Angel | 86

29 4 1
                                        

Narra Zacky

—¿Estas nervioso por el torneo? —Pregunta Austin, mi amigo en línea, después de haber perdido la cuarta partida consecutiva.

—Algo así —acepto con pena.

—Tranquilo. Supongo que debe ser algo intimidante jugar ante grandes audiencias, pero lo harás bien.

Exhalo profundamente mientras estiro mis brazos. No es la competencia lo que me intimida, sino regresar al lugar que alguna vez me dio la espalda.

Quisiera contarle a Austin al respecto, pero aún no me siento listo para hacerlo. A pesar de que ahora tengo más confianza en mí mismo, el miedo al rechazo aún se refugia en mi mente.
Una parte de mí dice que él comprenderá, que él no es como mis ex compañeros de equipo que me humillaron frente a miles sólo por mis preferencias sexuales. Sin embargo, mis temores hablan más fuerte.

Nadie debe saber.

Esta es una decisión que ya había tomado y que a veces suelo olvidar, pero es lo mejor.

No puedo permitirme perder otra oportunidad haciendo lo que amo por algo tan simple como eso.

—Muchas gracias por tu apoyo —digo al notar que me he quedado callado por un largo periodo de tiempo—. Ah, también disculpa por no estar jugando tan bien hoy. Hoy es mi último día en casa, así que mi mente está en todos lados.

—No tienes por qué disculparte. Yo juego contigo porque es divertido. Ganar ya es avaricia.

Suelto una risa que relaja mis músculos. Sin embargo, un sonido abrupto vuelve a ponerme nervioso y hasta hace que salté ligeramente sobre mi silla de piel.

—Tienes razón —respondo con inquietud mientras miro detrás de mí por encima de mi hombro. Mi ritmo cardiaco vuelve a estabilizarse cuando veo a Brian sonriendo en la puerta de mi habitación.

—Hey, ¿estás bien?

—Sí, no es nada. Escuché unos ruidos en mi departamento, pero creo que es el gato del vecino.

Escucho a Haner aguantar la risa mientras se acerca a mí.

—Ah, entiendo. ¿Quieres seguir jugando?

Niego con la cabeza—. No, creo que será mejor que descanse un poco. Gracias por jugar conmigo, Austin.

—No hay de qué. Éxito en el torneo.

—Nos vemos.

Termino la comunicación con mi amigo y cierro el juego antes de girar la silla nuevamente. Para mi sorpresa, Brian ya está a tan sólo un metro de distancia.

—Llegaste antes —comento lo obvio, levantándome para abrazarlo.

Su ropa está fría. Debió haber caminado hasta acá. Supongo que ha tenido suerte porque no ha llovido a pesar de que el cielo está nublado.

—Por supuesto —dice, separándose lo suficiente para besar mi frente antes de continuar—: En lugar de esperar a que alguien me trajera para acá, decidí venir por mi cuenta.

—¿Y cómo te fue?

—No sé cómo pero Jimmy continúa acabando con toda mi paciencia —admite con una risa—. Pero poco a poco estaremos haciendo que nuestra música llegue a más personas.

—Así será.

—¿Y qué hay de ti? ¿Cómo vas con los nintendos?

—Sonaste como una mamá —replico, poniendo los ojos en blanco y sonriendo tontamente—. Me fue bien, pero preferiría no hablar de eso por ahora.

No(,) te necesito | 𝘚𝘺𝘯𝘢𝘤𝘬𝘺 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora