Faith.
Nochebuena la paso cenando con mis padres en casa y el calor de la estufa, mientras mantenemos una intensa y duradera conversación por Skype con el resto de la familia. Como nosotros fuimos hace poco y ellos han venido un par de veces a verme cuando estuve mal, estaba la cosa un poco complicada para reunirnos, así que hemos optado por una video-llamada. También llamo a mis amigos de España para desearles una feliz Navidad y les pongo un poco al día sobre cómo va todo. Les mando un mensaje a los chicos por nuestro grupo para comentarles cómo me ha ido el día (incluida la salida al mercado con Can) y luego hablo con Can por mensajes hasta que me quedo dormida.
Al día siguiente, Navidad, voy a pasar el día fuera con mis padres. Digamos que es una tradición salir por ahí el día de Navidad, comer, charlar, comprar cosas navideñas… Mi madre puso el árbol a principios de mes, así que os podéis hacer una idea de cuánto le gusta la Navidad. Paseamos por el barrio de Nisantasi, admirando la decoración navideña, nos hacemos fotos juntos y comemos en un bonito restaurante. Luego nos pasamos por el mío para ver que todo vaya bien y terminamos el día paseando con Sam por el puerto y bebiendo té sentados en un banco.-Así que mañana vais a cenar juntos – habla Melisa en un perfecto turco al otro lado de la línea.
Hoy estoy en el restaurante y estaba hablando del tema con Damla, Azra y Gamze cuando ha llamado Melisa y ha metido al resto de mis amigos de España en la llamada, puesto que todos hablan bastante bien turco.
-Sí – respondo, amasando la masa para el pan -, en su casa. Y, no sé, hace mucho que no voy y…
-Y nada –interrumpe Raquel -. Faith, si quieres volver con él, en algún momento tendrás que pisar su casa.
-Raquel lleva toda la razón, Faith – coinciden Damla y Gamze.
-Ya sé que la lleva, todos la lleváis. Pero eso no quita que me asuste un poco ir – reconozco -. Son demasiados recuerdos.
-¿Se lo has comentado a tu psicóloga? – pregunta esta vez Ismael.
-Mañana antes de la cena tengo cita con ella – comento.
-Pues háblalo con ella. No hay nadie mejor para ayudarte con eso – vuelve a decir Ismael.
Sé que en eso tiene toda la razón. La doctora Aylin es la única persona que realmente me puede ayudar con esto. Quiero a Can y quiero volver con él. Pero entrar en su casa después de pasar un año entero evitando pisar su calle es algo que me pone un poco nerviosa.
-¿Te ha vuelto a besar? – me pregunta Azra, mientras yo remuevo el contenido de la sartén.
-¿¡Besarte?! ¡Pero, ¿qué coño, Faith?! – grita Pedro al otro lado de la línea, sin poder creérselo.
-¡Pero si nos lo dijo el otro día, ceporro! – le suelta Melisa -. Lo que pasa es que tú estabas más ocupado en ponerte ciego a tequila que a lo que nos contaba.
Suelto una risa y el resto también lo hace. Digamos que a Pedro le gusta más un chupito de tequila que a Sam su pelota de tenis. Y cuando se emociona con los chupitos ya no ve nada más. Así que no me sorprende que no se acuerde de que les dije que Can me había besado.
-La respuesta es no – digo -. No me ha vuelto a besar – les cuento -. Hemos vuelto a los besos en la mejilla y los abrazos.
Aparto la sartén del fuego y vierto el contenido en un plato para que Ozan lo lleve a una de las mesas.
-Seguro que piensa que te puedes volver a molestar – opina Damla -. Sabemos cómo es Can, Faith. Y te puedo asegurar que no va a volver a besarte a menos que tú se lo pidas o seas tú quien le bese.
Sonrío levemente. Sé que será así. Y me encanta. Me encanta que no quiera dar un paso en falso, que siempre quiera que yo le dé mi opinión o necesite que sea yo quién le diga que lo haga, porque no quiere estropear nada. Eso dice mucho de él.
Dejo otro plato preparado en la encimera y otro camarero lo recoge. Me lavo las manos y me las seco con un paño para seguir hablando con los chicos tranquilamente, mientras Kemal, Jordi, Estefanía y Seyma siguen cocinando.
-Cambiando de tema, ¿cuándo se casan Engin y Gamze? – pregunta Bea -. Que yo me tengo que comprar mi vestido.
-Ya somos dos – dice Raquel.
-Tres – añade Melisa.
-Quieren casarse en un mes, o sea, en pleno invierno – respondo -. Ya les hemos dicho a los dos que es una locura casarse con tanto frío, pero no entran en razón.
Gamze nos mira indignada.
-¡Ni nos vais a hacer cambiar de idea! Nos vamos a casar ese día. Además, el salón tiene calefacción, sólo tenéis que ir abrigadas el rato que tardéis en llegar, nada más. Punto – zanja el tema.
-Pues me compraré un abrigo de pluma a juego con el vestido – bromea Melisa, haciéndonos reír.
Durante un buen rato más, seguimos hablando de la boda de Engin y Gamze y luego les pregunto a Melisa, Raquel, Ismael, Pedro y Bea qué tal lo pasaron ayer en Navidad y qué hicieron. Casi todos me dicen que pasaron el día en familia, almorzando y cantando villancicos, y Bea cuenta que pasó hasta mediodía con sus padres y su hermana, y que luego se fue a pasar la noche con Darío, solos.
Una vez cuelgo el móvil, las chicas me ayudan a preparar algo para almorzar y nos sentamos en nuestra habitual mesa a comer, puesto que los chicos están ocupados y no pueden venir, incluido Can, que hoy tiene un almuerzo/reunión para unas fotos que quieren que haga.
Después de zamparnos el pollo con salsa de champiñones que he preparado, las cuatro lo recogemos todo y nos sentamos en la barra a charlar y beber té.
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VOLVER A TI (YSETE 2)
RomanceDespués de que el amor de su vida se fuera sin más, Faith queda sumida en un oscuro pozo al que no encuentra ninguna salida. Cuando sale del centro psiquiátrico en el que deben ingresarla por una fuerte depresión, se propone a sí misma recuperarse y...