Capítulo 128 ~Prohibido el rojo~

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ARCO 4: Athens

-No mires atrás, no mires atrás, no mires atrás...

Narra Amy

Llevábamos ya tres horas en la nave y el cansancio comenzaba a apoderarse de nuestros párpados. Programé el piloto automático con las coordenadas que Shadow me había dado y activé el modo descanso. Los asientos se deslizaron hacia atrás, transformándose en algo así como una cama. Así pudimos dormir un poco...

Cuando despertamos ya estábamos muy lejos de Mobius, habíamos dormido trece horas seguidas. Incorporé los asientos y miré el GPS.

-No falta mucho para llegar. -Le dije a mi mejor amigo.

-Eso suena genial, mis piernas se están empezando a entumir.

Tomé de nuevo los mandos de mi nave y aumenté la velocidad.

Cuando atravesamos la atmósfera del planeta, perdí el control de la nave, uno de los motores se había averiado... después el otro dejó de funcionar. Mighty y yo nos pusimos un paracaídas, cogimos nuestras mochilas y saltamos al vacío. Tuvimos suerte. Segundos después mi nave se había impactado contra una montaña cercana, desapareciendo en una pequeña explosión.

Caímos en un campo verde, cerca de un río. A lo lejos se podía ver un castillo. Hogar, dulce hogar.

-¿Y ahora? -Me preguntó el armadillo observando la ciudad.

Me quedé atónita. La ciudad que había ante nosotros no parecía la misma que yo recordaba que era... desprendía tristeza, se veía opaca y una gran nube gris la cubría, evitando el paso de los rayos del sol. Era totalmente deprimente.

El armadillo y yo nos miramos preocupados, pero no teníamos de otra, ya estábamos aquí. Así que decididos, tomamos rumbo hacia la ciudad.

Llegamos a la entrada. Un arco grande de piedra daba la bienvenida a la capital. Una calle de adoquines comenzaba a nuestros pies. Pese al todo grisáceo se veía un lugar hermoso, una belleza que añoraba tiempos mejores...

Llegamos a una plaza, notamos como la gente nos miraba, todos ellos vestían de oscuro y tapaban sus rostros con sombreros o pañuelos. En el medio había una gran fuente con estatuas de mármol, grises debido a la suciedad y a que la fuente pareciese que llevaba años apagada. En el centro de la fuente se mostraba el emblema de la rosa...

El emblema Rose.

-Amy... todo parece tan... apagado y aburrido... ¿Aquí vivías?

-Sí. Pero así no lo recordaba. Es más... no era así...

-No se muevan. -Escuchamos detrás.

Nos giramos lentamente y nos encontramos frente a frente con unos guardias. Eran perros de traje oscuro que nos apuntaban con una pistola. En el escudo de su chaleco se destacaba una gran "A" en colores verdes, naranjas, amarillos y rojos.

¿Qué ha pasado aquí?

Miré a Mighty, quien no paraba de mirar la pistola apuntándole.

-¿Qué sucede, oficial? -Pregunté suavemente.

-Está incumpliendo la norma 34.2. -Dijo firme.

-¿Norma 34.2? ¿De qué trata? -Preguntó Mighty.

-34.2 de las normas de Athens. Están totalmente prohibido los atuendos coloridos, en especial el color rojo. Los habitantes solo podrán vestir vestimentas negras o grises que cubran totalmente su cuerpo y las mujeres deberan de cubrir sus cabezas. -Dijo como si citase la norma de la mismísima constitución.

-No recuerdo que haya habido una norma así hace seis años. Además, me gusta mi suéter rojo. ¿O no Mighty?

Justamente hoy Mighty y yo nos habíamos puesto ropa color roja. Yo llevaba un suéter rojo con mallones negros, y él llevaba una sudadera roja. Me miró en plan de "La estás cagando".

El guardía me dedicó una mirada de desafío, me di la vuelta y tomé la muñeca de Mighty para tratar de continuar nuestro camino... pero me agarró fuerte para retenerme contra una pared y sacó unas esposas de su bolsillo.

-¡Déjela en paz! -Gritó Mighty, luego a él lo agarraron de la misma manera.

-Quedan arrestados, tienen derecho a permanecer en silencio, cualquier cosa que digan podrá ser utilizada en su contra. -Comenzó a decir el oficial que tenía a Mighty.

Acabábamos de llegar. No iba a permitir que me detuviesen sin poder ir a MI castillo y ver a mis padres y a mi abuela... y menos por usar la ropa que a mi me gusta.

Mighty, con la mano que tenía suelta, golpeó al guardia y lanzó su pistola lejos. Aprovechó la distracción del guardia que me retenía y le tomó el gas pimienta que llevaba en su cinturón para roceárselo.

Después de eso, tomó mi mano y me jaló para echarnos a correr...

-Central de refuerzos. Estoy en la Plaza del Olimpo y perseguimos a un armadillo y a una eriza rosada vestidos de rojo, han huído hacia el sur. -Dijo a su walkie talkie.

-Recibido, agente. Una patrulla va para allá.

Seguimos corriendo a toda velocidad hasta perderles de vista a los dos guardias que nos querían arrestar. Pero nuestra tranquilidad duró poco, pues un grupo de cinco guardias aparecieron rodeandonos. Nos pusimos en guardia.

-Alto ahí. No hagan tonterías, jóvenes. Ya están en un buen lío. -Dijo uno.

-No pensamos dejar que nos atrapen. -Respondí.

-No tienen elección, los atraparemos tarde o temprano.

-¿Ah sí? -Dije irónica.

Pude fijarme en ellos, iban armados. Se lanzarom hacia nosotros, pero con la práctica que teníamos en el Sonic Team, logramls esquivarlos. Esa técnica nos la hacía Knuckles y nosotros lo esquivábamos saltando sobre él.

Comenzaron a disparar, pero logramos esquivar las balas corriendo.

-¿Es así como piensan atraparnos? -Sonrió el armadillo.

-Ahora verán...

Echamos a correr de nuevo, torciendo a la derecha, por una estrecha calle. Al pasar por delante de una especie de almacén, noté como agarraban a Mighty y lo metían dentro, y como me tenía agarrada, me metieron también. El individuo cerró la entrada y nos tapó la boca a los dos...

Cuando tuvo la certeza de que los guardias habían pasado de largo, nos dejó de acorralar contra la pared y nos quitó sus manos de nuestras bocas. Traté de ver quien era, pero estaba demasiado oscuro.

Con una mano tomó la mía y con otra la de Mighty, y tiró suavemente de nosotros guiándonos hacia un lugar.

-Síganme, aquí no estamos seguros... -Susurró. Era la voz de una chica. -Por cierto, mi nombre es Honey, Honey White the Cat.

SECRET'S (sonamy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora