Faith.
Estoy nerviosa. Hace un rato he llamado a las chicas para pedirles que vengan al restaurante y hablar con ellas. Quiero pedirles disculpas por cómo me comporté con ellas el otro día. Puede que me pasara un poco, pero es que me molestó bastante que le dieran mis cuadernos a Can a mis espaldas.
-No están enfadadas contigo, Faith – la voz de Can me saca de mis pensamientos. Levanto la cabeza y le miro -. Mira, ya están aquí.
Me giro sobre el taburete de la barra y veo entrar a Damla, Gamze y Azra, acompañadas del resto. Se acercan a pasos lentos hacia mí y se quedan quietos a unos centímetros. Están nerviosos. Todos los estamos.
-Hola – Ömer es el primero en hablar.
-Hola – respondo yo en un tono nervioso.
-Antes de que digas nada, lo sentimos mucho. Te prometemos que nunca más haremos nada a tus espaldas sin consultarte – habla Damla, apresurada.
-Entendemos que estés enfadada con nosotros – añade Cihan.
-Yo también quería pediros perdón. Sobre todo a vosotras – señalo a mis amigas -. Fui un poco cruel con vosotras. Lo siento – me disculpo.
-No pasa nada – Gamze me dedica una sonrisa tierna -. Creo que todos habríamos reaccionado igual que tú – todos asienten.
-Así que danos un abrazo ya – Mesut da un paso adelante y abre los brazos.
Ni siquiera me lo pienso. Avanzo hacia él y le rodeo con los brazos. Él me abraza y en cuestión de segundos todos se unen al abrazo, prometiéndome una vez más que nunca más volverán a hacer nada a mis espaldas por muy buena acción que crean hacer. Cuando nos separamos yo estoy medio llorando y Azra está con las lágrimas llegándole a la barbilla.
-Oye, Faith – al voz de Estefanía, una de las cocineras llama mi atención.
-Dime – respondo, limpiándome las lágrimas con la manga del jersey.
-¿Puedes hacer la espuma de salsa verde para las merluzas? – me pregunta.
Asiento.
-Ahora vuelvo – les aviso a los chicos -. Sentaos si queréis y ahora comemos algo.
Todos me hacen caso y yo camino hasta la cocina, donde me coloco el delantal y empiezo a hacer la espuma. La receta tradicional española es merluza en salsa verde. Yo en vez de hacer sólo la salsa, hago una espuma que le da un toque muy elegante al plato. Cojo una rama de perejil, ajos, aceite, caldo de pescado casero que he preparado hace un rato, un poco de sal, vino blanco y un poco de harina, y lo coloco todo en la encimera para trocear lo necesario y triturarlo todo en la batidora. Luego paso el líquido a un vaso grande de plástico y cojo la túrmix para empezar a hacer la espuma, lo cual consiste básicamente en batir la superficie del líquido para que poco a poco se cree la espuma. Una vez está lista la coloco en los platos de merluza y los camareros se los llevan. Luego Jordi me pide que pruebe el arroz con leche que está preparando, porque ya quedan pocos y es uno de los postres que más se piden.
-Échale un poco más de cáscara de limón – le digo -. Está muy rico. Voy fuera, si necesitáis algo, me llamáis.
Todos asienten y yo me quito el delantal para ir a la mesa con los chicos, que están charlando animadamente sobre algo. Sin embargo, cuando voy a unirme a la conversación, mi móvil empieza a sonar en el bolsillo de mi vaquero y lo saco para ver quién me llama. Es mi tito Andrés. No dudo ni un segundo en contestar la llamada.
-Buenas tardes, querido tito – saludo con mi habitual tono dramático.
-Hola, guarrona – él y sus motes cariñosos -. ¿Qué te cuentas?
-Pues aquí estoy en el restaurante – me siento en la silla libre al lado de Can -. ¿Y tú?
Can me pregunta con la mirada quién es y yo contesto sin voz que es mi tito, a lo que él responde pidiéndome que le mande saludos.
-Por cierto, Can te manda saludos – le digo cuando termina de contarme lo bien que le va en la agencia de modelos de Madrid.
-Devuélveselos de mi parte – dice él -. Oye, te iba a decir que vamos a ir de visita para las vacaciones de Semana Santa. ¿Te apetece?
Cuando oigo sus palabras, doy un brinco de alegría en la silla, que sorprende a todos. No les veo desde que fui en noviembre con mis padres y les echo mucho de menos.
-¡Claro que me apetece! – medio chillo -. ¿Vais a estar toda la semana?
-Sí. Es a mediados de abril, así que en unas semanas nos tienes allí dándote por culo – ríe -. Ya se lo he dicho a tu madre.
-Genial – sonrío -. ¡Qué guay! Os echo mucho de menos – digo con voz nostálgica.
-Y nosotros a ti – responde él -. Además, hace mucho que no veo a tu novio sin camiseta.
-¡Qué cerdo eres! – río.
-¡Está muy bueno, no es culpa mía! – se defiende él entre risas.
Hablo con él unos cinco minutos más hasta que me dice que tiene que irse a una sesión de fotos y que hablaremos más tarde para concretar algunos detalles sobre qué día concreto vendrán, la hora y demás. Yo le mando un beso y cuelgo para después mandarles un mensaje a mis titas, emocionada por su visita.
-¿Viene tu familia? – me pregunta Can cuando guardo el móvil.
Asiento, sonriente.
-Durante Semana Santa – respondo -. Prepárate para tener a mis primos encima todo el día.
-Nací preparado – sonríe y luego me da un beso en el pelo.
Hablamos un poco de la inminente visita de mi familia a Estambul y luego les pregunto lo que les apetece comer antes de meterme en la cocina con Can y prepararlo entre los dos. A este paso, Can termina cocinando mejor que yo. Se le da de maravilla.
Una vez preparamos el almuerzo y lo colocamos todo en la mesa, nos zampamos la comida a dos carrillos y luego nos tomamos unas deliciosas galletas que he preparado esta mañana acompañadas de un té y de conversaciones planeando dónde y cuándo será nuestra siguiente barbacoa en pandilla.-------
Espero que el capítulo os haya gustado 🥰. Esta semana intentaré subir otro capítulo 🫶🏼.BESITOOOSSSSS 😘.
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VOLVER A TI (YSETE 2)
Roman d'amourDespués de que el amor de su vida se fuera sin más, Faith queda sumida en un oscuro pozo al que no encuentra ninguna salida. Cuando sale del centro psiquiátrico en el que deben ingresarla por una fuerte depresión, se propone a sí misma recuperarse y...