Todo va bien | 95

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Narra Brian

Entro a la cocina con frustración. Abro la llave del lavabo para enjuagar mi rostro con agua fría en un intento por calmarme un poco. Lo cual me resulta casi imposible porque no importa lo que haga, nada parece captar la atención de Zacky.

Seguí el consejo de mis amigos y he hecho múltiples planes románticos. Sin embargo, su constante desinterés ha incrementado mi preocupación. Justo como James mencionó, Baker no aparta sus ojos de su celular por más de veinte minutos.

Lo cual me hace cuestionar una y otra vez si tiene razón.

Curiosamente, cada respuesta a esa pregunta es negativa. Zacky nunca me engañaría. Su alma es demasiado buena, pura y bondadosa como para traicionarme de esa manera.

Entonces, me siento culpable por considerar que pudiera ser real e intento arreglar ese error. El problema es que cada vez que intento dar un paso, me encuentro con una pared inquebrantable.

Lo único que queda por hacer ahora es trepar esa pared.

En un impulso inconsciente, abro el refrigerador y tomo una cerveza de las que sobraron de la reunión sorpresa organizada para Zacky. Afortunadamente, me doy cuenta de lo que estoy haciendo en cuanto mis sentidos captan el sabor del alcohol en mi boca.

¿Qué diablos me sucede?

Sacudo la cabeza y tiro la botella de vidrio en el bote de basura sin importarme que el líquido inunde la pequeña bolsa que contiene.

No es momento para eso. Es momento de hablar.

Salgo de la cocina y me encuentro a Zacky parado a la mitad del pasillo. Nuevamente, está tecleando algo en su celular.

Respiro profundamente. Mis pasos me llevan hasta quedar frente a él. Sin titubear, Baker guarda su teléfono casi de inmediato y me mira con extrañeza.

Sus ojos verdes no parecen un cálido té que podría apaciguar cualquier tormenta de mi alma. En cambio, parecen vacíos, distantes...

—Tenemos que hablar, Zack.

—¿Sobre qué?

Parpadeo un par de veces.

—Bueno... Yo... —aclaro la garganta para convencerme de que esto es lo correcto, pero el pánico es palpable en cada titubeo que tengo al hablar—. Yo creo que te encuentras algo distante y quería saber, ¿está todo bien entre nosotros?

Sus cejas se levantan en señal de sorpresa.

—Por supuesto, Brian. Me parece que todo va bien —responde, y sin más, camina en dirección contraria a mí para continuar usando su teléfono.

Al darme cuenta de ello, una tristeza inexplicable se desata dentro de mí.

¿Es que a caso no ha notado que no nos hemos besado desde que se fue?
¿Es que no le importa que le diga que lo quiero y no reciba más que silencio a cambio?
¿Es que ha perdido todo el interés en mí?

—¿Estás seguro? Porque no me parece normal que quites tu mano cada vez que intento tomarla —replico mientras me doy la vuelta—. Dime, Zacky. ¿Hice algo mal?

Él se queda inmóvil, de espaldas a mí. Sólo el bajo sonido de la televisión reina en la casa.

Aunque tal vez él no esté listo para darme alguna respuesta, no pienso abandonar el tema con tanta facilidad. Así que insisto.

—Si hay algo que yo pudiera hacer por ti...

Zacky me mira sobre su hombro. Él considera decir algo por un momento y me alegra que decida hacerlo hasta que escucho las palabras que abandonan su boca después de que quedamos de frente una vez más.

—Ya has hecho demasiado. Has hecho incluso más de lo que debiste haber hecho –dice con molestia—. No necesito que hagas algo más.

—No... No lo entiendo.

—Por supuesto que no lo entiendes, ni lo entenderás. —Bufa—. Mi amor por ti me hizo como un adicto que cree depender de ti para encontrar la felicidad. Pero durante este tiempo que hemos estado separados me he dado cuenta de que tú no sientes ni una fracción de lo que yo siento por ti.

—Zacky, yo te quiero mucho...

—¡Y yo te amo! ¿A caso es tan difícil para ti decirlo? Tú no entiendes cómo es tener que esperar a que tú me mandaras un simple mensaje.

—Creí que estarías ocupado y que no querrías alguna distracción.

—El hecho de que no me hayas mandado muchos mensajes no importa. Lo que a mí me importa es esta estúpida necesidad que desarrollé por ti. No podía pensar, comer, ni vivir sin ti... —explica con rapidez y furia—. Odio ese sentimiento. Me sofoca tu presencia, pues me recuerda lo patética que es mi vida sin ti.

Me quedo en silencio, tratando de encontrar una respuesta a aquello. Desafortunadamente , mi mente está demasiado cansada y nublada por la tristeza como para pensar con claridad. Así que continúo escuchando su desahogo.

—Si el amor es así de dependiente, no quiero sentirlo. Ya no quiero sentir nada por ti.

No(,) te necesito | 𝘚𝘺𝘯𝘢𝘤𝘬𝘺 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora