CAPÍTULO 62

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Can.

Me termino de anudar la molesta corbata y me coloco la chaqueta negra del traje. Hoy se casa Engin. En menos de una hora mi hermano y Gamze se darán el "sí, quiero" y estarán oficialmente casados. Estoy feliz por él.
Camino hasta el dormitorio de mi hermano, donde me lo encuentro terminando de vestirse, acompañado de los chicos y mi padre. Le veo respirar hondo unas cinco veces. Está de los nervios.
-¡Deja de temblar de una vez, tío! - se queja Murat.
-¡Estoy nervioso, ¿vale?! - exclama mi hermano, girándose -. No me caso todos los días.
-Relájate, hermano. Todo saldrá perfecto - intento calmarle -. Disfruta, vas a casarte con la mujer de tu vida.
Engin sonríe al espejo.
-Es verdad.
-¿Has hablado con Faith, Can? - me pregunta mi padre.
Asiento.
-Hace un rato me dijo que iba al salón para asegurarse de que todo iba bien en la cocina y que luego iría a la casa de Gamze para cambiarse allí e ir con ella y las chicas - digo.
No veo a Faith desde ayer por la mañana, cuando fue a recoger a sus amigos de España al aeropuerto. Luego tenía que preparar la tarta nupcial para la boda y yo ayudé a mi hermano con algunas cosas. Estoy deseando verla con ese maravilloso vestido amarillo que se compró. Lo único que me preocupa es que es muy escotado y hoy hace un frío de cojones. Incluso hace frío dentro de casa y hay calefacción. Por eso le he recordado que coja un buen abrigo con el que cubrirse. No quiero que acabe resfriándose.
Por otro lado, después de hablarlo una y otra vez, mi hermano y Gamze han llegado a la conclusión de que les haga las fotos de la boda mañana. Quieren que la intriga de verse vestidos de novio y novia llegue hasta el último momento. Así que les haré las fotos antes de que se vayan de luna de miel a Tokio para tenerlas preparadas cuando vuelvan.
-¿Estáis todos listos? - nos pregunta mi padre. Asentimos -. Pues vámonos ya, que es la hora.
Todos salimos del dormitorio y vamos cogiendo nuestras cosas de camino a la puerta. Nos subimos a nuestros respectivos coches (ya que probablemente cada uno quiera venirse de la fiesta a una hora diferente) y ponemos rumbo al salón en el que se casará mi hermano. Va a ser raro no tenerle por casa a partir de ahora. Se mudará a su nueva casa después de la luna de miel. Pero me alegro mucho por él.
Llegamos unos quince minutos después y gran parte de los invitados ya están dentro. Mi hermano aprovecha para saludarlos a todos y yo hago lo mismo. Algunos son antiguos amigos y familiares de otras partes del país a los que no vemos desde hace medio siglo. Pero no hay demasiada gente. Ni mi hermano ni Gamze querían una moda multitudinaria. La única persona a la que Engin no ha invitado ha sido a nuestra madre, y me alegro, por muy mal que suene. Mi padre no quería verla, yo tampoco y Engin tampoco es que tenga muy buena relación con ella. Tenerla aquí sólo serviría para crear tensión, y hoy es un día muy importante.
-¡Enhorabuena, Engin! - nuestra tía Fitnat, una hermana de mi padre que vive en Smirna, abraza efusivamente a mi hermano, casi sacándole el hígado por la boca -. ¡Qué guapo estás, querido! Ya creía que me moría sin ver tu boda.
-Gracias, tía Fitnat - responde mi hermano, un poco incómodo por sus achuchones.
-¡Can, querido, que guapo estás! - chilla al ver que estoy junto a mi hermano -. ¡Y qué alto y qué fuerte! ¡Estás muy cambiado! - me pellizca las mejillas, haciendo que me duelan un poco.
<<Teniendo en cuenta que la última vez que me vio fue cuando tenía dieciocho años... sí que he cambiado, sí>>, me digo.
-Gracias, tía...
Por suerte, Fitnat ve a otro familiar y sale corriendo para acercarse. Si va más rápido va a caerse con esos taconazos que lleva. Y mejor no hablar del tocado. Eso es un arma de destrucción masiva. Y qué decir de su vestido verde brillante. Encandila a la vista.
-Recuérdame por qué la invité, hermano - murmura mi hermano lo suficientemente alto como para que yo le escuche y el resto de presentes no.
-Porque es la hermana de papá - contesto.
Saludo rápidamente al resto de invitados, entre los que se incluyen familiares nuestros, de Gamze y algunos amigos, y luego me aparto un poco. ¿Cuándo llegarán Faith y el resto? Ya deberían haber llegado.
Me saco el móvil del bolsillo del pantalón para mandarle un mensaje a Faith, pero antes de que pueda hacerlo, unos aplausos llaman mi atención y al levantar la cabeza veo a Gamze entrando en el salón, resplandeciente con su vestido de novia blanco palabra de honor, ajustado a la cintura, con vuelo en la parte inferior y una larga (aunque no excesiva) cola. Está muy guapa. Detrás de ella vienen sus padres, Miriam, Jesús, Damla, Azra, Cihan, Mesut, Raquel, Melisa, Ismael, Pedro y Bea. Pero yo solo me fijo en ella, que es la última que entra. Faith, mi preciosa Faith. Lleva un abrigo negro, que se quita nada más entrar y percibir el calor de la calefacción, y se queda con su precioso vestido amarillo. Las finas tirantas se ajustan a sus hombros, dejando sus brazos al descubierto y sus tatuajes visibles. El escote permite que el tatuaje que tiene en el esternón se vea a la perfección y la fina tela del vestido se ajusta a su precioso cuerpo, la raja de la pierna derecha deja ver parte del rostro de su perro tatuado en su muslo y su piel morena contrasta maravillosamente con el tono de la tela. Lleva el pelo recogido a un lado para dejar su espalda al descubierto, y un maquillaje sutil cubre su cara. Sus labios rojos hacen que mi corazón lata fuerte y me la como con los ojos.
<<Dios, está preciosa. Es la mujer más bonita de este mundo>>, pienso, embobado en ella, con el corazón a mil por hora.
Ni siquiera me fijo en cómo se encuentran mi hermano y Gamze. Sólo tengo ojos para ella.
Faith levanta la mirada y nuestros ojos se encuentran, y ambos sonreímos. Empezamos a caminar el uno hacia el otro y cuando estamos cara a cara, agarro su mano y la hago girar sobre sí misma, admirando su cuerpo y el escote de la espalda.
-Seguro que hoy eres la mujer más guapa que hay aquí - le digo.
Faith sonríe y me abraza el cuello.
-Puede que la segunda. El primer puesto es de Gamze - responde ella -. Tú también estás guapísimo. Acabo de cumplir una de mis fantasías.
Recuerdo que me dijo que una de sus fantasías era verme en traje. Odio ponerme trajes, pero si a ella le gusta, soy capaz de ponérmelo todos los días.
Le doy un beso en la mejilla y aspiro el olor de su cuello. Adoro su aroma a vainilla. La adoro a ella.
-Vamos a sentarnos - me dice, entrelazando nuestros dedos.
Caminamos hasta los asientos libres en primera fila y, tras saludas a los chicos de España y al resto cortamente, me siento con Faith. Mi padre está sentado en la hilera de sillas al lado de la nuestra con los padres de Gamze y los de Faith y el resto de los invitados están distribuidos en el resto de filas.
Durante el tiempo que habla el oficial de bodas, mi hermano y Gamze no se quitan los ojos de encima. Se miran con tanto amor que ni siquiera escucho lo que dice el oficial.
-Son adorables, ¿verdad? - murmura Faith.
Asiento. Acaricio la piel de su mano con el pulgar.
-Se adoran - hablo bajito.
Miro a Faith y la veo recolocarse las gafas mientras mira a mi hermano y su amiga con los ojos llorosos. Lo que me hace fruncir el ceño preocupado es ver la piel de sus brazos erizada.
-¿Tienes frío? - le pregunto, preocupado. Me temía esto por las bajas temperaturas que hacen hoy.
-Más que un cachorro de dos meses recién bañado - confiesa.
Rodeo sus hombros con mi brazo y acaricio la piel fría de su hombro con los dedos.
-¿Mejor? - le pregunto.
Faith me mira y asiente, sonriendo, para luego darme un beso en la mejilla, que me cosquillea deliciosamente, y apoyar la cabeza en mi hombro.
-Engin Doğan, ¿aceptas a Gamze Kaya como tu legítima esposa? - le pregunta el oficial a mi hermano.
Engin mira a Gamze con los ojos brillantes y asiente.
-Sí, acepto.
-Gamze Kaya, ¿aceptas a Engin Doğan como tu legítimo esposo?
-Por supuesto que acepto - responde ella, sonriendo, con los ojos lacrimosos.
-Pues por el poder que se me ha otorgado, yo les declaro marido y mujer. Pueden besarse.
Ambos se acercan muy lentamente y se dan un precioso beso que hace que todos los presentes nos levantemos aplaudiendo. Faith se limpia un par de lágrimas por debajo de las gafas y sonríe, emocionada. Es tan sensible y maravillosa.
-¿Se me ha corrido el maquillaje? Dime que no, Can. No quiero parecer un panda - me dice, cuando su llanto se calma, con la voz un poco gangosa y temblorosa.
-Estás preciosa, cariño - le acaricio las mejillas con las manos y le doy un pico en los labios -. Te quiero.
-Y yo a ti - sonríe.
Nos volvemos a sentar en nuestras sillas y, puesto que mi hermano y Gamze querían que nosotros fuéramos los testigos, nos levantamos cuando ellos firman los papeles y dejamos nuestra firma en sus respectivos huecos.
Faith abraza a su amiga, quien no puede dejar de llorar de la emoción y yo felicito a mi hermano, bromeando sobre librarme de él por fin.
-Joder, qué bonito todo. Casi lloro - Murat aparece y se limpia una lágrima imaginaria del ojo.
-Tú cargándote los momentos, como siempre - Ömer se coloca a su lado, de la mano de Damla.
-Yo lo que quiero es comer ya - Pedro, el amigo de Faith se acerca.
-¿Todavía tienes hambre, tío? ¡No has dejado de comer en todo el día! - se queja Raquel -. ¡Qué cruz de hombre!
-Si este no come, engulle - dice Faith.
El resto de los chicos se acercan para felicitar a mi hermano y su ya esposa y luego charlamos un poco con el resto de invitados, antes de ir a sentarnos a nuestras respectivas mesas para cenar el maravilloso menú que Faith ha diseñado.

VOLVER A TI (YSETE 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora