—¿Quién ha llevado mercancías a la sala C17? —gritó al entrar en el área de producción— ¿Quién ha causado semejante estropicio? ¡El responsable será sancionado inmediatamente! —gritó enfadada.
MinSuk y KangDae se miraron en silencio.
—¿Nadie va a responder? ¡¿Quién ha sido el responsable?!
Dos voces hablaron al unísono, la de MinSuk y la de KangDae.
Ambos dijeron lo mismo "Yo soy", pero la voz del boxeador fue fuerte y clara, mucho más elevada de lo normal, casi en un grito, que logró opacar completamente la tímida y temerosa voz de su joven alumno.
—Yo soy, señora —repitió el boxeador con firmeza, ante la sorpresa de MinSuk.
—¿Tú? ¿Y se puede saber quién eres tú para decidir la ubicación de la mercancía?
—Lamento el error, señora —dijo KangDae, bajando la tableta electrónica de sus manos, hasta colocarla casi detrás de su espalda.
—¿Que lo lamentas? ¿Cómo te atreves a tomar una decisión así por tu cuenta? ¡¿Quién crees que eres?! No eres nadie para dirigir la disposición de las mercancías en esta empresa. Eres un simple obrero, un miserable mozo de almacén, ¡el eslabón más bajo en el departamento de producción! ¿Y te atreves a decidir como si tuvieras capacidad para ello? ¡Eres un inútil, un idiota!
En un arrebato de ira, la coordinadora le dio un golpe en la cabeza con unos papeles que llevaba en la mano. No fue para hacerle daño, sino para humillarlo aún más, como si su discurso y sus insultos no lo hubieran despreciado bastante delante de todos.
KangDae, que era más alto que aquella mujer, tenía la mirada baja hacia el suelo y sintió el golpe próximo a su frente. No dijo ni una palabra.
La coordinadora de área era una mujer muy competente en su trabajo. Le gustaba tenerlo todo siempre bajo control y se exigía una disciplina férrea en su labor, la misma que le exigía a todos a quienes rodeaba. Cualquier falta de atención en su trabajo por parte de los demás, sería reprendida tan duramente como se lo hacía a ella misma.
—Le ruego que me disculpe, señora —habló de nuevo KangDae haciendo una reverencia.
—¡No es conmigo con quien deberías disculparte! Sino con este técnico de aquí —dijo señalando a MinSuk—. Era su proyecto el que has estropeado, todo el trabajo de varios días y todos los recursos invertidos.
—No... Directora, yo... —tartamudeó MinSuk, atónito, sin saber bien cómo actuar.
Antes de que pudiera continuar hablando, KangDae, tomó las riendas de la situación y con un rostro estoico y carente de sentimientos, se colocó ante MinSuk e hizo una reverencia de casi 90 grados.
—Le pido disculpas por mi error, señor.
MinSuk se quedó atónito. "No. No está bien...", pensó.
—No... Yo...
—Te encargarás tú solo de recoger todos los bidones de la sala C17 y llevarlos a su sitio —le dijo la coordinadora de área a KangDae.
—Sí, señora.
—Limpia primero el almacén, a ver si así entiendes cuáles son tus funciones aquí y no te atribuyes competencias que no te corresponden. Eres un mero peón que sólo vale para cumplir órdenes.
—Sí, señora —repitió KangDae.
—Este técnico —dijo refiriéndose a MinSuk—, es el más joven del laboratorio. ¿Me escuchas? ¡Pues aun así es tu superior! ¡Te supervisará y estarás a sus órdenes! ¿Comprendido?
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Los chicos del boxing [+18]
Romance¡Éste dura una semana!, pensó mientras urdía su plan para torturarlo. Un rico empresario, principal patrocinador del gimnasio donde trabaja, le pide a uno de los campeones coreanos de boxeo internacional, que entrene a su hijo. "¿Entrenarlo? ¡Cómo s...