175 Días | Nueva edición

27: Martes

—Eso no es así— asegura Kościuszko al alumno.

—No me parece justo— se queja el chico. —Yo ya he hecho una carrera para que se me corrija de tal manera— dice mirando el examen.

—Pero esta corrección está bien— dice Louis repasando la corrección. El alumno había pedido una revisión de su examen y Kościuszko ya lo había hecho, así que ha pedido otro corrector. —De hecho, yo creo que este ejercicio no está bien tampoco— dice viendo un problema, pero tampoco puede quitarle más nota. —Mi recomendación sería que dejes el asunto. Es un examen de muchos y seguro que superas la asignatura.

—Estoy en cuarto año de mi segunda carrera, como para que dos chiquillos vengan a corregirme. Voy a quejarme al director.

Louis se aparta un poco de la conversación. Ya ha hecho su trabajo como segundo corrector. Le da lástima, porque también le da clase a ese alumno, pero es verdad que viendo el examen que le he hecho Kościuszko tampoco está bien. 

Está un poco cansado, al final no durmió nada después de hablar con John. Lleva una persistente tos desde anoche y ya le duele la cabeza. Prefiere solo sentarse a escuchar lo que le dice el alumno a Kościuszko que participar en la conversación.

—Tienes razón— dice el polaco. —No tienes la nota que te mereces. Sin examen te has quedado— dice harto. —Mañana te quiero ver en la recuperación— asegura echándole de la clase con su examen y Dios sabe cómo terminan a golpes. Louis se levanta rápido a separarlos. ¿De verdad son tan poco maduros?

—Basta ya— dice haciendo fuerza para separarlos y cerrando la puerta. Se queda solo con Kościuszko en la clase. —¿Cómo le pegas a un alumno?

—Me ha golpeado primero— dice Kościuzko algo enfadado. —¿Estás bien?

—Sí— asegura tosiendo y sujetándose un poco el pecho y volviendo a sentarse.

—¿Seguro?

—Sí. No te preocupes, puedes irte. Estoy esperando a un amigo, tarda diez minutos— asegura viendo el reloj y relajándose o al menos intentándolo.

—Está bien. Nos vemos mañana— dice cogiendo las cosas y dejando a Louis solo en la sala que se dedica a inspirar y expirar con tranquilidad. Cierra los ojos y se pone recto en la silla. Eso con suerte le alivia un poco el dolor de cabeza. Pasará antes de marcharse por su habitación, tomará algo y después podrán ir a por su café.

Escucha la puerta y eso le hace abrir rápidamente los ojos. No sabe en qué momento ha apoyado la cabeza en la mesa y se siente un poco mareado. Ha perdido la noción del tiempo por un momento. Tiene una sopor encima... Necesita ese café.

—Louis

El europeo se levanta y se acerca a él. John le sonríe y le da tres besos en las mejillas que rápidamente Louis sigue. Le sorprende pero se le hace adorable el gesto del americano.

—¿Estás bien?— Pregunta el rubio y Louis asiente. —Tienes los labios algo azulados— asegura el rubio y Louis se mira las manos. Es cierto, debería ir a por el inhalador. Mira la hora. —He llegado un poco tarde, me había parado tu hermana un momento— dice John excusándose. Sabe que los suizos son muy tiquismiquis con la hora y el ha llegado casi diez minutos tarde.

—¿Dónde está Charlotte?— Pregunta sentándose sobre la mesa.

—Se ha marchado con Martha al centro comercial— asegura John. —¿Tienes algo respiratorio, has tomado algo o tienes frío?— Pregunta tomándole las manos con delicadeza para comprobar que están un poco frías.

—Soy asmático— dice despacio.

—Entonces tienes una crisis...— dice mirando a su alrededor. Perfecto, otra situación médica donde no sabe que hacer. Louis debería haber avisado o tal vez Charlotte.