Capítulo 5.- No permitido (KangDae, MinSuk, Jiang, MuBang y Doyun)

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—¡KangDae!

—¡KangDae!

Todos corrieron hacia el almacén mirando la montaña de colchonetas que se había derrumbado. La preocupación se dibujaba en sus rostros.

Pero... ¿Qué estaba pasando bajo esas colchonetas?

Instintivamente, KangDae había tratado de proteger a MinSuk, por lo que había colocado todo su cuerpo sobre él, amortiguando con su espalda la caída de aquel peso.

Tenía los antebrazos apoyados sobre el suelo, formando una suerte de estructura que haría las veces de refugio para el joven. Por un momento, sus cuerpos quedaron prácticamente pegados y sus rostros extremadamente cerca el uno del otro.

"Es muy pequeño... Es tan tan pequeño...", fue lo que pasó en ese instante por la mente de KangDae, al notar como se encogía el cuerpo de su compañero, que se acurrucaba como si de una ardilla asustada se tratase. 

Las voces de los demás se escuchaban lejanas, el peso sobre la espalda del boxeador comenzaba a hacer estragos, pero aun así, resistía. 

Jiang llegó el primero y trató de quitar colchonetas a toda velocidad, a lo que le ayudó Doyun. Pero no fue hasta que finalmente llegó MuBang que con sus grandes brazos, de un solo golpe, pudo levantar casi 10 colchonetas a la vez, lo que les facilitó enormemente el trabajo. 

La luz empezó a llegar hasta quienes permanecían atrapados. El joven MinSuk abrió los ojos y pudo contemplar el rostro de KangDae cerca del suyo. "¿Me ha protegido?", se preguntó, "tengo que darle las gracias... Tengo que preguntarle si está bien...".

Sus ojos se encontraron y permanecieron en esta postura unos segundos, pese a que la última colchoneta también fue removida. 

—¡Vaya! —dijo Jiang bromeando, al ver que todos parecían estar bien— Parece que hemos interrumpido algo... No sabía que querías divertirte con el crío de esta manera... ¿Puedo unirme? —preguntó en tono voluptuoso.

—Esos comentarios... ¿Es que no puedes dejar de ponerte en vergüenza ni un segundo diciendo esas cosas? —dijo un enfadado Doyun.

—¿Perdona? —dijo Jiang sin salir de su asombro.

—¿No tienes ningún respeto por ti mismo? —le increpó Doyun.

— ¡Maldito imbécil! ¿Cómo te atreves? —le respondió Jiang pegándole un empujón en el pecho.

—¡Basta! —exclamó KangDae, incorporándose y tocándose la espalda como si le doliera— ¿Qué estáis haciendo? ¿Queréis pelear? ¡Pues subid al ring los dos! Venga. ¡De inmediato!

—Voy a machacarte, idiota —dijo entre dientes Jiang.

Doyun se limitó a bufar e ir malhumorado a por sus guantes.

El pequeño MinSuk trató de ponerse en pie y KangDae le extendió la mano.

—¿Estás bien? 

—S... Sí... —dijo titubeando. Quería preguntarle cómo estaba... quería preguntarle si se había hecho daño por protegerlo, si le dolía algún sitio. Quería darle las gracias, quería decirle que lo sentía... Pero las palabras se atoraban en su boca.

—¡¿Por qué eres tan descuidado?! ¿Qué hubiera pasado si no estaba yo aquí? ¿Te das cuenta de que podrías haber causado un gran accidente? ¿Sabes qué peso se necesitaría sobre ti para que te aplastara y no pudieras respirar?

—Yo... Lo... Lo siento... 

—Dios mío... Eres realmente una molestia —dijo KangDae llevándose una mano a la espalda de nuevo.

Los chicos del boxing [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora