No(,) te necesito | 𝘚𝘺𝘯𝘢𝘤𝘬𝘺 ✔️

Venganza | 53

Narra Brian

Aunque no soy lo suficientemente estúpido para olvidar mi propio cumpleaños, me toma por sorpresa el encontrar a todos mis amigos gritando "sorpresa" cuando Brooks y yo llegamos a casa de Johnny.

—Basta, chicos —digo entre risas mientras ellos continúan lanzándome confeti en la cara—. Me vengaré.

—Buena suerte con eso —comenta Matt con una sonrisa antes de darme un fuerte abrazo—. Feliz cumpleaños.

Hago que Johnny me siga a todos lados para ir recogiendo cada regalo que recibo. Termino por saludar al resto de los presentes y me encuentro con Jimmy que, por alguna razón, esperaba al fondo del lugar con paciencia.

—Mi regalo te espera en el jardín de atrás —informa después de felicitarme.

Lo miro con incredulidad. Una de dos: James convenció a Zacky de venir, o se trata de algo estúpido como un brincolín ridículamente pequeño para usarlo.

—¿Puedo ir yo por él? —pregunta Seward En tono de broma, levantando todas las bolsas de regalo que cuelgan de sus brazos.

—Ni te atrevas a salir —amenazo sin voltear a verlo, decidiendo no hacer comentario alguno hasta saber qué demonios me espera.

Paso entre la gente tratando de aparentar que no tengo prisa por salir aunque en verdad desee salir corriendo en busca de Baker.

Al llegar al jardín, miro hacia los lados. Maldigo entre dientes a mi mejor amigo cuando concluyo que mi regalo es sólo una estúpida bolsa naranja humedecida ya por el frío césped. Me acerco y la recojo, dándome cuenta de que tal vez haya algo más, puesto que la letra en la tarjeta no es la de Jimmy.

De pronto, un par de brazos rodean mi torso por la espalda y una cálida respiración contra mi cuello me causa escalofríos.

—Feliz cumpleaños —dice alguien contra mi piel antes de recargar su cabeza sobre mi hombro.

—¿Z-Zacky?

El hombre de ojos esmeraldas ríe detrás de mí antes de permitir que gire para verle de frente y constatar lo que mis oídos han creído escuchar—. Lamento no haberte escuchado, yo...

Interrumpo su disculpa con un abrazo—. Ambos cometimos errores estúpidos. Lo único que importa ya es que estás aquí.

Me separo sólo lo suficiente para ver su rostro. Sin que pueda evitarlo, mis ojos bajan hasta sus labios por segundos suficientes para que desee tenerlos entre los míos.

Para mi sorpresa, es él quien elimina la corta distancia entre nosotros y, aunque duda al inicio, pronto me envuelve en el lento ritmo que impone. Sus gruesos dedos se colocan sobre mi nuca, perdiéndose en mi cabello mientras el beso continúa.

No sabía lo mucho que extrañaba esto hasta ahora.

Estoy por morder su labio inferior cuando siento un chorro de agua golpearme desde un costado.

Zacky y yo nos separamos. Johnny nos mira con una sonrisa malvada desde el interior de la casa. El idiota encendió los aspersores del jardín.

—¡Consíganse un cuarto! —grita Seward a la distancia, haciendo que tanto mi novio como yo nos ruboricemos. Sin embargo, él rompe la incomodidad con una fuerte risa—. ¡Considera esto como mi venganza!

El hombre sale de nuestra vista y el flujo del agua se detiene justo después. Baker y yo intercambiamos miradas antes de reír con algo de pena.

Regreso mi atención al regalo que supongo es de él y me aseguro que lo del interior de la bolsa haya sobrevivido a la broma de Johnathan.

—Esto no se quedará así —digo, tomando la mano de Zacky entre la mía y caminando de vuelta a donde se está llevando a cabo mi fiesta de cumpleaños—. Y no hablo sólo de Johnny —agrego, besando su mano mientras lo miro con picardía.

Sus mejillas se vuelven incluso más rojas de lo que ya estaban, pero simplemente sacude la cabeza, ignorando mis posibles intenciones.

Justo antes de entrar a la casa, Baker se detiene de la nada. Volteo a verlo, encontrándome con facciones preocupadas en su rostro.

—Como sabes, me iba a ir a Phoenix. Tenía boletos para hoy, pero recordé que pronto será tu concierto con los chicos —confiesa con cierta tristeza, sus ojos fijos en el pasto debajo de nosotros.

Coloco mis dedos debajo de su barbilla, levantando su mentón con cuidado—. Vete. —Puedo ver algo dentro de él romperse, así que me apresuro en explicar mis palabras—. Tu vida personal es más importante que una presentación. Además, estoy seguro de que podrás vernos en otra ocasión.

—¿En serio? —pregunta con una tierna sonrisa.

Asiento un par de veces—. Justo hoy me ofrecieron quedarme como su guitarrista y, como renuncié a mi trabajo en esa escuela llena de víboras, he aceptado.

Su sonrisa crece, el brillo en sus ojos ha regresado y ahora es más intenso que antes—. Me alegra que hayas encontrado un trabajo tan rápido.

—Me alegra más que hayamos podido arreglar nuestros problemas.

Sin advertirlo, terminamos perdidos uno en la mirada del otro. Por la música que se escucha, sé que adentro deben estar pasándosela súper. Sin embargo, no desearía estar en ningún otro lugar en este momento.

Ladeo ligeramente mi cabeza para besarlo. Desafortunadamente, el agua evita que pueda alcanzar sus labios una vez más.

—¡¡JOHNNY!!