Despedida | 112

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Narra Brian


—Tienes suerte. Nadie se quejó porque serví dos platos casi llenos de hotcakes —le reclamo a Sullivan, quien a penas va regresando del baño—. Te tardaste demasiado. Por un momento pensé que te habías quedado atorado o algo.

Él ríe ante mi exagerado comentario antes de sentarse al otro lado de la mesa.

—Lo siento, es que me encontré a una chica muy guapa por los elevadores y tenía que pedirle su número.

—Con que también quieres un romance de verano, ¿ah?

—Bueno, tú ya te divertiste. Me toca a mí —argumenta—. Por cierto, verás al chico de la margarita el día de hoy.

—Se llama Ethan... Y sí. Quedé de verlo en la playa por la tarde.

—Excelente. Te advierto entonces que tal vez no deberías regresar a la habitación tan temprano.

Hago una mueca de disgusto—. Muy bien, supongo que me quedaré a dormir en la alberca si es necesario.

—Como si fuera gran sacrificio quedarte con el chico de la margarita de nuevo.

—ETHAN, se llama Ethan.

—Bueno, y, ¿qué tal ese tipo? ¿Crees que sea algo más que un romance de verano?

Niego con la cabeza mientras como el octavo hotcake del día.

—Me gusta como no tienes una idea. Creo que es una persona extremadamente divertida y genuina —halago con una sonrisa—. El problema es que él vive en otro país. Sólo vino de vacaciones con unos amigos.

—¿No quieres intentar una relación a distancia?

—No lo sé. No tocamos ese tema. Cuando le pregunté cuándo se iba, él dijo que eso no importaba —comento antes de beber un trago de leche—. De todas formas, yo no tendría problema con que fuera sólo  un romance pasajero.

—Espero que eso sea verdad, porque no sé si podré soportarte con el corazón roto de nuevo.

Lo miro de mala gana—. Ya, no pasará de nuevo. Al fin estoy sanando realmente. Ahora, come. Esos hotcakes han de estar congelados.

—Como tú digas...



·.¸¸.· · ·.¸¸.·



Veo el atardecer por el balcón de nuestra habitación mientras me pongo una de mis camisas.

—Entonces... ¿Regreso como a la 1?

—¿Y si mejor te mando un mensaje? —Sugiere James.

Pongo los ojos en blanco—. Está bien. Pero pobre de ti si te quedas dormido y se te olvida avisarme.

—No te preocupes. Eso no pasará.

—Ajá —digo antes de salir del cuarto y dirigirme a la playa.

Para mi sorpresa, puedo distinguir perfectamente a la distancia a Ethan. No precisamente porque resalte entre la multitud, sino porque ha apartado un lugar en la arena con una sábana y una hielera roja.

Siento mi corazón latir como no lo había hecho desde hace tiempo. Sonrío de lado al lado y disfruto de esta sensación tan fascinante.

Al principio tenía miedo de que podría terminar usando a Ethan para llenar un vacío en mi alma. Sin embargo, cada vez que lo veo me doy cuenta que ese no es el caso. Él me está ayudando a cauterizar cada herida que el pasado le ha causado a mi corazón.

No(,) te necesito | 𝘚𝘺𝘯𝘢𝘤𝘬𝘺 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora