Capítulo 56.- Ímpetu adolescente (MinSuk y KangDae)

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—¡MinSuk! ¡MinSuk ha desaparecido!

El señor Kim CheWon se quedó en shock. Le parecía que no podía ver nada más ni oír nada más.

—¿Mi hijo? ¡No puede ser, madre! ¿Lo has llamado?

—¡Tiene el teléfono apagado!

—Pues en el laboratorio no estaba. Dijo que tenía un trabajo en grupo con unos compañeros.

—¡Uno de sus compañeros ha llamado preguntando si le pasaba algo porque MinSuk no ha ido a la facultad!

Los pensamientos más terribles cruzaron por su mente. Estos días de tristeza parecían haberle pasado factura.

"Sentía que me había decepcionado. ¿No habrá hecho ninguna tontería, no? ¡El entrenador! Es posible que haya intentado ir a verlo!", pensó.

Como por inercia, el señor CheWon llamó de inmediato a KangDae, y aunque el boxeador estaba en plena rutina con sus otros 3 alumnos, descolgó el teléfono.

—Dígame.

—¿Está ahí MinSuk? —preguntó CheWon con angustia.

—¡No! —dijo KangDae de inmediato— No está aquí. ¿Dónde está?

—¿Sabe usted dónde podría haber ido?

—No. MinSuk no hace nada más que estudiar y trabajar. Si no está en la facultad debería estar en el laboratorio. Aquí no ha venido a entrenar desde que... —iba a continuar hablando pero se detuvo.

—A lo mejor ha ido a buscarlo, tal vez a su apartamento. Déjeme ir a su apartamento —aunque el padre de MinSuk estaba dando una orden, el tono era de súplica, de angustia.

—Nos reuniremos allí —dijo KangDae.

—Iré de inmediato para allá —dijo el padre de MinSuk.

Para cuando KangDae llegó, el señor CheWon y la abuela ya estaban esperando en la puerta.

—KangDae, hijo, gracias por venir tan rápido. Estamos muy preocupados —dijo la abuela.

KangDae asintió y tras saludar con una rápida reverencia abrió el apartamento, dejándolos entrar primero.

Allí no había nadie, era lógico. MinSuk podía haber estado esperando en la puerta, pero no tenía manera de entrar.

Sonó el teléfono de KangDae, era su madre.

"¿Qué querrá ahora? ¡No es el momento!", dijo colgando el teléfono sin contestar.

—Maldita sea... —dijo el padre de MinSuk.

—Entrenador, ¿sabe usted donde podría estar?

—No tengo idea, abuela. Si lo supiera, se lo diría de inmediato.

—Él jamás ha hecho algo así... —dijo su padre, terriblemente preocupado.

El teléfono de KangDae volvió a sonar, era su madre. Esta vez sí contestó.

—¡Madre! —dijo en tono enfadado— ¿Se puede saber qué pasa? Estoy en una situación grave. No tengo tiempo ahora para tonterías. Más vale que sea importante.

—Hijo mío —respondió la madre de KangDae con dulzura—. Sólo quiero avisarte de que hay un pequeño huésped aquí en casa que está esperando verte. No te demores mucho.

—¡¿En casa?! ¿Pero cómo ha llegado hasta allí? ¡Maldito crío! —gritó KangDae, en una mezcla de enfado y alivio por haber encontrado al joven.

Los chicos del boxing [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora