Valia

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Nobles.

Los ojos de Valia revolotearon ligeramente. La conciencia de esta vívida emoción de que ella lo amaba. Su corazón, empapado de amor, le susurró.

'¿No te has dado cuenta de que eventualmente te enamorarás de este hombre?'

No podía quitarle los ojos de encima. El lugar al que se dirigía su corazón era tan claro como la noche roja, no podía apartar la vista. El momento en que se dio cuenta de su amor por primera vez fue tan feliz y cariñoso. Ella pensó que iba a llorar, pero por otro lado, quería sonreírle a él, quien vino a recogerla.

—... La última vez dije que sería yo quien te recogería.

Así que Valia todavía sonrió. Ella mostró una sonrisa con el corazón empapado.

—... Pero viniste otra vez esta vez, Schu.

Valia estaba feliz de ver venir a Schuden cada vez que llovía. Dejando atrás la atmósfera húmeda de la lluvia, su sobreabundancia de felicidad hizo que le doliera el corazón al ver a Schuden frente a ella.

Schuden le dijo a Valia.

—Entonces, la próxima vez que llueva, ¿te espero?

—Sí.

'¿Él conoce este sentimiento? Si no lo sabe, ¿seré capaz de transmitirle estos abrumadores sentimientos?'

—Te recogeré entonces, Schu.

Schuden sonrió.

—Lo esperaré con ansias, querida.

Las sonrisas de la pareja se mezclaron suavemente. Schuden escoltó a Valia y subieron juntos al carruaje. Las mujeres nobles no pudieron mantener la boca cerrada, se reunieron alrededor y miraron a Schuden y Valia. No pudieron decir nada hasta que el carruaje se hubo ido por completo.

—Bueno, entonces, señoras, esperen con ansias la próxima fiesta del té. Gracias por asistir a mi fiesta de té hoy.

Diana despidió a las mujeres nobles con una voz alegre. Ver la aparición repentina del marqués Garth hizo que las mujeres nobles se sorprendieran un poco, y ver a las mujeres nobles sorprendidas hizo que Diana se sintiera muy orgullosa a su vez. Murmuró mientras miraba los carruajes partir.

—Debo haber tenido suerte de haber conocido a Valia en el palacio ese día.

Diana estaba feliz de tener un buen amigo, pero también obtuvo un pequeño placer inesperado. ¿Cuándo vería alguna vez esos rostros en el círculo social de esta sofisticada capital? Nunca más lo volvería a ver en su vida. Diana sonrió con picardía y avanzó sus pasos hacia el edificio principal.

***

En el carruaje de Garth, corriendo hacia la mansión, habló Schuden.

—Valia, ¿pasó algo en la fiesta del té?

—¿No? No pasó nada.

'Pero su expresión en ese momento decía lo contrario.'

Schuden había estado observando las expresiones de Valia desde el momento en que tomó su mano. Vio algunas emociones complejas destellando en su rostro tranquilo. Valia siempre había sonreído tan silenciosamente como la luna en el agua, sin sombra en su propia sonrisa. Pero, su sonrisa antes era un poco diferente de lo habitual. Un fragmento de cierta emoción se ocultó bajo su sonrisa antes de que pudiera siquiera examinarlo de cerca.

Schuden estaba preocupado por Valia, los círculos sociales de la capital no eran un lugar fácil para los nobles que participaban por primera vez y tenían sus propias reglas. Por supuesto, la posición como marquesa de Garth era un escudo fuerte en sí mismo, pero no podía bloquear por completo las calumnias elegantes. Esta gran sociedad social era un lugar tan despiadado donde incluso si la preciosa hija de alguien era humillada en su debut y lloraba toda la noche, la madre ni siquiera podía ir al oponente y abofetearlo.