Sueños | 82

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Narra Brian

Suspiro profundamente al llegar a casa, el cálido aire del interior inunda mis pulmones. Mis ojos se abren rápidamente al identificar el olor en el ambiente. Es dulce y cálido. El aroma de hot cakes recién hechos me hacía recordar mi infancia, pero ahora no puedo pensar en nadie más que en Zacky.

Cierro la puerta y dejo mis cosas en el pasillo, preocupándome más por llegar rápido a la cocina a abrazar a mi novio y agradecerle infinita mente por preparar mi comida favorita en todo el universo.

—Ya llegué, cariño —aviso mientras me acerco a Zacky por la espalda.

—Se te hizo algo tarde, ¿todo bien?

—Sí. —Coloco mis brazos en los hombros de Zacky y beso su mejilla—. Pero ahora todo está mucho mejor.

Él ríe ligeramente antes de devolver el beso en mi mejilla.

—Creo que los hot cakes ya están tibios. Los calentaré.

—No —me apresuro a decir, evitando que se levante—. No te preocupes por eso. Muchas gracias.

Su tierna sonrisa causa un vuelco en mi estómago. Dios, no sé qué haré si un día me hace falta esa sonrisa en mi vida.

Beso su frente y tomo uno de los platos que están sobre la mesa para servirme una ración de hot cakes. Zacky se toma la libertad de verter tanta miel como me gusta sobre el platillo.

—Muchas gracias —repito como si fuera la primera vez.

—De nada, amor.

Amor.
Si bien me siento de maravilla cuando escucho esa palabra salir de los labios de Zacky, no puedo evitar que el miedo se haga presente. Aún no entiendo cómo es que él pueda decirla tan fácilmente cuando a mí me cuesta trabajo hacerlo. Cada vez que trato expresar mis emociones hacia él, lo único que puedo decir es un ahogado "Te quiero".
Es esto por lo que quiero terminar la canción que tengo en proceso. Porque para mí las palabras no suelen ser suficientes para reflejar mis sentimientos. En realidad, mi lenguaje favorito siempre ha sido la música. Y no puedo esperar por usar ese lenguaje para hacerle saber a Zacky del gran amor que siento por él.

—No puedo creer lo feliz que me haces.

Es hasta que me duelen las mejillas que noto que he sonreído desde el momento en que llegué.

—¿Le dices a los hot cakes o a mí?

Su comentario logra el objetivo de hacerme reír.

—Por supuesto que a ti.

Él baja la mirada con algo de timidez. Al comer el primer bocado de mi almuerzo tardío me doy cuenta que su mente parece ir a mil por hora.

—Sé que me tardé en regresar y ni pude avisarte. Lamento si eso hizo que te preocuparas. Ya sabes que puedes contarme cualquier cosa, cariño.

Su sonrisa vuelve, pero esta vez es algo más apagada. Aunque no ha sido muy fácil entender todos sus gestos, he podido identificar cuando existe algo que le preocupa.

—No es eso. Lo que pasa es que tendré otro torneo en unas semanas y, si todo sale bien, me podría mudar a una casa con el resto del equipo —Suspira con pesadez, evitando el contacto visual—. Perdón por arruinar el momento pero puedo dejar de pensar en que nuestros futuros no tienen nada en común. Mientras tú viajarás por el mundo dando conciertos, yo estaré frente a una computadora cumpliendo un sueño distinto.

"Mi sueño eres tú."
Vamos, Brian. ¿Por qué no puedes decir esa simple frase?
¿Es acaso que no es verdad?
¿En realidad podré escoger a Zacky por sobre todo lo demás?

Como otro trozo de hot cake como un pretexto para tomarme más tiempo del necesario por contestar. Desafortunadamente, no logro percibir ni la dulzura de la miel. Es como si estuviese masticando un chicle que ha perdido todo sabor.

Trago con dificultad, pues aún no he podido formular una respuesta. Habíamos evitado esta conversación por algo de tiempo. Por supuesto que debí prepararme para cuando llegara.

Porque estoy seguro de que ambos pensamos igual respecto a nuestro futuro. El problema es que no creí que nuestros caminos se separarían tan pronto.

Solía preguntarme qué pasaría si el tiempo no fuera suficiente para estar juntos. Aún no puedo pensar en una respuesta.

—¿Cuándo es el torneo? —Pregunto antes de comer otro insípido bocado.

Él frunce el ceño—. Exactamente en dos semanas y tres días. Estaré demasiado ocupado a partir del lunes hasta entonces.

Asiento en silencio, dejando los cubiertos sobre la mesa y acercando mi silla a la de él. Aclaro la garganta como si eso de alguna forma pudiera desatorar las palabras que a veces no pueden salir.

Después, me aseguro de no tener miel en mis manos para poder tomar su rostro con cuidado.

—Hey, no estés triste. Hemos encontrado distintas maneras para seguir juntos hasta ahora.

—¿Y si eso deja de funcionar? ¿Y si en el futuro no podemos encontrar más maneras?

Sus ojos verdes nunca me habían parecido tan frágiles, como si el mismo aire pudiera romperlos y dejar escapar el llanto que contienen.

—Crearé mis propias maneras para llegar a ti.

No(,) te necesito | 𝘚𝘺𝘯𝘢𝘤𝘬𝘺 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora