Miserable | 91

15 3 0
                                        

Narra Brian

Miro hacia el público. Mis ojos escanean el lugar de un lado al otro, pero ni si quiera sé qué estoy buscando. Vamos a media presentación y mi cuerpo ha estado aquí desde que toqué la primera nota de la canción con la que abrimos. Mi mente, por otro lado, parece estar divagando mucho más de lo normal.

James me ha pedido que me tranquilice. Lo he intentado, de verdad. El problema es que no sé cómo tranquilizar una ansiedad que ni si quiera sé por qué existe. Es como si un sexto sentido me dijera que me prepare para algo, pero no me diga de qué se trata.

Por ello, he decidido hacerle caso a Johnny. He roto mi promesa de no beber alcohol a escondidas (porque si Matthew o James se enteran, me matan sin importar que decenas de personas atestigüen su crimen). Además, sólo fueron un par de shots. Tampoco es para tanto...

Al comenzar una canción más siento que el tequila ha comenzado a hacer su trabajo en mi sistema.

De pronto me noto menos preocupado por una amenaza que tal vez no exista y mi atención se enfoca más en los movimientos de mis dedos.

Esta soltura se nota en el escenario, pues la gente parece incluso más energética que antes.

Mis mejillas comienzan a doler y pronto me doy cuenta que he pasado mucho tiempo sonriendo.

Miro a Jimmy a un costad. Parece más tranquilo que antes. Sus facciones me indican que él también está disfrutando del concierto mucho más que antes, lo cual me hace sentir aún más feliz.

Al terminar el solo de una canción, miro al público de nuevo. Esta vez mis pupilas no se mueven al azar en busca de algo, sino que se enfocan en algunos rostros sonrientes. Es la primera vez que no tocamos algún cover, así que las personas no están muy familiarizadas con la letra de nuestra canción. Sin embargo, gritan y transmiten sus emociones como si fuéramos su banda favorita.

Mi corazón palpita con fuerza dentro de mi pecho. Por primera vez en varios días me siento vivo. El ritmo de la batería de Brooks, la voz de Corey y la melodía de Johnny hacen vibrar cada fibra de mi ser. Cada uno de mis sentidos capta un estímulo distinto que me recuerdan por qué me enamoré de la música y por qué he elegido este camino.

Mi lugar es aquí.



Terminamos una canción más y me dirijo hacia un costado del escenario junto con Jimmy.

Él habla con Corey sobre algo, pero no les presto atención porque siento mi celular vibrar dentro de mi pantalón.

Me alejo un poco para sacar el dispositivo. Mis ojos se abren al notar que tengo 34 llamadas perdidas de Zacky.

Le hago señas a Johnny, explicando tan rápido como puedo que deben improvisar porque ha surgido algo extremadamente importante.

Para mi fortuna, Corey se da cuenta y toma la iniciativa para tocar la canción que le ayudé a componer en acústico.

Continúo caminando lo más lejos que puedo del ruido. Termino encontrando refugio en el baño, que para mi fortuna está casi vacío y tiene paredes que aislan muy bien el sonido.

Respondo la siguiente llamada entrante casi de inmediato.

—Zacky, ¿estás bien? ¿Qué pasa?

Sólo escucho su respiración entrecortada, lo cual me hace pensar que está teniendo un ataque de pánico, como ocurrió el día que fuimos al cine por última vez.

Debido a que Matthew solía tener este tipo de ataques muy seguido, Jimmy y yo aprendimos a ayudarle. Así que, sin desperdiciar un preciado segundo, utilizo mi experiencia para que Zacky pueda sobrellevar el ataque de pánico.


·.¸¸.·♩♪♫ 🎮 ♫♪·.¸¸.·


—¿Ya te sientes mejor?

—Sí —Zacky responde—. Lamento interrumpir tu presentación.

—Hey, no te disculpes por eso. Siempre serás mi prioridad, cariño.

Él suspira y deja que el silencio concluya la corta conversación que teníamos.

Me resulta raro. Una parte de mí siente que debo quedarme callado para darle algo de tiempo a él, pero otra parte pide a gritos que diga algo, cualquier cosa. Es esta última la que termina ganando. Tristemente, Zacky habla antes de que yo pueda hacerlo.

—Bueno, tengo una entrevista pronto. Muchas gracias por tu ayuda. Hablamos luego, ¿sí?

—Claro, cariño. Cuídate mucho y suerte. Te quiero.

—Adiós.

Zacky cuelga y yo me quedo viendo la pantalla de mi celular como si estuviera en un trance. Aunque extraño que me muestre su cariño, entiendo que tal vez no estaba en un lugar donde se sintiera cómodo para expresarse. De cualquier forma, no puedo evitar sentirme vacío.

Y es ahora cuando los estragos del alcohol me atrapan una vez más.

Lo que antes era euforia ahora es tristeza y culpa.

Si no fuera por James, quien me saca casi arrastrando del baño, no tendría la fuerza para volver a salir al escenario.

La batería mueve cada partícula de mi cuerpo pero no logro sentirlo. Ni si quiera las sonrisas de los espectadores logran contagiarme de felicidad.

Terminamos la presentación.

Mientras mis compañeros guardan su equipo y alistan todo para irnos, yo me quedo mirando hacia el espacio que fue ocupado por nuestro público.

Cientos de pensamientos corren en mi mente. Uno en específico es el que más me atormenta: Si este en realidad es mi lugar, ¿por qué me siento tan miserable?


No(,) te necesito | 𝘚𝘺𝘯𝘢𝘤𝘬𝘺 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora