clases y no ha podido ser— asegura el rubio. —Él está encantado de acompañarme a todos los lados. Es un hombre muy cariñoso y simpático, eh.

—No, no dudamos de eso. Está muy bien que hayas reconstruido tu vida. Se te echaba de menos en internet, eso dicen tus seguidores— dice mirando a un grupo de personas que han venido a escuchar la entrevista.

—En verdad, no pensaba que aquí la gente me reconociese mucho— dice sorprendido de que alguien haya querido ir a verle a él. —Es que es raro, porque a mi no me parece extraño ir a ver a un famoso pero que vengan a verme si que me sorprende. No sé.

—Hombre, tu eres el famoso para ellos.

—Ya lo sé, es raro. No desagradable, pero siempre me ha parecido peculiar— afirma viendo a la gente que parecen escucharle con atención.

—Bueno, si la gente tiene alguna pregunta puede hacerla— dice Greene y una chica pregunta sobre su queridísimo Louis.

La gente quiere saber un poco más, porque que el chico no use casi redes sociales (tal cual solo ha subido cuatro foto en su vida) es algo que causa mucha intriga. Saben sobre proyectos y cosas donde se le menciona, que es profesor, un poquito mayor que John y esas cosas más de un ámbito profesional. Pero aquí quieren saber sus gustos, ¿cómo será ese hombre?

—Es un chico que vale un montón. Y nunca me quedo sin conversación, me habla de cosas muy interesantes. Además me ha ayudado mucho a recuperarme de ese bajón.  No sé qué queréis saber de él muy bien.

—¿Qué le gusta hacer?— Pregunta Greene.

—Leer, estudiar, hablar, pasear... No sé, nos gusta tener una vida tranquila. Buff y cocinar. Cocina espectacular— asegura Laurens. —Con lo mal que yo cocino... Menos mal que él sabe o nos podríamos morir de hambre.

—¿Nos tienes algo preparado próximamente?

—Bueno, me han llamado para algunas colaboraciones desde que dije que iba a volver a todo esto.

—¿Ahora te llama a ti?

—Sí, prefiero no tener manager ni agencia. Estoy más cómodo y hago lo que me place.

—Eso está muy bien, oye. El que puede, puede. Además has cambiado un poco el look.

—Sí, me gusta seguir siendo formal, pero también está bien alguna que otra cosa. No quiero aburrirme.

—A mí, particularmente me sorprendió el tatuaje y el pendiente así dos por uno, de la nada— afirma el hombre. —Da un rollito bastante chulo.

—Sí. A mí me gustaba la idea use los vi a mi novio y dije "ala pues yo también quiero" y esa fue la historia. Ya está. Son así discretos, pero van con como quiero verme.

—¿Podemos hacernos después una foto?— Pregunta un chico con curiosidad y John asiente encantado. Que lindos son sus seguidores.

—¿Nunca has tenido un choque cultural con Louis?

—Claro, pero lo arreglamos pronto. Al principio me parecía extremadamente cariñoso, pero un montón. Es que son europeos, ¿qué voy a hacer? Ahora me encanta.

175 Días | Nueva edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora