—¿Y no tuviste miedo? —preguntó MinSuk.
—No. Jiang hyung estaba ahí para protegerme —dijo Mubang.
—Así es —dijo Jiang, orgulloso— ¿Qué se habrán creído esos niñatos?
—¿Y qué hiciste hyung? —preguntó MinSuk con curiosidad.
—Cuando entraron esos chicos por la mañana a la tienda de mi madre no pensé que fueran a hacer eso —dijo Mubang, contando la historia lentamente—. Tendrían la edad de MinSuk... Querían cigarrillos... Pero no se puede vender a los menores de edad. ¡No se puede!
—Y cuando se negó —continuó Jiang contando la historia—, empezaron a insultarlo y a llamarlo retrasado. ¡Si hay algo que no soporto es que insulten a mi Mubang! Lo escuché todo desde la casa, así que salí y le planté cara a esos críos. La verdad es que... Se llevaron un buen escarmiento.
Doyun entró en el gimnasio y saludó con una ligera reverencia sin decir una palabra.
—Entiendo —dijo MinSuk—. Pero entonces, Jiang y Mubang ¿viven juntos?
—No. Vivimos muy cerca y voy a su casa con frecuencia —dijo Jiang.
—¡Sí! Este fin de semana se lo ha pasado todo en mi casa. Ha estado llorando mucho... Estaba muy triste por...
—¡Cállate! —Jiang gritó tan fuerte que Mubang y MinSuk se asustaron.
Ya era tarde para ocultar cualquier cosa. Doyun se giró hacia ellos automáticamente, con los ojos muy abiertos, sorprendido y preocupado por lo que acababa de escuchar.
—Hyung... —susurró Mubang, confundido.
—¡¿Por qué dices tantas tonterías?! —le reprendía duramente Jiang, en el enfado de encontrar expuesta, por completo, esa parte tan íntima de su ser— ¡Tienes que aprender a mantener la boca cerrada!
—¿Qué son esos gritos? —intervino KangDae— ¡Dejaos de tanta charla y a entrenar! ¡Y si queréis discutir, al ring!
—Sí, entrenador —respondieron todos.
Esa tarde el ambiente estaba especialmente tenso, y el profesor más irascible que de costumbre.
—¿Le pasa algo al entrenador? —le susurró MinSuk a Jiang.
—¿No lo sabes, niño? ¿En qué mundo vives? Compite a final de mes y ya se está poniendo histérico.
—Oh... No lo sabía. ¿Es una competencia nacional?
—Es una competencia menor, de una entidad privada, pero el que gane recibirá financiación y ayudas económicas, además de un montón de publicidad... También van a participar viejos rivales con los que se lleva a matar y no quiere que le arrebaten el premio. Eso unido a que tiene que hacer dieta para llegar al peso permitido, lo tiene hecho una fiera...
—Comprendo...
En ese momento, MinSuk recordó lo que le había dicho en su casa: "Debo reconocer que me da un poco de envidia... Yo siempre batallo mucho para bajar de peso antes de los combates". "Pobrecillo, debe tener mucha presión", se dijo.
El entrenador subió y bajó varias veces a la oficina. Bajaba, veía como sus cuatro alumnos entrenaban, pero con una mirada ausente, como si en verdad no estuviese viendo lo que sucedía delante de él, y volvía a encerrarse en el despacho.
De repente, todos escucharon un alarido proveniente del piso de arriba.
—¡Maldita sea!
Los alumnos se miraron entre ellos preocupados, pero no se atrevían a subir. Poco después escucharon un portazo y KangDae bajó.
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Los chicos del boxing [+18]
Romance¡Éste dura una semana!, pensó mientras urdía su plan para torturarlo. Un rico empresario, principal patrocinador del gimnasio donde trabaja, le pide a uno de los campeones coreanos de boxeo internacional, que entrene a su hijo. "¿Entrenarlo? ¡Cómo s...