Capítulo 60.- Edging 🔞 (MinSuk y KangDae)

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—Termina de comer, y ven a la cama. Voy a darte un par de lecciones...

—Le... ¿Lecciones?

El rostro de MinSuk se puso escarlata. Ya no sentía ningún dolor en el cuerpo, ni cansancio, ni agujetas por el esfuerzo. Ahora se sentía ligero, liviano, como si estuviera en las nubes.

Una mezcla de deseo y temor empezó a gestarse en su interior como una semilla que empieza a germinar.

—Yo... Yo... Debería ducharme primero... —acertó a decir el pequeño, tartamudeando.

—Está bien —respondió KangDae levantándose y recogiendo los platos—. Pero sólo Dios sabe qué harás en ese baño. Ya he visto de lo que eres capaz. Si se te ocurre echar el pestillo, estás muerto. ¿Me oyes?

—¡Sí, señor! —dijo MinSuk marchándose a toda prisa hacia el cuarto de baño.

El agua apenas estaba templada, pero cuando recorría el cuerpo de MinSuk, él la sentía arder.

"¿Debería lavar bien... Ahí detrás?", pensó ruborizándose. "¿Y si quiere entrar, qué hago? ¿Será capaz de entrar?", se decía mientras el jabón resbalaba por su cuerpo.

Salió de la ducha aún con la mente en otra parte y se dio cuenta de que, como había entrado corriendo, se le había olvidado fuera la toalla con la que secarse.

—En... Entrenador... —susurró abriendo un poquito la puerta del baño.

—¿Qué?

—Esto... ¿Me puede dar una toalla? La he dejado fuera —dijo asomando la cabecita por la rendija de la puerta.

—Oh... Así que... No tienes qué ponerte, ¿eh? —dijo KangDae, con una sonrisa complacida y malévola.

—Entrenador, por favor... —dijo el pequeño.

KangDae agarró la toalla y, sin acercarse a la puerta, le contestó.

—Si la quieres, ven a por ella —le dijo, mientras notaba como en sus pantalones se adivinaba ya la dureza de su entrepierna.

Le encantaba humillarlo y torturarlo así.

—¡Entrenador! —protestó MinSuk, notando como le ardían las mejillas.

—¿Te da vergüenza que te vea desnudo? Te recuerdo que ya he visto todo lo que tenía que ver... —dijo riéndose.

—Yo... Yo... ¡Entrenador, por favor, deme la toalla!

KangDae extendió el brazo hacia la puerta, sin moverse ni dar un paso adelante.

MinSuk apretó los labios, frustrado. "Tal vez alcance... Sí... Tal vez...", se dijo, y estirando el brazo todo lo que podía a través de la puerta entreabierta, trató desesperadamente de agarrar la toalla.

Y cuando apenas la tenía entre sus dedos... Tropezó.

Casi cae de bruces al suelo cuando lo sujetó el entrenador, envolviéndole el cuerpo con la toalla a la par que se reía a carcajadas.

MinSuk agarró la toalla, se cubrió y volvió al baño de nuevo, dando un ligero portazo en el único gesto de protesta silenciosa que se permitía ante la actitud del entrenador.

Eso encendió más al boxeador.

"Sería tan adorable verlo enfadado, observarlo como se resiste debajo de mí...", pensó un instante y se puso realmente duro.

No habían hecho nada y KangDae ya estaba disfrutando de la situación. Le encantaba avergonzar al joven y ponerlo en aprietos. Le fascinaba verlo ruborizado, enfadado, azorado... Y que él fuera el causante de todo aquello.

Los chicos del boxing [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora