52: Martes

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—Señor, yo no puedo soportar esto— asegura mostrando todas las notitas que le han lanzado alguna vez o apuntes en exámenes que le han hecho.

—Claro, Louis, sí, es lógico. Un maestro no debe convivir con eso— asegura el director. —Solo son palabras, seguramente vacías, pero entiendo que quieras tomar medidas.

—No son palabras vacías— asegura Louis casi ofendido. —Mi pareja estudia aquí, ha sufrido abuso sexual por parte de estos chicos. No me parecen palabras vacías.

—¿Estás seguro de eso? Algo así es muy grave.

—¿Usted no está seguro? Emborrachar a un joven de diecisiete años y contagiarle clamidia, ¿usted no lo considera? Sabe cómo se contagia, ¿verdad?

—Sí, Louis, lo sé... Necesitamos mirar un poco más todo eso y hablaremos con quien haya que hablar. La edad de consentimiento son los dieciséis y...

—¿Y? No estamos hablando si esto es abuso de menores o no, lo que está claro es que no ha habido consentimiento y eso es igual para todos. Se nota que no le has visto llorar por todo lo que le han hecho— asegura Louis.

—Entiendo como te sientes, sin duda, los comentarios que recibes tampoco te deben hacer sentir especialmente cómodo.

—Estoy a poco de dimitir— asegura Louis y el director le mira.

—Sin duda no queremos eso— asegura el hombre—, pero...

—Pero estoy de acuerdo en que esos chicos deben estar fuera— dice Kościuszko desde atrás. —Es intolerable todo esto en nuestro centro. Un alumno llega a decirme que quiere verme en su cama y hacerme ciertas cosas y no sé qué le hago.

—Eso son cosas que solo me tiene que decir mi pareja, ¿por qué debo de dejarme humillar así?— Pregunta Louis indignado

—Tadeusz, Louis, hay que analizar la situación.

—¿Qué quiere analizar? Yo lo veo muy claro. Firmo yo por una expulsión inmediata— dice el polaco.

***

—¿Qué pasará al final?— Pregunta John sentado al lado de Louis observando la noche.

—Estarán explusados. No puedo creer que hayan sido tan malos contigo— asegura Louis sacando el cigarrillo de su boca. —Y qué no he hecho nada para pararlo antes.

—No nos conocíamos cuando sucedió— asegura John. —Me has ayudado, sin ti se seguirían metiendo conmigo todo el curso y... Tendría una infección escondida durante mucho tiempo— dice. —Te quiero, te quiero tanto piensas en todo, ¡AH, mierda!— Grita apartándose rápido de Louis y se acerca preocupado.

—¿Estás bien?— Pregunta viendo cómo John se sujeta el brazo.

—Mierda, mierda— dice sujetándose. —Me he quemado con tu cigarro— murmura aguantando el escozor y Louis lo apaga y se levanta.

—Dios, lo siento. Ven, hay que quitarle las cenizas— dice tomando un poco de agua de la mochila y echándola por encima. ¿De verdad tenía que ir John en polo en pleno noviembre?

—Pica— dice John.

—Vamos a conserjería. Deben tener algo para curarte— dice sintiendo algo de culpa. —Cariño, debes tener cuidado, te lo he dicho muchas veces.

—Duele mucho— dice intentando ver la zona. Está súper roja. Lleva una buena quemadura.

—Lo sé, mi vida, lo sé— para no saberlo con la de veces que le han apagado cigarros en la nuca. Louis se va rápido a conserjería y pide un par de cosas, después acompaña a John al baño. —Tienes que mantener la quemadura bajo del grifo un rato.

Después Louis le seca con una toalla despacito, quiere evitar que se le quede una cicatriz. —Toma, me han dado hielo— dice pasándole una compresa helada enrollada con una gasa. —Bajará la inflamación. Pasan unos minutos y Louis le echa una cremita y le cubre la herida.

—Gracias— dice John viendo cómo el mayor intenta solucionarlo.

—Sé que mañana va a doler, pero intenta no tocar— afirma Louis.

—Te falta lo más importante para curarme.

—¿El que?— Pregunta algo confundido. Le ha dado todo.

—Un besito— dice y Louis sonríe acercándose a darle uno. —Y un poquito de cariño— pide con una sonrisa intentando convencer al mayor. —Así duele menos...

175 Días | Nueva edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora