Capítulo 19.- 돌보다 (MinSuk y KangDae)

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—¡MinSuk!

En cuanto lo vieron desplomarse, todos corrieron hacia él preocupados.

KangDae, sin dudarlo un instante, lo sostuvo en brazos.

—Doyun, trae mi coche, me lo llevo al hospital.

—¡Sí, señor!

—¿Pero qué le pasa al pequeño? —preguntó Jiang un poco asustado.

—¿MinSuk está bien? ¿MinSuk está bien?

—Jiang, dame una manta térmica de las que tengo en mi oficina.

—¡Sí! —dijo mientras corría hacia el piso de arriba.

—¿MinSuk está bien? ¿MinSuk está bien? —preguntó nuevamente Mubang, aún más angustiado.

—Sí, Mubang. Mira, yo voy a llevarlo al médico. Luego cerráis el gimnasio y te vas a casa con Jiang, ¿entendido?

—¿Por qué no se despierta?

—Mubang, contéstame. ¿Entendido?

—Sí... Sí, señor...

—¡Aquí tienes la manta térmica!

—Se despertará —dijo KangDae mirando a Mubang, que caminaba a grandes pasos haciendo círculos, y lo tranquilizó ligeramente.

—Entrenador, tiene el coche en la puerta. ¿Lo llevo yo?

—No, yo conduciré.

El camino al hospital lo hizo como un rayo. Nunca había pisado tan fuerte el acelerador.

"¡Maldito crío! ¿Qué le habrá pasado? ¿Cómo se le ocurre venir en este estado? ¡Sólo me da problemas! Está... Está tan delgado... Cuando lo levanté sentí que no pesaba nada... ¿Habrá perdido más peso? ¿Estará comiendo bien? ¡Está en pleno crecimiento! ¡Tiene que alimentarse!", se decía, mientras enfilaba la avenida a toda velocidad.

"¿Cómo puede ser tan estúpido? ¡Sabe Dios cuanto tiempo ha estado con la ropa mojada! ¿No había ningún sitio dónde cambiarse? ¿Por qué... Por qué no se fue a casa? ¡Oh Señor! Una fiebre tan alta... En un cuerpecito tan pequeño...". Los pensamientos de angustia se agolpaban en su mente.

Desde que entraron al hospital todo sucedió muy rápido. Los médicos lo atendieron y poco después llegaron su padre y su abuela, acompañados de un asistente.

—¿Dónde está mi niño? ¿Dónde está? —preguntó la abuela angustiada.

—¿Se sabe algo? —dijo el señor Kim CheWon, tratando de mantener algo más la compostura.

—Señores —dijo el médico—, no deben preocuparse. Le hemos suministrado un antipirético para bajarle la fiebre. Esta noche veremos cómo evoluciona y, si todo va correctamente, mañana podrá irse a casa. Necesitará unos días de descanso y reposo. Y... Una buena alimentación.

Todos respiraron aliviados.

—Entrenador Lee KangDae, quiero agradecerle por traer a mi hijo. Lamento... Haberle causado la molestia... Puede marcharse ya y descansar... Nosotros nos quedaremos con él.

—No se preocupe, señor Kim CheWon. No ha sido ninguna molestia. Lo importante es que el pequeño se recupere...

—Muchas gracias... ¡Muchas gracias por cuidar a mi nieto!

Haciendo un gesto con la mano, llamó al asistente de su hijo para darle indicaciones.

—Quiero que le facilite a este chico todos los teléfonos de contacto de la familia, incluido mi teléfono personal. Ordene que las llamadas del entrenador tienen absoluta prioridad, estemos en la situación que estemos.

Los chicos del boxing [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora