175 Días | Nueva edición

23: Miércoles

Le ha mandado a Martha un mensaje. Le gustaría hablar con ella cuando amanezca, o lo antes posible. Decide bajar a caminar para conciliar el sueño.

—Deberías avisarme si vamos a encontrarnos aquí todos los días— dice Louis a modo de broma. Estaba sentado en una escalera, pensando en sus cosas. —¿De nuevo no puedes dormir?

—Otra vez.

—Tal vez te ayuda contarlo— dice invitándolo a que se siente con él. Ahí hay un poco de luz al menos.

—¿Qué puedo contar? ¿Mis sueños tontos?

—Tal vez no lo son si lo te dejan dormir— asegura mirándole con su típica mirada tranquila. —¿Qué piensas?

—En gente que he querido, supongo— murmura mirando hacia la noche. En el fondo no le gusta la oscuridad. —Y ya no está conmigo. Supongo que es eso lo que pienso.

—Bueno, no los alejamos tanto entonces en nuestras preocupaciones. Debemos dejar que hagan su vida sin nosotros, ¿no?

—Está muerto— murmura de forma fría sorprendiendo al otro.

—Oh, Dios, lo siento.

—No pasa nada, me estoy acostumbrando. Fue un accidente, no puedo hacer nada— asegura John. —Eso me molesta a veces por las noches.

—Si necesitas o quieres contarme puedes hacerlo. A mí me suele servir de ayuda— asegura mirándolo de arriba a bajo e intercambian una mirada rápida.

—Fui con mi novio al monte a hacer unas fotos y se resbaló por un pequeño precipicio. Se golpeó la cabeza, estuvo tres días en el hospital, su familia no me dejó verlo y ahí terminó todo— asegura recordando aquel triste día. —Si hubiese sabido algo básico de como atenderle aún estaría aquí.

—No es tu culpa no haber sabido que hacer. Creo que pocos sabrían que hacer en esa situación. ¿Por eso quieres estudiar medicina?

—Sí...— susurra viendo algunos rayos de luna. —¿Y que hay de ti?

—No es tan grave. Mi mejor amigo me ha dado la espalda por una chica. Ha decidido que lo mejor era alejarse de mí y cortar el contacto. No puedo hacer nada.

—Tampoco es fácil perder amigos— asegura el rubio.

—Nadie ha dicho que lo sea, pero eso lo olvidaré en un tiempo— afirma convencido. —Necesito seguir hacia delante.

—Eso pensaba yo y ahora creo que he seguido hacia delante en el rumbo equivocado— murmura casi para él mismo.

—¿En el rumbo equivocado? ¿A caso existe un rumbo equivocado?

—No lo sé. Siento como si me hubiese aprovechado de otros para ser feliz y dejar atrás el pasado.

—Pero eso no es un rumbo equivocado. Eso es algo que puede suceder incluso en el rumbo correcto, ¿has hablado con esa o esas personas? Tal vez no se sienten utilizadas y es una percepción tuya o incluso si se han sentido mal deberías disculparte.

—Lo sé. Voy a hablar con ella cuando me sea posible— asegura John y Louis sonríe.

—Muy bien, de momento, no te preocupes por eso— dice el europeo. —¿Has empezado a leer el libro?

—Sí, me gusta por dónde va, pero aún me queda bastante por leer.

—¿Por que parte vas?— Pregunta el mayor interesado.

—Por las barcas en Cambridge— explica.

—Uy, aún te queda lo interesante. No te hago spoilers— dice con una sonrisa.