Can.
La felicidad buye en mi interior cuando Faith corta la llamada. ¡Ha dicho que sí! ¡Me va a dar una oportunidad! Y pienso hacerla la mujer más feliz del mundo.
<<Voy a recuperarla>>, me prometo a mí mismo.
Me he quedado dormido en la hamaca mientras leía y casi me da un infarto cuando ha empezado a sonar el móvil. Y casi me caigo cuando ha dicho ‘sí’. Hasta me he tropezado con la esquina de la hamaca. Un poco más y me habría caído de boca al suelo.
Una enorme sonrisa se forma en mi boca y estoy tan contento e ilusionado, que ahora mismo podría saltar de la alegría. Ni siquiera ha esperado a llegar, me ha llamado desde España para decírmelo. Eso quiere decir que también está ilusionada. Y eso me produce una satisfacción inmensa.
Estoy tan emocionado que entro en casa y corro hasta la habitación de mi hermano y entro de golpe.
-¡Engin! – lo llamo a gritos.
-¡AHH! – grita, despertándose de golpe.
Se tambalea, casi cayendo de la cama, pero se salva al apoyar la mano en el suelo. Se levanta con la cara desencajada y me chilla, enfurecido:
-¿¡Se puede saber por qué coño entras así?! ¡Vas a matarme de un infarto! ¿¡Y se puede saber por qué coño tienes esa sonrisa en la cara?!
-¡Me ha dicho que sí, Engin! – exclamo, sin dejar de sonreír.
-¿Quién te ha dicho que sí? – me pregunta, pasándose la mano por el pelo, cuando se calma un poco.
-¡Faith! – respondo -. ¡Me acaba de llamar y me ha dicho que sí, que me dará una oportunidad! – lo agarro de los hombros -. ¡Ha dicho que sí! – chillo.
Una enorme sonrisa se forma en la boca de mi hermano y la alegría se apodera de su rostro.
-¡Lo sabía, sí! – grita -. ¡Te ha dicho que sí, hermano!
-¡Ha dicho que sí!
Los dos empezamos a dar saltos y a bailotear por su habitación. Sé que aún me queda un largo proceso con Faith hasta poder ganarme su confianza y que todo vuelva a ser como antes, pero me va a dar la oportunidad de arreglar lo que destrocé. Y eso, para mí, era lo más importante. En cuanto vuelva hablaré con ella y le pediré que empecemos nuestro “proceso de reconciliación”. Y haré lo que le prometí. Ella dirá cómo quiere que sea cada cosa, qué prefiere hacer o si algo va demasiado deprisa. Yo me adaptaré a cada cosa que necesite para que se sienta cómoda y vuelva a confiar en mí y a quererme como lo hacía antes.
Mi padre aparece en la puerta de la habitación de mi hermano, medio dormido, con los ojos entrecerrados y el pelo revuelto. Mete las manos en los bolsillos de su bata azul oscura y se apoya en el marco de la puerta, mirándonos con el ceño fruncido.
-¿Se puede saber que os pasa, chicos? – nos pregunta con la voz dormida -. Son las cuatro y media de la mañana.
-¡Faith me va a dar otra oportunidad!
-¡Faith le ha dicho que sí! – gritamos mi hermano y yo al unísono.
Mi padre se queda pillado durante unos segundos por el sueño, pero cuando entiende a qué nos estamos refiriendo, abre los ojos como platos y una bonita y grande sonrisa se forma en su rostro.
-¡Lo sabía, bien! – exclama.
Se acerca a darme un fuerte abrazo y me da unas palmadas en la espalda. Al separarse tiene los ojos brillantes y me pellizca la mejilla izquierda.
-Sabía que lo conseguirías, hijo – me mira orgulloso -. Ahora sólo te queda un último escalón para recuperarla del todo.
Asiento.
-Sí, y voy a subirlo como sea – le aseguro -. Sólo tengo que controlarme cuando quiera besarla, o abrazarla, o acariciarla… Lo haré cuando ella esté preparada para eso.
-Creo que esto se merece una copa, ¿no creéis? – propone mi hermano, pasándome el brazo por los hombros.
Mi padre y yo aceptamos su propuesta y nos mudamos a la cocina, donde nos sentamos en la isla y sirvo tres copas. Brindamos por el amor, por mí y por Faith, por todo, y nos tomamos dos copas más. Cuando ya se nos está subiendo el whisky y está empezando a amanecer, nos terminamos la última copa y cada uno se va a su habitación para seguir durmiendo.
Puesto que me quedé dormido en el jardín con la ropa puesta, me cambio y me pongo algo cómodo para dormir. Me meto en la cama y cojo el collar de Faith de encima de la mesita de noche y miro el corazón de cuarzo rosa con una pequeña sonrisa y los ojos brillantes. Instintivamente me llevo la otra mano al collar con el fósil de caracola que llevo en el cuello y que me regaló ella, y lo acaricio con suavidad.
<<Estoy deseando verte, mi amor>>, pienso, acariciando ambos collares.
Dejo el suyo encima de la mesilla de nuevo, porque no quiero que se rompa si duermo con él, y me tumbo en la cama. Alargo el brazo para acariciar la piedra en forma de corazón una vez más y luego apago la luz, dejando la habitación a oscuras, únicamente iluminada por la luz que empieza a entrar por las rendijas de la persiana a causa del amanecer.
Cierro los ojos y me quedo dormido a los pocos minutos con una sonrisa. Creo que es la primera vez en casi un año que duermo relajado y feliz.
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VOLVER A TI (YSETE 2)
RomanceDespués de que el amor de su vida se fuera sin más, Faith queda sumida en un oscuro pozo al que no encuentra ninguna salida. Cuando sale del centro psiquiátrico en el que deben ingresarla por una fuerte depresión, se propone a sí misma recuperarse y...