Narra Matt
Cada que pestañeo la veo.
Aunque ha crecido y su cabello ahora luce un tono más claro, no me costó trabajo reconocer a Kristen en la distancia. Intenté esconderme, pero no conseguí hacerlo con éxito.
Sólo bastó que ella dijera mi nombre para que una parte de mí cayera en el abismo del que he estado tratando de escapar desde hace poco más de un mes.
—Matt, ¿en verdad eres tú? —preguntó justo después de rodear mi cuerpo con sus manos y recargar su rostro en mi espalda.
Permanezco inmóvil. Simplemente no podía afrontar al pasado del que quise huir años atrás. Sin embargo, sabía que pronto me iba a cansar de seguir corriendo lejos de él.
Suspiré—. ¿Kristen? —respondí en a penas un hilo de voz en el momento en que ella relajó sus músculos.
Volteé lentamente, preparando mi mente para mirar a quien alguna vez amé con toda mi alma. Esperaba sentir un hueco en mi pecho, un dolor insoportable, un gran peso sobre mis hombros cuando me encontrara dentro de sus pupilas almendradas. No obstante, la calidez que tanto le caracteriza hizo que no sintiera algo más que un cálido sentimiento fluir con la sangre en mis venas.
—Qué fortuna encontrarte —dijo alegremente con una sonrisa.
El par de cicatrices en su mejilla eran ya casi imperceptibles, pero no pudo evitar pasar mi dedo sobre ellas en cuanto tomé su rostro entre mis manos—. Lo siento.
Kristen tragó saliva, su felicidad desapareciendo por completo. Aunque sus ojos se cristalizaron tras escucharme, decidió que no era momento ni lugar para desenterrar lo que nos costó tanto trabajo esconder en el olvido.
—Vayamos por un café el miércoles, ¿quieres? No me quedaré mucho tiempo aquí, pero me gustaría hablar contigo.
Asentí mecánicamente. Sabía que todo estaría bien mientras tenga refugio en su mirada; es por eso que mi mundo se vino abajo cuando se despidió con un simple movimiento de mano y se fue.
Cuando llegué a casa aquella tarde, acabé con el poco alcohol que quedaba en el pequeño bar junto a la sala y, además, con las cervezas que compré en el camino. Creí que eso me haría sentir mejor, como lo hacía antes. Sin embargo, las emociones negativas sólo empeoraban con cada gota que entraba en mi sistema.
Afortunadamente, Jimmy llegó a mi rescate. Pensé que me gritaría, que sólo aumentaría el daño. En cambio, el joven de ojos azules se sentó a mi lado e hizo todo lo posible por no dejar que cayera inconsciente.
Nunca pensé que los chicos que alguna vez conocí en un bar de mala muerte serían quienes me ayudarían a seguir adelante.
Después de todo, fueron James y Brian los que me convencieron de venir a esta cafetería.
Ahora espero impacientemente a Kristen mientras bebo el primer sorbo de mi segundo espresso. Mi mano denota mi ansiedad al golpear la mesa de madera repetidamente en un acto que no es del todo causado por la gran cantidad de cafeína que he ingerido hoy.
Finalmente, Seaman aparece en la entrada del establecimiento. Siempre sonriente, entra al lugar y ocupa el lugar justo frente al mío.
—Hola —saluda justo antes de mirar la carta, ignorando al par de personas que se le han quedado mirando debido a su rostro dañado.
Hago del silencio mi mejor aliado hasta que ella recibe la bebida que ha ordenado.
—¿Qué te trae por acá? —cuestiono, terminando el resto de mi bebida de un solo trago.
Ella ríe ligeramente—. Acompañé a mi mamá a revisar algún asunto de su trabajo —responde tras encogerse de hombros—. Pensé que habías logrado desaparecer de la faz de la Tierra.
—Quisiera haberlo hecho —admito con culpa, bajando la mirada hacia la mesa.
Kristen extiende su mano derecha hasta alcanzar las mías—. Te perdoné desde el momento en que todo acabó.
Presiono mis labios hasta formar una delgada línea. Puede que ella me hubiera perdonado, pero yo no puedo hacerlo; no cuando la abandoné en el momento en que más me necesitaba.
—No ha acabado para mí.
Aprieta tiernamente mis dedos con los suyos—. Tal vez sólo necesitabas verme, saber que todo estaba bien. Ambos ya hemos continuado con nuestras vidas y no te tengo rencor alguno.
Levanto el rostro para confirmar la honestidad de su voz con el brillo en sus ojos.
—Nunca te merecí, ¿sabes?
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No(,) te necesito | 𝘚𝘺𝘯𝘢𝘤𝘬𝘺 ✔️
FanfictionEntre mis dedos escurre un líquido frío y la textura que sienten las yemas es tan inusual que me hace sentir en otra dimensión. Aire y un poco de saliva escapan mis labios para fundirse en un sabor completamente nuevo para mí. Desafortunadamente, m...
