-Buenos días, mi amor- dice Louis. -Hoy he despertado antes que tú- toca el cabello de John y lo ordena. -Como te quiero belleza mía- asegura dándole un beso en los labios y el rubio se despierta como todo un príncipe. -Buenos días, bella durmiente.
-¿Qué hora es?
-Las siete y cuarto. Tienes clase a las ocho, conmigo- dice Louis de modo coqueto y John asiente. -Bonito- asegura dándole otro beso en los labios y acaricia la espalda desnuda de John. Qué duerma sin camiseta lo hace aún más atractivo.
-Me encuentro fatal- afirma John agarrándose a Louis como puede. -Tengo gripe seguro- murmura con cansancio.
-Oh, lo siento, mi vida- dice cambiando su actitud totalmente a un cuidador personal de John. -¿Qué te duele?
-La cabecita- murmura y el mayor le toca la frente. -Estoy calentito, creo que tengo fiebre y la nariz tapada- dice cerrando los ojos otra vez y mientras Louis sigue acariciando su espalda.
-Cariño, quedate aquí calentito. No quiero que te pongas peor.
-No quiero quedarme y menos solito- hace puchero aunque sabe que Louis no puede faltar. -Quiero escucharte dar clase.
-Hoy solo vamos a resolver dudas para el examen. Tú me tienes aquí si tienes dudas- dice con cariño.
-Pero me gusta estar en tus clases. Son tranquilitas, como tú- dice con una sonrisa.
-Entonces te doy dos opciones: o te quedas aquí descansando o vienes a clase bien abrigadito y si te sientes mal te vuelves aquí a dormir.
-¿Puedo acompañarte luego al médico también?- Pregunta Louis.
-¿Vas a salir a la ciudad así de resfriado? Tienes la nariz super tapada y debes tener bastante fiebre. Me traes un color de cara muy pálido para ser tú y ya te sentías mal ayer. ¿Por qué no vamos a desayunar en pijama y depende de cómo te sientas ya vemos?
-Sí- dice abriendo despacito los ojos y cuando Louis se levanta siente un frío recorrer todo su cuerpo.
-Tengo este jersey muy calentito. Si te lo pones seguro que no pasarás mucho frío.
Hace tiempo que no dormían en el cuarto de Louis, pero ayer resultó allí. John no siquiera puede levantarse demasiado sin marearse. Debe haber pillado una buena gripe. -Quiero ir a mi cuarto. Mis mantas son más calentitas- pide el rubio. Y es que Louis es un hombre de frío. Le agobia tener más del edredón.
Más tarde, Louis le sube el desayuno a John y lo deja bien cubierto y calentito en sus mantas. -Llámame si necesitas cualquier cosa- dice antes de salir.
Empieza a dar la clase y de nuevo ve a sus alumnos. Está feliz de atraer tanta asistencia todos los días. -Louis- susurra Martha en un momento tranquilo de la clase y el mayor se acerca. -¿Y John?
-Lo he dejado en su cuarto. Tiene gripe.
-Vale, me pasaré después- dice la joven y al menos así Louis puede ir tranquilo al médico. Sabe que John está en buenas manos.
-Louis no lo admite- afirma John tomándose un café sentado en la cama y con muchas mantas encima.
Han venido Martha y Charlotte a hacer compañía, pero no pueden dejar entrar mucha luz por el dolor de cabeza del chico. Se ha tomado algo para el dolor hace unas horas y parece que se siente algo mejor.
-¿No admite que está pasando una etapa adolescente?- Pregunta Charlotte riendo. -Muy de mi hermano. Es muy adulto para todo.
-Es muy tierno- asegura John con una sonrisa. -Solo mirarle la cara cuando se lo digo ya es gracioso. Debe sentirse un poco torpe, pero eso es cuqui.
-¿La adolescencia es cuqui?- Pregunta Martha. -La mía fue catastrófica.
-Venga, ahora se recuerda con risas- dice John. -Los enamoramientos tontos, se nota un montón cuando alguien te mola, las mejillas coloradas y muchas cosas.
-John, yo solo recuerdo cosas traumáticas. Sangre, mi baño lleno de sangre, mis pantalones, mi madre explicándome como se pone un puto condón y que me hará si me quedo embarazada antes de trabajar; depilación con cera de mis patas y las axilas; comprar sujetadores y GRANOS...- dice Martha con énfasis y algo de trauma. -¡Y me dices que tú mayor problema es que tu picha busque el amor!
-Martha, no grites, me duele la cabeza- Se queja John.
-La adolescencia es una basura- se queja Charlotte. -Qué suerte tenéis los hombres.
-¿Suerte? Yo creo que sí que lo llevé bien pero también tiene sus cosas ser chico, eh- dice John.
-¿Te manchaste el pantalón de sangre delante de toda la clase?- Pregunta Charlotte.
-¿Te crecieron tetas de un día para otro?- Cuestiona Martha.
-Uf, no, pero también tiene sus cosas. ¿A ti te ha cambiado la voz y has estado como dos años teniendo gallos? Tampoco se os sale la nuez, ni tenéis barba...
-No te visita la amiga cada mes- dice Martha
-Y a ti no se te pone el amigo contento de la nada- afirma Charlotte.
-Charlotte, se supone que estás de mi lado- se queja Martha.
-Ya pero eso también da mazo vergüenza en mitad de clase- dice Charlotte. -Le tengo que dar un punto a John en eso, pero menstruar es peor, creo yo.
-No sé, creo que no podemos comparar- dice John. -Ni yo se lo que pasáis vosotras ni vosotras sabéis lo nuestro. Todo es chungo.
-La adolescencia es una mierda- pone Martha cómo conclusión.
-No le digáis eso al pobre, Louis. A ver si se siente mal y todo. No quiero que se haga un lío mental de los suyos y deje los medicamentos, ¿sí?- dice John y de repente alguien llama a la puerta para después abrir con una llave que tiene.
-¡Hombre, Louis!- Dice Martha.
-Chicas, se supone que teníais que dejar a John descansar. ¿Qué es este escándalo?- dice dejando el abrigo. -Traía un té para el enfermito, pero huele a café- dice viendo la taza que John ha dejado apoyada en la mesita.
-Tete, no seas aburrido. Estábamos animando a John un poco- se queja Charlotte. -Nos estaba poniendo al día de su vida.
-Charlotte, creo que tenemos que dejarlos solos para que hagan cosas de novios- dice Martha al ver a Louis sentarse en la cama para comprobar cómo está John.
-Deberíais- murmura el rubio y las chicas salen refunfuñando un poco. -También ha venido Elizabeth y Ludwika.
-Que bueno que has tenido compañía. ¿Anne no ha venido?-Pregunta esperando la respuesta con bastantes ganas.
-No, ¿por qué?
-Nada, me gustaría hablar con ella de unos asuntos- murmura Louis y John asiente. Imagina ya el tema.
-¿Qué tal el médico?- Pregunta el rubio y Louis levanta los hombros.
-A veces odio que tengas razón. Dice que es todo normal y que eso es la vida de un hombre normal. Creo que no me voy a acostumbrar a esto- afirma algo cansado. Son muchas emociones y nunca había sentido una atracción física así, es raro pero se siente bien por el echo de que es John su novio y hacia quién puede sentir eso.
-Bueno, poco a poco. Tú siempre has estado muy seguro con tus decisiones personales. Tienes mucha cabeza y creo que esto lo vas a manejar perfectamente. ¿Qué tal el resto?
-He subido casi un kilo en un mes- dice mientras arropa a John que al final se ha puesto el jersey de Louis.
-Muy bien, mi amor.
-Dicen que esperaban que subiese unos setecientos gramos más. Pero que está bien para empezar- explica en voz tranquila. John merece descansar así que le da un besito en los labios y vuelve a arroparlo cuando siente su cabeza en su propio pecho.
-No debes darme besitos o te voy a contagiar. No quiero verte enfermito, tus pulmones no están para eso- Afirma volviendo a tumbarse en la cama. -¿Puedes tumbarte un ratito? Tengo un poco de frío.
Louis se tumba también a su lado. -No me vas a contagiar nada, y si me contagias algo ya lo has hecho con tanto besito. No te preocupes de eso, solo preocúpate de ponerte bien.
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175 Días | Nueva edición
Fanfic¡Es el primer año de universidad de John Laurens! ¿A caso lo sabrá sobrellevar o tener que aprender a hacer la colada le hará regresar a casa?