61: Jueves

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—Por favor, Alexander— dice John suplicando. —Puedes quedarte al gato, vives en un piso solo.

—Lo sé, pero...— dice el pelirrojo sin estar muy convencido.

—Amor, eres nuestra última oportunidad— asegura Elizabeth acariciando aquellos rizos naranja.

—Oh... Está bien. No me hagáis todos esa carita— dice Alexander tomando al pequeño felino que parece entender la situación.

—Joder, vale. Me lo quedo— dice Alexander. —Supongo que nos haremos buenos amigos.

Más tarde, Alexander se llevó las cosas del gato con ayuda de John y Charlotte. Después de asegurarse de que el animal tuviese un buen hogar, John se ha reunido con Louis antes de salir de fiesta. ¡Venga, hay que volver a la rutina!

—¡Oh, no sé por qué insistes en venir aquí!— Se queja Louis entrando al club. —La música es un asco.

—La música es muy buena— asegura Charlotte. —Solo escuchas electrónica y cosas de esas. Te falta cultura musical.

—¿El trap es cultura musical?— Bromea John criticando los gustos de la chica.

—Tú callate que tienes pinta de solo escuchar Mozart— dice la más joven de los hermanos.

Al final, Louis se queda sentado, como suele hacer, pero esta vez con Ludwika, que tampoco parece disfrutar la música.

—Por eso me he peleado con Tadeusz, siempre está esperando a que la cague. No confía en mí, así son todos los novios— asegura Ludwika bebiendo algo de olor muy fuerte. —Incluso la gente: Tadeusz, Charlotte, Martha, John, Elizabeth...

—No es cierto. John no es así— afirma Louis.

—Entonces, ¿por qué le ocultas cosas?— Cuestiona la chica.

—No quiero que se preocupe.

—Qué ingenuo. ¿Sabes por qué se preocupa? Porque sabe que la vas a cagar, tío— se queja Ludwika tomando un shot que le pasa un camarero. —Les gusta estar con nosotros porque cualquier error que ellos pueden tener parecen menos graves que los nuestros. Eso es muy despectivo.

—Sí, entiendo que no es justo, pero...

—No, no es justo. Si ellos piensan que la vamos a cagar, la vamos a terminar cagando, tío— se queja la joven.

—Te terminas convirtiendo en eso— doce Louis algo convencido.

—Y luego te miran para decirte: “Sabía que la ibas a cagar”. Así todos los días— se queja la muchacha. —¿Crees que John i Charlotte no piensan que te vas a hundir en cualquier momento? Si no lo pensasen no se preocuparían por ti.

—Yo no quiero hundirme, sabes. Creo que eso tiene más fuerza.

—Pero ellos ya saben que te vas a hundir y piensan que lo vas a hacer— afirma intentando hacer comprender a Louis por qué ella se siente tan mal con Tadeusz.

—Estoy hasta los cojones de todos— asegura sirviéndose de la botella que hay sobre la mesa.    Últimamente se irrita muy fácilmente. —Nadie confía en mí.

—Ves. Tengo razón. Nadie confía en nosotros— asegura sirviéndose ella también. —Siempre juzgandome y sin dejarme beber en paz. Dicen que soy imprudente con el alcohol.

—Mi hermana dice que soy imprudente en general. ¿Qué te puedo decir?

John se acerca a la mesa a por algo de beber, está sediento. —Hola— dice dándole un beso en la mejilla a Louis que sonríe para él. Mejor deja su enfado de lado y se anima para su novio.

175 Días | Nueva edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora