Infancia | 29

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Narra Brian

—Ya me duele la cabeza y sigo sin comprender todo lo que está pasando —digo con honestidad, masajeando mis sienes con mis dedos índice y anular.

Zacky ríe a un lado de mí.
Regresamos del desayuno hace unos minutos y le pedí que me enseñara de qué rayos trataba el videojuego del torneo al que asistirá.
Su descripción previa me había dado a entender que no era un juego extremadamente complicado, pero estaba extremadamente equivocado.

—¿Quieres jugar?

—No puedo ni expresar lo mucho que no quiero jugar esta cosa —respondo mientras cierro los ojos y recargo mi cabeza en su hombro—. ¿Por qué hay coches jugando fútbol?

—¿Y por qué no? —replica, pausando el video de algún campeonato pasado que decidió poner para mostrarme el nivel de la competencia.

—¡Es ridículo! Parece que sólo están apretando botones de manera aleatoria.

—Venga, uno contra uno. Si es tan ridículo, seguramente podrás jugarlo.

Estoy por ofrecer una apuesta, pero recuerdo de inmediato que no gano ni el juego de solitario, así que niego con la cabeza y cambio de tema.

—¿Cuándo comenzarás a practicar?

—Mañana —dice con un suspiro tras ponerle play al video en el televisor—. Aún no puedo creer que Austin me haya pedido unirse a su equipo para la competencia —añade, sonando un poco ansioso.

Levanto mi cabeza y beso su mejilla.
—Sé que lo harás bien.

Él me sonríe de vuelta con algo de timidez antes de regresar su atención a la TV.

Paso mi brazo por detrás de su cabeza para acercar su costado a mi pecho y continuar dando cortos besos en su mejilla derecha.

Ambos reímos mientras él trata de escabullirse de mis brazos. Sin embargo, no me detengo hasta que escucho su teléfono sonar sobre la mesa al centro de la sala.

Reacciono de inmediato y tomo el móvil antes de alejarme de Baker.
En cuanto leo en la pantalla el nombre de Laurie, siento un escalofrío recorrer mi espalda.
Zacky aprovecha que la sensación me ha dejado inmóvil para tomar su celular.

Esperaba que él contestara la llamada justo ahí, pero se ha quedado sin idea de qué hacer, al igual que yo.

—¿Qué pasa? —pregunto, encontrando sus ojos mirándome con indecisión.

—Ella sólo es una amiga, lo juro.

—Hey, no tienes nada qué explicar, atiende —aseguro con gentileza, señalando el teléfono que sostiene con su mano derecha.

Él traga saliva antes de responder.

Vuelvo a sentarme sobre el sofá mientras Zacky camina hacia el pasillo para platicar con la chica.

Aunque trato de continuar viendo la partida en la tele, no puedo evitar recordar la voz de Laurie diciendo que era novia de Baker.
Mis celos crecen mientras sigo preguntándome cómo es que él tiene contacto con una modelo más o menos reconocida internacionalmente. Sin embargo, logro controlar mis estúpidos pensamientos tras repetir sus palabras y mantenerme firme en la respuesta que le he dado.

Es sólo una amiga.

Espero pacientemente a que Zacky regrese.
Mientras tanto, presto más atención al juego. Sin duda, se necesita demasiada habilidad para jugarlo de manera decente. Seguramente, yo ni si quiera podría golpear la pelota gigante aunque se encontrar justo frente a mi cochecito.

Después de un rato me encuentro bastante metido en la partida. Festejo, incluso, un gol anotado por el equipo naranja con un par de aplausos.

—¿Ya te está gustando el juego? —pregunta mi acompañante a mi oído, rodeando mi cuello con sus brazos mientras se recarga en el respaldo del sillón.

—Algo así —respondo mientras me encojo de hombros.

Él ríe antes de separarse de mí y caminar alrededor del sofá para sentarse de vuelta a mi lado.
—Se supone que el nivel de la competencia no será tan alto, pero aún así debo practicar muchas horas.

—Ya, deja de preocuparte —digo, tomando el control de la TV y apagándola—. Practicarás a partir de mañana y lo harás muy bien. Por ahora relájate y trae muchas almohadas y cobijas mientras pido una pizza.

—¿Para qué?

—Construyamos un fuerte y veamos películas —ofrezco, recordando todas las veces en que hice eso con mi mejor amigo de la infancia.

—¿Tenemos 6 años? —pregunta con una sonrisa burlona mientras levanta una ceja.

Pongo cara de ofendido mientras él continúa riendo.
—Vamos, ¿cuándo ha sido la última vez que te has divertido como un niño pequeño?

—¿Y veremos películas de Dora la exploradora? —insiste, haciendo que llegue al límite de mi paciencia.

—Zacky...
Tomo un cojín y lo golpeó suavemente contra su hombro un par de veces hasta que se levanta.

—¡Está bien! —exclama entre risas mientras camina hacia su habitación—. Iré por lo que me has pedido. Mientras busca una película de los Power Rangers.

No(,) te necesito | 𝘚𝘺𝘯𝘢𝘤𝘬𝘺 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora