Capítulo 66.- Escándalo (MinSuk, KangDae y Taeri)

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Al día siguiente, Taeri publicó toda la información sobre el acoso que sufrió en el instituto. Lo hizo de manera anónima en un foro en línea, acusando directamente al campeón del cinturón verde, al ganador del campeonato nacional de boxeo, el señor Lee KangDae.

Mostró las pruebas, los partes del instituto donde se recogían los hechos concretos, y los informes médicos que certificaban su intento de quitarse la vida.

Esa misma semana estalló el escándalo.

La opinión pública enloqueció. Todo el mundo hablaba del tema, tanto los fanáticos del deporte como quienes no conocían para nada ese mundo.

KangDae pasó de ser una figura admirada a nivel nacional a ser repudiado por todo el mundo.

De repente, todo el país sabía quién era Lee KangDae: ya no era un boxeador, no era el campeón del cinturón verde, ni era el campeón nacional, ya... ni siquiera era humano... Era un infraser que había cometido acoso escolar contra un compañero y merecía ser castigado de la peor forma posible.

—KangDae... Nuestros patrocinadores... —le dijo su representante, preocupado— Nos están retirando su apoyo. Casi todas las marcas están haciendo lo mismo. Nadie quiere promocionarse contigo... Todas están cancelando su contrato.

KangDae no contestó ni se movió.

—Verás... Todos los contratos incluían cláusulas sobre tu imagen. Tenías que mantener una imagen limpia. Y esto... Bueno, lo que ha pasado... No ayuda. Se están agarrando a esa cláusula de la imagen o no sé qué y están cancelando los contratos...

Sin patrocinadores ni marcas, KangDae perdía su fuente principal de ingresos.

En los foros de internet, cualquier persona se sentía con el derecho, no sólo de opinar, sino de sentar cátedra en la cuestión, de impartir doctrina en el asunto.

Lo hacían de una forma cruel y mezquina, con los peores insultos y deseos, como si todos pudieran arrogarse el título de directores en un máster de oprobio.

Las páginas webs que lo criticaban se llenaron de comentarios. Los vídeos de quienes analizaban o comentaban el asunto se viralizaron también muy rápido. Pero quienes más ruido hacían no eran precisamente adalides de la virtud.

Un hombre con 36 años que no estudiaba, ni trabajaba, ni estaba dispuesto a hacerlo, comentó: "¿Y ese cerdo ha hecho una campaña contra el acoso escolar? Se merece morir."

Un chico que nunca había ganado nada y cuyo mayor logro había sido quitarle el bocadillo en el recreo a los más pequeños comentó: "Deberían quitarle las medallas y los premios".

Una joven que se había inventado (de broma) el rumor de que una compañera del instituto se había quedado embarazada y había abortado, escribió: "Maldito imbécil, suicídate y haznos un favor a todos".

"Sus padres deberían sentir vergüenza por él, ha deshonrado a su familia", comentó una chica que llevaba 3 años sin ver a su abuela porque la mujer se había ido a vivir a su pueblo. Ni siquiera la llamaba por teléfono porque era demasiado trabajo y tenía cosas más importantes que hacer.

"Que le prohíban competir", escribió un joven que estaba enfadado por haber suspendido ese día un examen de matemáticas. No había estudiado para ese examen porque decidió que pensar suponía demasiado esfuerzo y prefirió salir todas las tardes con sus amigos.

"¿Por qué no, simplemente, se muere?", comentó un chico que llevaba 3 años sin hacer otra cosa que jugar a videojuegos, encerrado en su habitación.

Los comentarios de odio eran terribles, e inundaban todo internet.

—¡Malditos desgraciados! —gritaba Jiang, mientras tecleaba con furia en su teléfono.

Los chicos del boxing [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora