Can.
Salgo de la ducha y me envuelvo la cintura con una toalla para coger otra más pequeña y secarme el pelo. He dejado la cena haciéndose en el horno y he venido a darme una ducha. Faith llegará en menos de una hora y todo tiene que estar listo. Mi hermano y mi padre aún no se han ido, así que les he pedido que vigilen el horno hasta que yo termine y así puedan irse a sus respectivas cenas. Mi hermano Engin cenará con Gamze y sus padres, y mi padre ha quedado en la casa de uno de sus amigos de la universidad para cenar en grupo, porque hace mucho que no se ven.
Me seco el pelo y el cuerpo y, cuando me paso la toalla por los dos tatuajes que tengo en el pectoral y el costado izquierdos, me pregunto cuándo volveré a sentir sus dedos delineando las líneas y pienso en cuántas ganas tengo de que suceda cuanto antes. Saco un bóxer para colocármelo y luego ir hasta el armario, de donde saco una camiseta blanca, un pantalón gris y una chaqueta del mismo color, todo combinado con unos deportes blancos. Me recojo el pelo en un moño, me echo un poco de perfume y me pongo algunos complementos para terminar.
Salgo de mi habitación cuando estoy listo y voy a la cocina, donde mi padre y mi hermano me esperan, ya vestidos para irse.
-¡Mira qué guapo se nos ha puesto, papá! – bromea mi hermano en un tono tierno y al mismo tiempo burlesco.
Le lanzo el paño de cocina a Engin y mi padre se ríe.
-Habló el que parece que va a casarse hoy – contraataco yo, al ver su camisa blanca, su corbata y su pantalón de vestir.
-No es mi culpa ser más elegante que tú, Can – se defiende él.
-Yo más bien diría pijo – sigo pinchándole -. ¿Seguro que no eres adoptado, Engin?
-¡Vete a la mierda, Can! – me lanza el paño y yo lo cojo entre risas.
-¡Haya paz! – interviene mi padre, riéndose también -. Los dos estáis estupendos, chicos.
-Anda, largaos ya, que Faith no debe tardar mucho – les digo.
Ambos se levantan de los taburetes de la isla y se despiden de mí con un abrazo antes de salir de la cocina y caminar hasta la puerta de casa. Escucho el sonido de la puerta cerrarse cuando estoy revisando que el pescado que está en el horno no se queme, y me dispongo a poner la mesa. Coloco platos, copas, cubiertos, servilletas de tela, velas… todo lo necesario para una cena romántica como Dios manda. El postre de chocolate y fresas que he preparado con la ayuda de los chicos esta tarde se está enfriando en el frigorífico, y coloco los entrantes que he preparado antes de meterme en la ducha en el centro de la mesa. Bueno, pues todo listo.
En ese instante, el timbre suena y los nervios se instalan en mi estómago. Faith está aquí, ya ha llegado. Va a entrar aquí por primera vez después de un año entero sin pisar esta casa.
Camino a paso decidido, aunque algo vacilante, hasta la puerta y respiro hondo, intentando calmar el latido de mi corazón.
<<Vamos, ábrele ya>>, me dice mi cerebro.
Agarro el pomo de la puerta y trago saliva una vez más, antes de abrir.
ESTÁS LEYENDO
VOLVER A TI (YSETE 2)
RomansaDespués de que el amor de su vida se fuera sin más, Faith queda sumida en un oscuro pozo al que no encuentra ninguna salida. Cuando sale del centro psiquiátrico en el que deben ingresarla por una fuerte depresión, se propone a sí misma recuperarse y...