Sorpresa | 51

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Narra James

—Matt me ha dejado su puesto como encargado de la fiesta sorpresa de Brian —anuncio en cuanto me siento a la mesa frente a Zacky.

Él se queda sin saber qué decir durante algunos segundos. Tras aclarar la garganta, pregunta—: ¿Crees que sea apropiado hacer la fiesta?

Suspiro—. Yo era de la idea de cancelar todo y hacer una pequeña reunión, pero Sanders insistió bastante en seguir con el plan.

Zacky asiente lentamente, tomando un gran sorbo de su taza con café—. Necio.

Río ante su comentario. Aunque parece ser que no ha dormido mucho desde anoche, siento que hay algo más detrás de las ojeras que contornean sus ojos.

—¿Cómo vas con el juego ese que juegas?

Lo que he dicho le hace sonreír, al menos—. Sonaste como mi mamá cuando no puede pronunciar el nombre del vídeo juego. Voy bien. En cuanto la fiesta de Haner se acabe, me iré a Phoenix.

—¿Ya tienes los boletos?

—Sí. Por cierto, deben comprar los suyos y hacer la reservación en el hotel lo antes posible.

Aprieto los labios. Prometimos ir, pero nuestra situación financiera actual no es la mejor. Además, con lo que acaba de ocurrirle a Matthew, ha empeorado las probabilidades de poder asistir.

No obstante, me niego a decirle eso. El pobre ya debe tener suficiente con su torneo, Matt y lo que sea que haya pasado entre él y Brian (aunque estén intentando cubrirlo, yo sé que algo no anda bien y de seguro es culpa de mi estúpido amigo).

—Lo haremos en cuanto antes.

—Genial.

Lo miro terminar su desayuno mientras bebo el vaso con agua que me sirvió minutos atrás.

—Bueno, Zack. Creo que te dejaré practicar. Sólo pasaré al cuarto de Brian súper rápido por algo que me pidió.

Nos despedimos con un choque de puños puesto que él ya ha comenzado a lavar los trastes que llevan mínimo un día apilados en el fregadero—. Si ocurre cualquier cosa, me avisas.

—Claro.

Entro a la habitación junto a la de Baker y hurtó una mochila para llenarla de ropa que me encuentro en el armario. Brian no me pidió nada, pero me va a agradecer cuando al fin pueda sentirse cómodo en su propia ropa.

Me despido una vez más a la lejanía. Estoy por salir del lugar cuando una bolsa mediana color naranja llama mi atención desde la sala.

En silencio, camino hacia allá y miro la etiqueta del regalo. Es lo que ha comprado Zacky para el festejado. Me pregunto si se lo dará.

Me apresuro hacia la puerta antes de que el dueño se dé cuenta de que ando de chismoso.

Como tomé prestado el coche de Matt, regreso rápido a su casa. Me encuentro con Haner en la sala. Afortunadamente, parece que nuestro amigo ya está un poco más animado.

—¿A dónde fuiste? —pregunta el de ojos castaños en cuanto ve la mochila que cuelga a mi espalda.

—¿Tú a dónde crees? —Tomo el objeto y lo levanto lejos de su alcance—. Te traje ropa, pero sólo te la daré si me cuentas lo que ocurrió entre tú y Zacky.

Los ojos de mi acompañante se abren de sobremanera—. ¿Cómo...

—Vamos, si todo anduviera de maravilla estarían por aquí como tórtolos. Ya, cuéntame —insisto, bajando el tono de mi voz para hacerle saber que no tengo intención alguna de golpearlo o algo así.

Brian toma una gran bocanada de aire—. Te diré sólo si prometes que me ayudarás a arreglarlo.

Miro hacia la habitación de Matthew. Aún debemos tener media hora antes de que se quiera levantar. Me parece tiempo suficiente para ser doctora corazón.

—Hecho.

Caminamos hacia la sala. Brian resume lo ocurrido hace un par de noches entre él y su pareja.

Antes no le habría creído que él había dejado pasar la oportunidad de estar con una chica. Sin embargo, lo conozco lo suficiente para saber que ser infiel no está en la lista de sus defectos. Además, la forma en la que cuenta lo ocurrido casi me parte el alma.

Dios, no puedo creer que Haner al fin haya encontrado a alguien a quien en verdad quiere. El problema es que mi amigo no se da cuenta de lo mucho que aprecia a Baker.

—¿Y bien? —concluye, esperando que lo ilumine con mi sabiduría.

Tengo un plan, pero incluye la fiesta sorpresa. Así que, si le digo, la fiesta ya no será sorpresa...

—Ve a bañarte —respondo, aventándole la mochila hacia su regazo—. Te ayudaré platicando con Zacky y pensaré en algo mientras no estás.

Brian pone los ojos en blanco, pero obedece mis órdenes sin quejarse.

Ahora debo ajustar los últimos detalles para celebrar su cumpleaños mañana y, además, ayudarlo con una metida de pata muy fea.

Mi único consuelo es que él parece no saber ni en qué día vive por lo atareado que está, así que al menos lo de la fiesta debe salir bien.

No(,) te necesito | 𝘚𝘺𝘯𝘢𝘤𝘬𝘺 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora