—Pe... Pero Jiang hyung... Yo no puedo ponerme esto... —decía MinSuk desde el cubículo del vestuario.
—¡Venga! ¡Sal que te vea! ¡Creo que ese conjunto te quedará monísimo!
MinSuk asomó tímidamente la cabeza y se quedó mirando al pelirrojo, avergonzado de salir con ese atuendo, pero, finalmente, haciendo un alarde de valentía, se puso frente a él.
—¡Guau! ¡Te queda genial!
El pequeño llevaba unos pantalones cortos de color azul marino, mucho más cortos de lo que MinSuk jamás se había puesto.
Arriba vestía un jersey manga larga de punto, estilo marinero, de color blanco roto, con cuello de pico y rematado por dos franjas azul marino que parecían ir a juego con el pantalón.
Unos tenis, también azul marino, que le quedaban un poquito grandes, adornaban el conjunto, dándole un aire juvenil e inocente.
Semejante indumentaria provocaba que toda la atención se dirigiera a sus piernas que, si bien eran muy delgadas, ya parecían haber tomado un poquito de forma gracias al ejercicio.
—En serio, ¡estás espectacular!
—No estoy muy seguro hyung...
—¡Atraeremos todas las miradas! ¿Qué te parece el mío? —preguntó coqueto Jiang, dándose una vuelta estilo pase de modelos para que su joven pupilo lo admirase.
Iba ataviado con unas botas altas de caña de color negro que le llegaban casi a las rodillas; un pantalón corto grisáceo oscuro, casi negro, de tela vaquera, debajo del cual llevaba unas medias negras con algunos adornos, pero tan transparentes que permitía que sus piernas se vieran completamente.
Arriba portaba un top muy corto y ajustado, que dejaba al descubierto su abdomen. Era de color negro y tenía un agujero en la parte central que parecía estar diseñado para una mujer que tuviese un busto prominente.
Un pendiente negro con el símbolo de una cruz colgaba de su oreja izquierda y llevaba cruzado un mini bolsito negro. Su pelo rojo brillante le otorgaba el toque final al look.
—Estás... Estás increíble hyung... —dijo MinSuk dando un suspiro, fascinado por lo espléndido que se veía su compañero.
—¡Pues venga! ¡Vámonos! —dijo tomándolo de la mano y corriendo hacia el taxi que los esperaba en la puerta— ¡A Itaewon, por favor! —indicó Jiang.
MinSuk aprovechó para llamar a casa.
—Sí abuela... Al final voy a salir para celebrar mi cumpleaños... Sí... No... ¿No llegaré tarde, verdad? —preguntó mirando a Jiang y este negó con la cabeza dramáticamente, como si fuese un niño bueno que siempre volvía a casa temprano.
Se acercaron a uno de los locales que tenía un cartel llamativo. En Itaewon siempre hay gente, pero esa noche previa al fin de semana había bastante.
—Pero hyung... ¿Cómo vamos a entrar? Yo... Si me piden la identificación...
—¡Déjame eso a mí! En este local conozco al portero y a mucha gente.
MinSuk se quedó a una distancia prudente de la puerta, mientras el pelirrojo se dirigía a uno de los porteros. Adoptó de inmediato una pose seductora y provocadora, y, tras notar que ambos le dirigían una mirada, vio como Jiang le susurraba algo al oído.
El portero, un tipo alto y corpulento, negó con la cabeza un par de veces, aunque empezaba a esbozar una sonrisa preludio de su claudicación.
—E.S.P.E.R.A A.Q.U.Í —le dijo vocalizando la palabra, sin emitir sonidos, mientras veía como aquel hombre se llevaba al pelirrojo de la mano hacia un lugar discreto.
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Los chicos del boxing [+18]
Romance¡Éste dura una semana!, pensó mientras urdía su plan para torturarlo. Un rico empresario, principal patrocinador del gimnasio donde trabaja, le pide a uno de los campeones coreanos de boxeo internacional, que entrene a su hijo. "¿Entrenarlo? ¡Cómo s...