CAPÍTULO 24

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Can.

Cuando Faith descuelga la llamada y su voz llega a mis oídos casi me caigo del sillón. El estómago se me encoge y el corazón me va a mil. ¡Ha contestado!
     -¿Sí? – contesta en un perfecto español.
     -Hola – contesto en el mismo idioma, pero en un tono algo nervioso.
     -¿Can? – pregunta.
     -Sí, soy yo – me muerdo el labio y me levanto del sillón.
     Pasamos unos segundos en silencio y yo no sé qué decir. No me esperaba que cogiera el teléfono.
     -¿Estás ahí? – pregunta cuando no me oye decirle nada.
     -Sí, perdona. La verdad es que creía que no ibas a contestar – reconozco en voz alta y suelto una risa nerviosa -. Sé que te prometí que no iba a llamarte mientras estuvieras en España, y eso… - hago una pausa -. La verdad es que sólo quería escuchar tu voz – admito casi en un susurro.
     Faith se queda callada, pero creo que sonríe. La conozco bien.
     -¿Cómo estás? – le pregunto, segundos después.
     -Pues… bien – responde -. Estoy con mis amigos y mis titos cenando en casa. ¿Y tú?
     -Estoy en el jardín. Hace un poco de frío, pero es soportable – le cuento. Dejo de hablar unos segundos -. Sé… sé que no debería decirte esto, pero… te echo de menos. Aunque sólo sea para que me mandes a la mierda – suelto una risa y presiento que ella también lo hace. Y eso me hace feliz.
     -Creo que es lo único que he hecho últimamente – me habla.
     -Me lo merecía – sigo -. Bueno – suspiro -, supongo que te estarán esperando, así que será mejor que cuelgue. Sé que tampoco debería decirte esto, pero… te quiero – le suelto. Necesito decírselo, aunque ella no diga nada. Y no lo hace, se mantiene callada, y lo entiendo. Mejor eso a que me diga algo hiriente -. Disfruta del resto de la semana, nos vemos cuando vuelvas.
     -Vale – contesta con la voz un poco tomada -. Buenas noches, Can.
     -Buenas noches, Faith - <<mi amor>>.
     Es ella quien cuelga la llamada y yo me separo el móvil de la oreja, con una sonrisa. Ha contestado y ha hablado conmigo. No ha dejado que la llamada pasara, ni ha sido borde. Es un gran avance que aumenta un poco más mis esperanzas. Tan sólo cuatro días más.
Miro al cielo y sonrío de nuevo. Mentiría si dijera que ahora mismo no estoy pletórico de felicidad. Pero no quiero ilusionarme demasiado. Lo mejor será que me mantenga sereno hasta que Faith vuelva y hablemos. Siempre dicen que es mejor ponerse en lo peor para sentirse mejor cuando llegue la buena noticia. Pues eso tendré que hacer, no cantar victoria hasta hablar con Faith.
     Me acerco a la mesa y me bebo el resto de la copa que me he servido, para luego recoger el vaso y entrar en casa y echarme otro. No tengo sueño y ya he terminado de leerme los dos cuadernos que tenía de Faith. Supongo que, o bien está terminando de escribir el tercero, o bien ya lo ha escrito pero no se lo ha dado a Damla. 
     Podría hacer alguna foto, pero la luz que hay esta noche no me gusta demasiado, así que aparto esa idea de mi cabeza. Al final voy a mi habitación y cojo uno de los libros de mi estantería: Macbeth, de William Shakespeare.
     Salgo de nuevo al jardín y me siento en una de las hamacas. Abro el ya gastado libro porque me lo he leído unas cuantas veces y me sumerjo en la lectura hasta que el sueño me vence y me quedo dormido con el libro sobre mi pecho.

VOLVER A TI (YSETE 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora