Valia

66

—Era Lady Eve. ¿La recuerdas?

Schuden parecía haberse endurecido sin asentir ni sacudir la cabeza. Valia lo miró pacientemente. Si ella hubiera preguntado algo más, él habría respondido en consecuencia. Cuando ella solo lo miró, Schuden puso excusas, o en realidad mencionó una excusa.

—... Nada pasó con ella.

—¿No saliste con ella?

—...

Schuden se quedó literalmente sin palabras. Fue golpe tras golpe. El mercenario que se decía que era el padre adoptivo de Valia vino a su mente. Obviamente, debe haberle enseñado sus tácticas.

Cuando no dio ninguna respuesta, Valia lo miró y le quitó el brazo que estaba envuelto alrededor de su cintura. Fue literalmente un gesto para quitarlo a la ligera, no para rechazarlo. Schuden ni siquiera pudo atraparla como de costumbre. Simplemente aceptó su destino.

Valia se alejó un par de pasos de él y contuvo la risa que estaba a punto de salir involuntariamente. Podía sentir que Schuden estaba perplejo incluso con solo mirarlo. ¿Había alguien en el Imperio que pudiera ver directamente al marqués Garth perplejo?

Quizás ella fue la primera y la última. Solo pensar en eso la hizo sentir mejor.

Además, estaba desconcertado cuando ella habló de la mujer de su pasado. Aunque era un tema que se podía pasar sin rodeos si quisiera, Schuden no lo hizo. Valia también estaba un poco feliz por eso, solo parecía probar que él se preocupaba por sí misma hasta cierto punto.

Sobre todo, la situación era muy interesante para Valia. Quería bromear un poco más con su desconcertado marido.

—Creo que su nombre era Louise. Pero no le miré bien la cara.

—...

Schuden quería bloquear de alguna manera los labios de Valia, que seguía hablando de Louise. Pero no pudo hacerlo porque se sentía culpable. Solo su mano que había sido empujada desde la cintura de Valia se movió ligeramente. Independientemente de los sentimientos de Schuden, Valia solo sonreía como siempre.

—Pero recuerdo que era rubia.

Por supuesto, sus palabras fueron muy diferentes de lo habitual.

—... ¿Realmente necesitas recordar eso?

—Porque ella vino frente a mí.

—...

Schuden volvió a cerrar la boca. Ya era la tercera vez. Se suponía que debía responder, pero no tenía idea de qué responder. Nunca había estado tan sin palabras en toda su vida. Nunca imaginó que su esposa traería a colación a una mujer de su pasado. No, para ser precisos, ni siquiera esperaba que la historia lo desconcertara.

—... ¿Lady Eve te dijo algo?

—No dijo nada. Solo vi su rostro por un momento. Era una dama muy bonita con el cabello platinado. Escuché que el cabello platinado claro como ese es raro.

Mientras hablaba de Louise, la voz de Valia era simplemente refrescante. Pero desde el punto de vista de Schuden, eso era más preocupante.

Una mujer esperando una respuesta y un hombre que no podía responder fácilmente. El silencio fluyó. Eventualmente, Schuden dejó escapar un suspiro bajo. Nunca había suspirado así, incluso cuando el refuerzo enemigo se incrementó repentinamente en el campo de batalla cuando aún era un heredero.

—Valia.

Schuden atrajo a Valia a sus brazos. Fue abrazada sin resistencia. Él inclinó un poco la espalda para mirarla y abrió la boca como si estuviera confesando su pecado.