CAPÍTULO 40

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Can.

La armoniosa voz de Ed Sheeran con su canción Photograph nos envuelve a Faith y a mí mientras bailamos en la pista de baile del pub Media Luna. Y Faith está preciosa. Siempre lo está. Lleva una falta vaquera negra que le llega un poco más arriba de la mitad del muslo, unas medias color carne, dejando ver el tatuaje de su perro que lleva en el muslo, un jersey rosa claro, unas botas marrones de media caña, el pelo rizado suelto y un sutil maquillaje que resalta sus finos labios y sus ojos marrones.
     Ambos nos mecemos al ritmo de la canción, abrazados. Yo le rodeo la cintura con los brazos y ella tiene las manos apoyadas en mi pecho. Le digo lo guapa que está, una vez más, y ella menciona que le gusta mi camisa, mientras nuestras frentes están apoyadas una sobre la otra. Me separo y le beso la frente dulcemente, dejando mis labios sobre su piel unos segundos. Luego me separo y la miro a los ojos. Está tan guapa, tiene una mirada tan brillante y yo siento tanto amor y deseo hacia ella, que no puedo evitarlo, ni aguantarlo más. Bajo un poco la cabeza y uno mis labios con los suyos, besando su dulce boca. Una explosión de sensaciones me invade el cuerpo y casi no puedo creer que la esté besando después de un año sin rozar su boca. El corazón me da un vuelco, los labios me hormiguean y un delicioso y a la vez sofocante calor me recorre el cuerpo.
     <<Echaba tanto de menos sus labios>>, pienso.
     Sujeto a Faith de la cintura, disfrutando del dulzor de su boca. Lo malo empieza cuando siento que su cuerpo se tensa y que, segundos después, separa su boca de la mía y me empuja suavemente para apartarme de ella. Y se aleja sin ni siquiera mirarme. Coge su bolso de la mesa y sale pitando del bar. Y entonces me doy cuenta de lo que he hecho.
     ¡Mierda, mierda, mierda! ¿¡Qué coño acabo de hacer?! ¡Acabo de besarla! ¿¡Cómo se me ocurre hacer eso?! Paso a paso, joder, paso a paso. Besarla así no es ir paso a paso.
     Me doy una torta en la frente y me paso la mano por el pelo para luego salir corriendo tras ella. Me abro paso entre la gente y salgo del pub, buscándola por todas partes.
     << ¿Dónde habrá ido? Espero no haber mandado a la mierda todo lo que hemos avanzado estas semanas>>, pienso, buscándola desesperado por la calle.
     Hace un frío de muerte y me abrazo a mí mismo mientras la busco y la busco por todos los alrededores del pub. Cuando llego a la playa ojeo la parte más iluminada, la veo, de pie en la arena, de espaldas a mí. Se ha colgado el bolso cruzado sobre el pecho y esta cruzada de brazos. A medida que me acerco, me doy cuenta de que su cuerpo está tenso y sus hombros se elevan y descienden lentamente, respirando hondo.
     Me coloco tras ella con los nervios devorándome el estómago y me retuerzo los dedos antes de tragar saliva y hablar:
     -Faith – la llamo, con la voz entrecortada por los nervios.
     Su cuerpo da un pequeño brinco, pero no se gira ni pronuncia ninguna palabra. Y yo empiezo a hablar y hablar, intentando arreglarlo:
     -Siento haberte besado, de verdad – me disculpo -. A ver, no lo siento, en realidad. O sea, sí – lo estoy arreglando -. Sé que te prometí ir paso a paso y no ha estado bien besarte así. Pero es que hace tanto que no te beso y estás tan guapa, que no he podido evitarlo – le digo -. Lo siento mucho, Faith. He sido muy brusco y te prometí ir paso a paso. Perdóname, por favor. No quiero que esto se vaya a la mierda. No quiero perderte otra vez.
     Respiro hondo, esperando a que diga o haga algo. El corazón me late cada vez más rápido, las manos me sudan a pesar del frío y tengo la garganta seca. Tengo miedo de que todo se arruine.
     Faith sigue de espaldas a mí, sin decir una palabra ni ningún movimiento. Sin embargo, un par de segundos después se gira y me mira seria, con los ojos enrojecidos y los labios entreabiertos. Se abraza a sí misma y su pecho se eleva con fuerza.
     <<Va a mandarme a la mierda>>, me digo, viniéndome abajo.
     Pero no hace eso. Lo que hace es acercarse a mí a paso decidido, me agarra las mejillas con las manos y esta vez es ella quien se pone de puntillas y me besa. Como respuesta, yo rodeo sus mejillas con las manos y le respondo en milésimas de segundo, sin poder creer que ahora sea ella quien me esté besando.
     La quemazón que sentía en el pecho se desvanece por completo y la felicidad de saber que nada está perdido me invade. Muevo mis labios sobre los de ella con mucha suavidad para que no se sienta incómoda, y segundos después Faith separa su boca de la mía. Le acaricio las majillas con los dedos mientras ella mantiene los ojos cerrados. Nuestras respiraciones están agitadas y cuando voy a hablar, Faith se adelanta.
     -Tengo que irme – murmura, separándose del todo.
     Me mira seria, nerviosa. Respira hondo y se muerde los labios. Yo me humedezco los míos con la lengua. 
     -Deja que te acompañe. Es muy tarde – no quiero que se vaya así.
     Niega con la cabeza y me desinflo.
     -Ahora mismo… preferiría estar sola, Can. Necesito pensar un poco – me dice en un tono bajo -. Hablamos mañana, ¿vale?
     Asiento, viendo que no cambiará de opinión.
     -Al menos mándame un mensaje cuando llegues a casa. Para saber que estás bien – le pido.
     Faith asiente y, dedicándome un intento de sonrisa, empieza a andar calle abajo, cruzada de brazos, abrazándose. Y yo la observo hasta que desaparece en la esquina para luego llevarme las manos a la cabeza y cagarme en todo por ser tan idiota.

VOLVER A TI (YSETE 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora