Capítulo 17

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Me encontraba esperando por su respuesta, viendo pasar por sus ojos toda clase de emociones, entre ellas duda, confusión, y también rechazo en cierto momento, hasta que finalmente, habla.
-No, gracias, iré a mi habitación a descansar un poco- Dice Álvarez, mirándome de forma firme, y con un tono de voz serio, lleno de cansancio.
-¿Seguro? No has comido en toda la tarde...- Comienzo a decir, insistiendo en que viniera- De verdad te digo que el lugar es muy bueno, de los mejores en Nueva York...además todo corre por cuenta de la empresa, así que no te preocupes por tener que pagar nada...- Comento, pues todos los gastos que hiciéramos durante el viaje, eran cubiertos por los viáticos que la empresa nos había autorizado antes de venir. Álvarez se me queda mirando nuevamente por unos segundos, como pensando en mi invitación, como sopesando la idea de venir conmigo, y yo la verdad es que estaba esperando que aceptara, pues no quería comer solo, algo que siempre solía hacer y que no me molestaba, pero por alguna razón, en esta ocasión si que quería compañía. Luego de un momento, mi asistente habla de nuevo.
-No, estoy bien, prefiero descansar, tengo la espalda un poco mal- Dice, haciendo mueca de dolor, y yo pienso en que ese dolor era en parte mi culpa, o más bien, absolutamente mi culpa, pues yo lo había puesto a trabajar en ese documento, y en ese escritorio durante horas. Un poco decepcionado, respondo.
-Vale, entiendo...como gustes- Digo, mirándolo con algo de vergüenza, sintiéndome bastante culpable de la situación, de su dolor de espalda, de su rechazo a mi invitación, pues la verdad es que no podía culparlo por no querer venir conmigo, ya que, siendo sincero, el día de hoy no lo había tratado nada bien, pues por un lado, me lo había llevado del restaurante en la mañana al verlo charlar tan tranquilamente con un desconocido, y por otra parte, lo había hecho trabajar durante horas en la corrección de un documento que yo sabía que estaba perfectamente bien redactado, algo que estaba seguro que él ya había notado luego de horas leyéndolo.
Tenía que reconocer que yo no había actuado muy bien el día de hoy, y era en parte por la molestia que había sentido al haber visto a Álvarez tan tranquilo charlando con aquel tío, y de cualquier manera, tampoco comprendía muy bien por qué aquello me había molestado tanto, así como tampoco comprendía mi propia actitud ahora mismo, invitando a mi asistente a comer, nuevamente intentando hacer un acercamiento que no debía.
Debía aceptar que no tenía mucho sentido lo que me encontraba haciendo, invitando a Álvarez a salir cuando horas atrás, me encontraba molesto por algo que tampoco lograba comprender.
-Volveré en una hora a continuar con el documento- Me dice Álvarez, de forma muy seria. Yo niego con la cabeza inmediatamente.
-No importa...déjalo así, ya miro yo lo que falte- Respondo, aunque evidentemente no iba a revisar nada, ya que sabía que estaba todo bien. Álvarez asiente, mirándome con cierta duda en sus ojos.
-Vale...- Responde sin más.
-La reunión de hoy es a las siete, pero tenemos que estar ahí un poco antes, además, creo que lloverá en un rato, o al menos eso parece- Comento, recordando cómo había visto el cielo nublado al haber salido al balcón a fumar hace un rato- Las calles mojadas pueden provocar bastante tráfico y caos, por lo que saldremos de aquí a las seis- Agrego, recibiendo de Álvarez un asentimiento de cabeza- A esa hora iré por ti a tu habitación, espero que estés listo- Termino por decir.
-Bien- Responde sin más.
-Vale...y come algo antes de irnos, por favor- Comento.
-Lo haré- Dice, aún con esa actitud fría y excesivamente seria.
-Vale, pues nos veremos más tarde entonces- Comento. Álvarez simplemente asiente, para después, abrir la puerta, pero antes de salir, me mira de nuevo.
-Que disfrute su comida- Agrega, aunque en un tono poco amable, como si lo estuviera diciendo solamente por compromiso.
-Gracias- Digo sin más, pensando en que iba a ser difícil disfrutarla si iba a estar solo. Él me mira por unos segundos más, y sin decir nada más, sale de mi habitación.

Doy un bocado a la comida de mi plato, disfrutando de su sabor, uno exquisito, pues este lugar nunca decepcionaba. El restaurante era bastante elegante, bastante bonito y tranquilo, pues a pesar de haber mucha gente, el ambiente se sentía relajado, y suponía que eso se debía a la música en vivo del lugar, una música de piano muy relajante.
A pesar de encontrarme en un buen sitio, con buen ambiente, con buena música y buena comida, no podía evitar sentirme raro, como aburrido, casi solitario, pues al mirar alrededor, podía ver a la gente charlar, en compañía de amigos o familia.
Me sentía extraño, pues nunca me había pasado sentirme de esta manera, ya que a mí nunca me había hecho falta la compañía para disfrutar de una buena comida, sin embargo, ahora me sentía necesitando una charla, tal vez unas risas, y era raro, pues yo era solitario e independiente, aunque ahora me sentía aburrido, con ganas de terminar de comer para poder irme.
Además de la comida, me encontraba disfrutando de una copa de vino, algo también raro en mí, pues no era una persona que usualmente tomara alcohol, y mucho menos antes de una reunión tan importante como la de hoy, sin embargo, hoy había sentido la necesidad de tomar vino, ya fuera para despejar los ligeros nervios que estaba sintiendo por la reunión de hoy, o por alguna otra razón que desconocía, además, no es como que una sola copa me fuera a emborrachar, por lo que disfruto del vino pasar por mi garganta, que combinado con la pasta que me encontraba comiendo, hacían un buen conjunto.
Luego de una hora, finalmente termino de comer, y una vez pago la cuenta con los viáticos de la empresa, salgo del restaurante. El lugar se encontraba solamente a unas cuantas calles del hotel, por lo que decido simplemente caminar, tal y como había hecho para llegar aquí, sin embargo, lo primero que noto al salir del restaurante, es un fuerte olor a lluvia, y al mirar al cielo, puedo ver cómo las negras nubes amenazan con una tormenta. Yo comienzo a caminar hacia el hotel, deseando y esperando que las nubes me dieran la oportunidad de llegar antes de comenzar a descargar el agua sobre la ciudad, pero al parecer, tenían otros planes, pues al avanzar apenas dos calles, comienzo a sentir gotas de lluvia caer, muy pocas al inicio, aunque luego de un momento, una lluvia torrencial se desata, haciéndome entrecerrar los ojos y caminar lo más rápido posible, sintiendo el agua fría caer sobre mí, empapandome la ropa. Así mismo, las calles comienzan a llenarse de agua, por lo que ahora me encontraba también empapado de los pies, y mientras camino rápidamente por las calles, pienso en que afortunadamente, en mi maleta llevaba otro traje aparte de este, así como otro par de zapatos, por lo que el hecho de encontrarme absolutamente mojado de pies a cabeza, no me afectaba mucho, más allá de sentirme con algo de frío.
Luego de poco más de cinco minutos caminando bajo la lluvia, finalmente llego al hotel, totalmente mojado, como si hubiera tomado una ducha completamente vestido, y al entrar al vestíbulo, la gente me mira con curiosidad. Yo ignoro las miradas y me dirijo directamente a los ascensores, deseoso de subir y darme una ducha con agua caliente, pues a pesar de que no hacía frío, el hecho de tener la ropa completamente mojada, evidentemente me provocaba frío y escalofríos. Mientras espero por el ascensor, me peino el cabello hacia atrás, totalmente empapado y resistiéndose bastante, de forma que a pesar de querer controlarlo, pequeños mechones caen sobre mi frente. De pronto, el ascensor abre sus puertas, por lo que avanzo para entrar a él, sin embargo, me detengo al notar que una persona sale del mismo, y al subir la mirada, me encuentro con Álvarez, quien se sorprende al toparse conmigo, y una vez sube su mirada a mí, lo veo fruncir el ceño, totalmente confundido seguramente al notar mi apariencia, mientras me recorre entero con la mirada, de pies a cabeza, haciéndome sentir observado en cierta manera, y por alguna razón, algo nervioso.

¿Solo mi jefe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora