Capítulo 21.- No soy como tú 🔞 (Jiang y Doyun)

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—Perdón —susurró Jiang cerrando la puerta.

Dio unos pasos hacia atrás, completamente aturdido, pero luego, nuevamente, abrió la puerta de un golpe.

—¡Oiga joven! —protestó uno de los señores.

—¡Pero bueno! —se quejó otro.

—Disculpen —dijo Jiang— Es que quería asegurarme de algo...

Miró directamente a Doyun a los ojos, permaneció en silencio un segundo, y se marchó de nuevo.

Se rió. Empezó a reírse compulsivamente como si estuviera loco, porque era incapaz de procesar correctamente lo que sentía.

Por una parte, lo invadía un sentimiento gratificante, de satisfacción.

Tras toda la charla moral que le había dado hacía unos días, y ahora lo encontraba en semejante tesitura... La situación parecía ser inequívoca: estaba vendiéndose a aquellos viejos... Se sentía victorioso, como si le hubiese ganado en su propio terreno.

Pero, por otra parte, una sensación que aún no sabía identificar, también brotaba dentro de él.

Era enfado... Furia... ¿Por qué hacía eso? ¿¡Por qué con ellos sí y con él no?! Él se lo había pedido tantas veces... ¡Había intentado seducirlo de todas las maneras! Pero sus intentos siempre habían sido infructuosos. "¿Y ahora va a acostarse con esos viejos?", se preguntó indignado.

—Jiang, ¿estás bien? Tienes mala cara.

—Sí, ¿sabéis qué? Id vosotros a Itaewon... Yo no voy a ir.

—¿Qué?

—¿Por qué?

—Me encuentro mal de repente. Me voy a marchar.

—¿Quieres que te acompañe?

—¿Te pido un taxi o algo? —preguntaban sus amigos, preocupados.

—Estaré bien. Sólo me he mareado un poco. Reposaré y podré ir a casa. Vosotros pasadlo bien...

Tras convencerlos a todos, sus amigos se marcharon y él entró al baño a echarse agua fría en el rostro.

Cuando cerró el grifo, en el silencio de la estancia, se escuchó el sonido de una gota cayendo. Miró su propia imagen en el espejo. Era una imagen tan seductora, jovial, hermosa...

"¿Por qué entonces él no me...?". ¿Por qué estaba tan enfadado, tan molesto? ¿Qué era lo que tanto le irritaba de la escena que había visto? ¿Era que Doyun fuese un hipócrita? ¿O había algo más?

En ese momento, se abrió la puerta del baño de caballeros. Era Doyun.

—Jiang —dijo cuando lo vio apoyado en el mármol del lavabo—. ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Sabes que has sido muy grosero antes? ¡Nos has interrumpido!

Eso era el colmo del cinismo. "¿Interrumpirlos?", pensó. "Qué poca vergüenza".

—¡Oh! ¡Usted perdone! —respondió Jiang, con dramatismo— ¡Lo último que quería era interrumpir!

Respiró hondo para intentar calmarse y siguió hablando.

—Te voy a decir una cosa, Doyun. Tú no sabes manejar a esa gente... Esos viejos van a necesitar algo que tú no puedes darles. Yo... Podría enseñarte un par de cosas —dijo en tono seductor, poniéndole la mano en el hombro.

—¿Enseñarme? No sé en qué estás pensando. Son negocios —intentó aclarar Doyun.

—¿Negocios? O sea... ¡Que te están pagando!

Los chicos del boxing [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora