132: Jueves

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Louis nunca ha sido de ir a misas, ya ha quedado claro. No sabe cómo comportarse, bueno, sabe que debe ser respetuoso. Está allí por respeto a la familia y a John. Todos la han pasado llorando y es normal. Han habido muchos asistentes y prensa curiosa entre ellos.

John quiere mostrarle al mundo que puede con esto. La gente ya cree que va a volver a ser el mismo choco triste y claro que lo está, pero él solo está pasando un luto normal. Quiere ser fuerte por sus hermanos, por sus amigos y por Louis. Todos necesitan que sea fuerte.

La prensa rodea a la familia y casi todos, menos los más pequeños, conceddn algunas palabras, pero John no quiere que hagan preguntas inapropiadas. Aunque ya le han preguntado a Henry su opinión respecto a que John suba fotos a su página y esas cosas. No conocen respeto por un funeral.

Mucha gente ha traído flores, incluso la familia Kinloch ha ido. -Te lo merecías...- murmura el hermano de Francis a John cuando pasa por su lado.

-John- dice una chica acercándose con un boli. -¿Me firmas?- pregunta y con un suspiro el rubio sonríe y firma.

Aunque es un día triste, John viste hermoso. Con un traje negro hecho para él. Sus rubias cabelleras ordenadas y guantes. -Amor...- dice el rubio apoyándose en su novio. -No quiero estar más en este lugar. Quiero estar tranquilo- murmura tomando la mano del mayor.

-Aléjemonos de aquí- dice incitando a John a salir del cementerio y caminar por las afueras.

Ambos se sientan en un rellano que hay de pasto y quedan abrazados. -Siento que me voy a desmayar.

-¿Sí? ¿Necesitas agua?- Pregunta el mayor. -Todo esto está siendo muy estresante...

-No, no necesito nada. Quiero... poder recuperarme de esto pronto. Me siento confuso.

John no se siente confuso solo por la muerte de su madre, también por el nuevo libro que está escribiendo su novio. Hace días está trabajando muy seriamente en eso y puede que el rubio lo haya leído accidentalmente.

En verdad, para Louis no es un libro. Es más bien su diario, donde se desahoga, pero no escribe solo cosas del presente, también recuerdos del pasado que le atormentan o persisten en su memoria.

Nunca había hablado de cosas tan personales como las que ha leído, pues cada uno tiene sus secretos pero... Se siente dolido y un poco traicionado. Mejor dicho, confuso. -¿Cómo se siente fingir tantos sentimientos?- Pregunta John cuando Louis deja un beso en su cabeza.

-¿Qué?- Pregunta el mayor desconcertado. -¿Lo has leído?- Pregunta un poco ofendido.

-Accidentalmente, pero no me gusta que no seas sincero conmigo.

-Soy sincero contigo, Jack, nunca he dicho que no lo sea o que finja mis sentimientos- explica el mayor. Puede que John haya sacado un poco de contexto aquellas palabras.

-¿Entonces que significa?- Pregunta dolido mirando al mayor en busca de explicaciones.

-Qué me cuesta expresarme, John. Ya está. Es eso. Claro que tengo sentimientos y son reales- afirma Louis. -Y está bien, es normal. Aunque no sea el novio perfecto lo intento porque te quiero.

-Entonces, no quiero que finjas por mí.

-Deja de usar la palabra "fingir". En ningún momento he dicho tal barbaridad- afirma el europeo. -Eres la única persona con la que soy yo mismo. Estoy cansado de intentar aparentar para los demás. Es solo eso.

-¿Aparentar qué? ¿Qué quieres aparentar para los demás? Eres perfecto, no tienes nada que fingir.

-¿Sabes? A veces me cansa hacerme el mayor. Tener una edad que no encaja con mi vida. Estoy harto. Me agota dar clases y ser profesor, es mucha presión. Tengo que hacerlo bien, tengo que hacerme de respetar y yo no soy así. Es un terreno hostil para mí.

-Pensaba que te gustaba ser profesor.

-Me gusta, pero tal vez en unos años. No se imponerme, no sirvo para eso. No estoy listo y tampoco sé cómo comportarme delante de sesenta personas que tienen mi edad o más. No puedo hacerlo.

-Sí puedes hacerlo. Lo estás haciendo y todos están contentos contigo.

-No estarían contentos si fuese como soy contigo- afirma Louis mirando a John. -¿Sabes que ha estado mal leer mi diario?

-Sí, pero tú viste mis dibujos sin permiso- afirma John algo tajante.

-Venga, no te enfades por eso ahora, no me apetece pelear- dice viendo las hojitas del césped.

-Escucha, a veces hay que dejar de pensar en el qué dirán. Ven, vamos a la playa- dice tomando la mano del mayor y poniéndose en pie. -Lo siento por meterme en tus asuntos, pero no me gusta pensar que sientes eso.

-No siento eso cuando estoy contigo. Está bien- afirma y ambos empiezan a caminar hasta llegar a la arena. La dulce playa en la que se quitan los zapatos para andar por la orilla.

-Me gusta la playa- afirma el rubio. -Me recuerda a cuando era pequeño. De vez en cuando mi madre me dejaba venir sin que lo supiese mi padre. Esta costa sabe cosas.

175 Días | Nueva edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora