Extra: V8

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—¿Qué ha pasado?— Pregunta John acariciando el cabello de Louis que está acostado en su pecho. Louis odia sentirse pequeño, frágil o débil, le trae demasiados recuerdos. Ginebra es un hermoso lugar para estar ligado a aquella tormenta que pasa por su mente.

¿No te pasa que asocias un lugar a tus recuerdos? ¿O que algo te encanta te sucede algo malo y deja de gustarte?

Eso le pasa a Louis. En vez de ver el puente como un hermoso lugar con vistas recuerda que una vez le golpearon ahí y así con cada rincón de la ciudad. Tal vez no tiene otra opción que no regresar. Incluso su habitación le trae recuerdos terribles.

—Siento que no estoy disfrutando haber vuelto— murmura Louis. —Pensba que iba a ser todo diferente...— asegura quitándose las gafas.

—¿No te está gustando?— Pregunta John algo sorprendido. Siempre se ha visto emocionado con la idea de regresar a Ginebra.

—Pero es mi culpa, no dejo de pensar en el pasado— asegura acurrucandose al pecho de John. —Todo me recuerda a cosas que no quiero recordar. Tal vez necesito un cambio de aires.

—O nuevos recuerdos— dice John dándole un beso en al frente. —Dale tiempo a todo. Igual, cambiar de aires tampoco está mal.

—No lo sé... Me siento extraño— dice Louis mientras John los cubre bien con una manta. Él ya está helado. —No sé que sentir o que pensar sobre Frnaçois.

—Pensaba que no te hablabas— dice John.

—Nos vimos en la panadería. Solo me dijo que fuese a casa a las seis y que no le dijese a nadie— asegura Louis.

—Creo que esto suena de novio tóxico, pero es mejor que te alejes completamente de él— dice John y Louis asiente.

—Fuimos a hablar a mi habitación y me dijo el rollo de siempre. Empezó siendo un cursi diciendo que aún me quiere y le contesté que ahora estoy contigo— asegura Louis. —Me dijo que estaba feliz por mí pero que le gustaría que tuviésemos encuentros... Le dije que no. Qué no quiero meterme en un matrimonio y que ahora mismo estoy bien con lo que tengo.

John solo guarda silencio y le sigue acariciando. Sabe que dejarlo hablar es la mejor manera para ayudarle.

—Entonces me empezó a intentar convencerme y me dijo que le dejase una oportunidad más esta noche. Rechacé su petición y empezó a forcejearme.

—Está loco— asegura John.

—Bueno... Es algo explosivo. Tú eres bueno conmigo.

—Es difícil no serlo— asegura John dándole un beso dulce y muy cariñoso. —Te mereces lo mejor del mundo. ¿Vas a contárselo a la psicóloga?

—Debería. Te quiero— dice rozando su cara con la del rubio y empezando con una hermosa sonrisa a darle pequeños besos.

El resto de semana han ido a caminar por los Alpes, a esquiar, han visto más de la ciudad, Louis le ha enseñado a Eleanor algo de cocina Suiza, ha compartido un par de licores con Henry y también ha salido de fiesta con John. Incluso un día llegaron más afectados de lo normal. No dejaban de reír por cualquier bobada y estaban extremadamente coquetos. Eso sí, al día siguiente no había Dios que los levantase de la cama.

Estos últimos días han sido mucho mejores y ahora John observa a Louis de pies a cabeza.

—Qué hermoso va con el uniforme— le dice a su madre viendo al chico frente a la estación.

John no quiere irse de Ginebra ni separarse de Louis. Ha sido una gran semana.

—Te voy a echar de menos— dice agarrándose a Louis como si no hubiese un mañana.

175 Días | Nueva edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora