Valia

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Louise agarró el dobladillo de su vestido lavanda.

'Marquesa Garth...'

La razón por la que decidió asistir a este banquete imperial fue por Valia, quería ver a la marquesa Garth con sus propios ojos. De lo contrario, sintió que no podía soportarlo más. Quería ver qué clase de mujer se había casado con el hombre que una vez amó hasta la muerte.

Hubo muchos rumores sobre el marqués y la marquesa Garth. Todos ellos eran rumores que eran tan dulces como si hubieran sido cubiertos con miel. Pero para Louise, Schuden no era un hombre así, no creía en ninguno de ellos. Por fuera, era absolutamente perfecto. Tenía una apariencia hermosa de la que era difícil quitarle los ojos. Incluso tenía una actitud educada y noble. Estaba segura de que le llevaría medio día hablar sobre los puntos fuertes de Schuden.

Un hombre tan perfecto nunca había revelado su verdadero corazón. Louise era una de las pocas que posiblemente podría tener una idea de su sólida pared.

'Pensé que él siempre sería frío con su esposa también. Aunque sonríe, pensé que solo tendría una sonrisa breve.'

Louise siguió revoloteando alrededor de Schuden durante todo el banquete. No tuvo el coraje de acercarse a él con Valia de su lado, así que solo miró la cara de Schuden todo el día.

'Pensé que vi mal.'

Ella no sabía que Schuden era un hombre que sabía sonreír a menudo. Tampoco sabía que él era un hombre que sostenía la mano de una mujer de esa manera y mantenía los ojos fijos en su rostro todo el tiempo. Parecía que las lágrimas estaban a punto de brotar, pero Louise no podía apartar los ojos.

Cuanto más miraba a Schuden, más extraña se sentía Louise. Los ojos de Schuden de alguna manera parecían familiares. Pensó que lo veía a menudo en algún lugar, pero no podía pensar en dónde y quién era. Cuando Valia le sonrió a Schuden, se dio cuenta claramente de la identidad del sentimiento indescriptible.

'Entonces él también puede tener ese tipo de mirada en sus ojos...'

La razón por la que los ojos de Schuden eran familiares era porque eran los mismos que Louise veía en el espejo cada vez. La única que pudo reconocer de inmediato la mirada en sus ojos fue la que estuvo enamorada de él durante mucho tiempo.

Lo que estaba contenido en los ojos que miraban a Valia era un claro deseo.

***

El primer día del banquete imperial concluyó con éxito. El baile duró hasta altas horas de la noche y los asistentes estaban limpiando el salón del banquete. Se retiraron las rosas rojas adornadas por todo el salón y las copas con hermosos diseños delicadamente elaborados se apilaron alto y se colocaron en bandejas.

—Esto es extraño.

Un asistente de cabello castaño que estaba recogiendo las copas murmuró. Su colega, que estaba limpiando la mesa frente a él, preguntó.

—¿Qué ocurre?

—Mira esto.

El asistente de cabello castaño le mostró la copa que sostenía.

—¿Eh?

Los ojos del asistente se abrieron cuando vio la copa. La copa, que debería tener forma redonda, estaba abollada en forma de dedos. Parecía como si acabara de ser sacado de la fundición caliente en la fragua.

—Pero esta es una copa de plata, debe ser muy dura. ¿Qué pasa con esto?

—Eso es lo que quiero decir. ¿Quién lo abolló así?