Irritable | 90

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Narra Brian

—¡Apúrate con las palomitas! —Grita Matt desde la sala, haciendo que por poco tire mi celular del susto.

Sacudo la cabeza y bloqueo el teléfono. Me duele un poco que casi no hable con Zacky. Entiendo que él está ocupado, pero es extraño que no me responda los mensajes desde incluso antes del inicio de su torneo.

Tomo las palomitas del microondas para servirlas cuidadosamente en un tazón. Después, me uno con Sanders en la sala. Ya han presentado a los equipos. He llegado justo un par de minutos después de que inicia la primera ronda.

—Se dice gracias —le recrimino a mi amigo en cuanto lo veo tomar un puño de palomitas y llevárselas a la boca—. ¿Sabes qué? Mejor no hables con la boca llena.

Él ríe en silencio, masticando la botana que he preparado.

Justo cuando me voy a sentar en el sofá, suena el timbre de la casa. Pongo los ojos en blanco y suelto un suspiro de frustración. Como siempre, Jimmy llega tarde.

Sin perder mucho más tiempo, me dirijo hacia la puerta para recibirlo.

—Hola, ¿ya empezó? —Pregunta el alto de ojos azules mientras entra en la casa.

—¿Tú qué crees?

—Lo siento —se disculpa, yendo a la sala para sentarse junto a Matt—. Estuve arreglando algunos detalles de la presentación que tendremos en un par de días.

—¿Hubo problemas? —Cuestiona Sanders con interés.

Mientras ellos hablan de las instalaciones del lugar en donde nos presentaremos, yo trato de poner atención a la televisión. No entiendo al cien porciento lo que sucede, pero me pone ansioso que el equipo de Zacky ya va perdiendo 3 a 0.

—¿Tú qué opinas, Brian?

Parpadeo un par de veces. No escuché absolutamente nada de lo que han dicho en los últimos minutos.

—Opino que deberían dejar de hablar de eso en este momento. ¿Podrían dejarme ver el torneo en paz? —replico con molestia antes de levantarme con el tazón vacío para preparar más palomitas.

Saco mi teléfono mientras espero a que las palomitas comiencen a tronar dentro del microondas. De manera inconsciente, abro el chat de Zacky. Le deseé buena suerte por la mañana y ni si quiera lo vio. ¿Qué sentido tiene mandar un mensaje ahora?

Al momento en que el temporizador del microondas llega a cero, coloco mi celular sobre la mesa y sirvo el segundo empaque de palomitas en el tazón antes de volver con los chicos. Para mi sorpresa, han apagado el televisor y se encuentran mirándome fijamente.

—¿Qué les sucede? —Pregunto con algo de enojo, buscando con la mirada el control de la televisión.

—A nosotros nada. ¿Qué te sucede a ti?

—No sé de qué hablas, Matt.

—Estás demasiado irritable últimamente —comenta Sullivan—. Me preocupa que te hayas vuelto dependiente a Zacky.

—No es eso. Podría vivir perfectamente sin él.

—Eso es mentira y lo sabes. Desde que él se fue has comido menos, te la pasas revisando tu teléfono y casi no has tocado tu guitarra fuera de las sesiones de práctica.

—Además de que tienes un genio de los mil demonios —añade Matthew en un murmullo casi imperceptible.

Me quedo en silencio mientras considero los reclamos de mis amigos. Tienen razón. Antes de que Zacky se fuera me la pasaba tocando y componiendo música casi a todas horas. Ahora lo único que hago es dormir, ver televisión y practicar con la banda cada tercer día.

No(,) te necesito | 𝘚𝘺𝘯𝘢𝘤𝘬𝘺 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora