Capítulo 81

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Luego de veinte minutos, el taxi finalmente llega a nuestro destino, y una vez le pago y bajamos del coche, tomo a Raúl de la mano, quien mira confundido el enorme edificio frente a nosotros.
-¿Es aquí a donde venimos?- Me pregunta. Yo asiento, mientras comenzamos a caminar hacia el interior del mismo.
-Correcto- Le respondo, pensando en que él no tenía ni idea de lo que era este lugar. Una vez dentro, una chica nos recibe de forma amable, preguntando hacia dónde nos dirigimos, y una vez le respondo que al restaurante, nos guía hacia uno de los ascensores, en el cual entramos Raúl y yo.
-Vale, ahora que ya estamos aquí ¿Me puedes decir a dónde vamos?- Me pregunta, mirándome- Creí que íbamos a cenar- Agrega, y yo asiento.
-A eso vamos- Le respondo.
-Pero, este sitio no parece un restaurante- Me comenta. Yo me rio por lo bajo.
-Bueno, ahora lo verás, no te preocupes- Le respondo. Él me mira, suspirando.
-Joder, cómo te gustan los misterios, de verdad- Me responde. Yo me rio, para después, acercarme a él, besando sus labios, mientras el ascensor continúa su camino hasta arriba. Raúl inmediatamente corresponde a mi beso, introduciendo de pronto su lengua en mi boca, tomándome por sorpresa, encendiendome al instante, por lo que algo atontado por su pasión, lo tomo de la cintura y lo pego a mí, besandolo con furor, con muchísimas ansias, hasta que después de unos segundos, sintiendo una falta de aire muy grande, me alejo de él.
-Hostia puta...no...no puedes besarme de esa forma en un lugar público...- Le digo, con dificultad, respirando agitadamente, sintiéndome ahora excitado y con muchísimas ganas de él, queriendo tomarlo aquí mismo, algo que evidentemente no podía hacer.
Raúl se ríe, con una expresión llena de picardía en su rostro.
-Una disculpa...señor Reborn- Me dice. Yo abro mucho los ojos, sintiéndo mi cuerpo entero encenderse aún más ante esas dos palabras, esas que él sabía que no podía decirme sin esperar que me excitara al instante, esas que la semana pasada, casi nos metieron en problemas en mi oficina, esas que ahora mismo, me tenían de nuevo alterado, deseoso de él, sin embargo, antes de poder decir o hacer algo, mientras miro en sus oscuros ojos café, las puertas del ascensor se abren, lo que nos hace alejarnos. Salimos ambos del ascensor, y antes de dirigirnos al mostrador frente a nosotros, hablo, en voz muy baja, solo para Raúl.
-Que sepas que más tarde vamos a retomar lo que has provocado en mí con eso que me acabas de decir- Le digo, pues ahora me encontraba excitado gracias a sus palabras, aunque afortunadamente, no se me notaba a través del pantalón. Raúl me sonríe, lleno de diversión, para después, comenzar a caminar ambos hacia el mostrador frente a nosotros, el cual tenía una enorme puerta de madera justo detrás de él.
-Hello gentlemen, welcome to Panoramic 34- Nos dice un chico de forma amable, con un evidente acento británico- Do you have a reservation?- Agrega, y yo niego con la cabeza, pues me estaba preguntando si teníamos reservación, lo cual no era así, ya que habíamos venido de imprevisto, y para este lugar, se tenía que hacer reservación desde meses atrás, sin embargo, eso no era problema para nosotros.
-No we don't- Le digo al chico- But we are on the special guessts list- Agrego. El chico se sorprende visiblemente.
-Oh...okay...what's your name?- Me pregunta.
-Search Mr. Reborn- Le digo. El chico asiente, para después, sacar una elegante carpeta de cuero negro de su mostrador, la cual comienza a revisar. De reojo, veo a Raúl simplemente mirando curioso toda la situación, seguramente sin entender mucho de lo que estábamos hablando. Luego de unos cuantos segundos, el chico sube su mirada de la carpeta, a mí- Of course, here it is, Mr. Reborn, please come in, welcome- Agrega, de forma demasiado cordial, caminando hacia la gran puerta de madera, la cual abre, y al hacerlo, el hermoso y elegante restaurante se deja ver. Él camina delante de nosotros, guiándonos entre las mesas, y luego de unos cuantos pasos más, finalmente nos señala una mesa, donde Raúl y yo tomamos asiento, mientras el chico deja un menú frente a mí, y otro frente a Raúl.
-I will be right back to take your order- Nos dice el chico, para después, retirarse, y una vez solos, yo miro a Raúl, quien observa maravillado las vistas alrededor de nosotros.
Nos encontrabamos en el Panoramic, el restaurante más famoso y elegante de Liverpool, el cual estaba situado en el último piso del edificio más alto de la ciudad, y su fama no era sólo porque sí, pues era un restaurante excesivamente bonito, con una forma circular y con ventanas de techo a piso en lugar de paredes, lo que brinda vistas de 360 grados de toda la ciudad, así como del río.
Mientras observo a Raúl, encantado por su expresión de asombro, no puedo evitar sonreír, pues esto era justamente lo que quería, quería ver su reacción ante unas vistas tan bellas, aunque estaba seguro que las más bonitas vistas de todas, estaban justo frente a mí.
Raúl continúa con su vista en la ciudad, admirando cada detalle de la misma, con ojos curiosos, maravillados.
-Joder, me está dando envidia que la ciudad sea merecedora de esa mirada- Le comento, pues lo veía sin poder apartar su vista de ella. Raúl sube su mirada a mí, con evidente expresión de asombro.
-Reborn...que...joder...que sitio tan bonito- Me dice, mirando alrededor. Yo le sonrío, asintiendo.
-¿Te gusta?- Le pregunto, aunque la respuesta era bastante obvia.
-Me...me encanta...es que...no sé...me siento casi como...da la sensación de estar...volando o algo ¿Sabes?- Me comenta, y yo asiento, pues con todas las ventanas a nuestro alrededor, y con la ciudad extendiéndose a nuestros pies, realmente daba la sensación de estar literalmente en el cielo.
-Totalmente- Le respondo, feliz por verlo tan maravillado- Y la comida también es espectacular, no solo las vistas- Agrego. Raúl continúa mirando por la ventana unos segundos más, para después, mirarme a mí, dedicándome una sonrisa.
-¿Estas son las vistas que has dicho que eran mejores que las del hotel?- Me pregunta, y yo asiento.
-Sí, eran estas- Le respondo.
-Pues sí, tenías toda la razón, y mira que yo lo creía imposible eh- Me responde, mirando hacia afuera de nuevo. Yo miro también hacia la ciudad, la cual era cautivadora, casi hipnótica -Madre mía- Agrega, para después, mirarme a mí- Me encanta...tenías razón cuando dijiste que me iba a encantar...es hermoso- Me comenta, haciéndome sonreír- Gracias por traerme aquí...en serio...no me lo esperaba, es decir, me esperaba un lugar bonito, pero no esto- Termina por decir. Yo niego con la cabeza, subiendo mi mano a la mesa y tomando la suya.
-Nada que agradecer, a mí me está encantando venir contigo a todos los sitios a los que en su momento vine solo...- Comienzo a decir, acariciando su mano- Y te juro que ahora los veo todos mucho más bonitos...- Agrego. Raúl me sonríe de forma tierna, acelerando mi corazón.
-Gracias...de verdad- Me dice de nuevo, en voz baja. Yo le sonrío, besando el dorso de su mano.
-Ahora...¿Qué te apetece pedir?- Le pregunto, abriendo mi menú con la mano que tenía libre.
-Pues no sé...- Me dice, mirando también su menú, y por los próximos minutos, nos dedicamos a leer los diferentes platillos que había, decidiendonos finalmente por algo, por lo que dejamos nuestros menús a un lado, simplemente esperando por un camarero para que tomara nuestras órdenes- Oye y...¿Qué has hablado antes? Con el chico del mostrador de la entrada- Comienza a decir Raúl una vez aparta su menú- Es decir...no sé una puta mierda de inglés, pero he escuchado algo de una reservación ¿Puede ser?- Me pregunta, y yo asiento.
-Correcto, me ha preguntado que si teníamos reservación, para comer en este lugar es necesaria- Le comento. Raúl se me queda mirando, confundido.
-Ah vale...¿Y cuando hiciste reservaciones?- Me pregunta.
-No las hice, no teníamos reservación- Le comento, y entonces la cara de Raúl se llena de más confusión todavía.
-Pero has dicho que es necesaria...¿Cómo hemos entrado entonces?- Me pregunta.
-Bueno, trabajar en la empresa, por fin nos dio algo que podamos disfrutar en nuestra relación- Comienzo a decir- Resulta que este restaurante, es un muy buen cliente de la empresa, desde hace ya varios años, le llevamos las estadísticas, números, contabilidad, varias cosas- Continúo explicando, notando sorpresa en Raúl- Y bueno, debido a la buena relación de negocios que tenemos, el dueño del restaurante tiene nuestra empresa en una lista de invitados especiales, por lo que, al decir mi nombre, nos han dejado pasar, aún sin tener reservación- Termino por explicar. Raúl asiente, riendo un poco.
-Vale vale...joder, no sabía que tenías tanto poder...- Me responde, haciéndome reir, mientras él ríe también, sin embargo, luego de unos segundos, se pone serio de pronto- Oye pero...¿Entonces el dueño del lugar te conoce? ¿Y si te ve conmigo?- Me pregunta, y yo niego inmediatamente con la cabeza.
-No te preocupes, él nunca está aquí, ni cuenta se va a dar de que he venido- Le respondo. Raúl se me queda mirando, dubitativo.
-¿Seguro? ¿No crees que...que por ejemplo el chico de la entrada pueda decirle algo? No sé en plan..comentarle en algún momento que has venido...o tal vez alguna de las camareras te reconozca, además aquí hay cámaras...te puede ver ¿No? En algún momento, no sé...¿No crees que se entere? Y encima estamos aquí tomados de la mano...¿Y si nos ve?...- Dice, de forma demasiado rápida, evidentemente nervioso, haciéndome reír un poco ante lo paranoico que estaba ahora mismo.
-Raúl...tranquilo- Le digo en voz baja, queriendo calmarlo- No se va a enterar que he venido, él nunca está aquí- Comienzo a decir- En cuanto a los camareros, llevo sin venir aquí años, dudo que sean los mismos, y no saben quien soy, solo saben que estoy en la lista de invitados especiales, pero ahí hay toda clase de empresarios, colegas del dueño, ese tipo de personas...no conocen a cada una- Agrego, mientras Raúl comienza a calmarse visiblemente- Además, suponiendo que el dueño me viera ¿Te crees que va a ir corriendo a decirle de nosotros a la junta?- Le pregunto, riendo un poco- Evidentemente no, le sudaría toda la polla- Agrego, haciendo reír a Raúl- Así que tranquilo...créeme que no pienso ponernos en riesgo de nuevo, y si estamos aquí, juntos, tomados de la mano...es porque no pasa nada ¿Vale? ¿Confías en mi?- Le pregunto. Raúl asiente de inmediato, sonriéndome- Entonces no te preocupes por esas cosas...venimos aquí a relajarnos, en nuestra última noche en esta ciudad...así que tranquilo- Termino por decir. Raúl asiente, ahora evidentemente relajado.
-Vale bien, tienes razón...si nos has traído aquí, es por algo- Me responde- Lo siento, lo que pasa es que...bueno ya sabes...me pongo paranoico a veces- Me comenta.
-Ya, lo sé...no te preocupes- Le digo, sonriendole, para después, besar el dorso de su mano.
Él se me queda mirando, pasando después su vista por todo el restaurante, admirando el río a lo lejos, el cual se veía precioso, y mientras admiro a Raúl bajo la luz que la ciudad a lo lejos nos brinda, un camarero aparece, al cual le pido yo nuestra comida, así como una botella de vino, y un vez se retira, Raúl sube su mirada a mí de nuevo.
-Vale entonces...antes me has dicho que ya habías venido aquí ¿No?- Me pregunta, y yo asiento.
-Correcto- Respondo.
-Vale...¿Y solo? ¿Nunca has venido con nadie?- Me pregunta. Yo niego con la cabeza, mientras acaricio suavemente su mano.
-No, nunca- Respondo- Vine aquí...creo que la segunda vez que vine a Liverpool, vine a cenar, yo solo, y me encantaron las vistas evidentemente...creo que es el lugar más bonito en el que he cenado- Termino por explicar. Raúl asiente, mirándome fijamente, con curiosidad en su mirada.
-Entiendo- Me responde, bajando la vista al agarre de nuestras manos, mientras sus dedos dejan suaves caricias en mis nudillos- Es solo que...bueno, me da curiosidad...- Agrega, mirándome ahora a mí- Es decir...me da curiosidad saber por qué a mí sí que has querido traerme a este sitio tan bonito, pero por ejemplo, con tus anteriores parejas no lo has hecho ¿No?- Me pregunta. Yo niego con la cabeza.
-No, nunca- Respondo- Nunca he viajado con ninguna pareja a ningún sitio...eres el primero- Le respondo, recibiendo de él una sonrisa.
-¿En serio nunca has viajado con ninguna? ¿Ni siquiera a un sitio cerca?- Me pregunta, y una vez más, yo niego con la cabeza.
-En serio, nunca- Le respondo- Y nunca había tenido la necesidad tampoco, es decir, nunca he tenido realmente estas ganas de conocer otros lugares con ninguna de ellas...jamás- Agrego, pues con la única persona que había sentido estas ganas de conocer diferentes partes del mundo, era con Raúl. Él me sonríe.
-Ya veo- Me responde, mirándome fijamente, notando aún mucha curiosidad en sus ojos- Oye...ahora que lo pienso...nunca hemos hablado de tus ex parejas...es decir, no es que sea necesario, no lo es, pero no sé...es curioso- Comienza a decir- Tú por ejemplo ya sabes sobre algunas de mis parejas anteriores, incluso conoces a una de ellas- Agrega, haciéndome recordar a Carlos- Pero tú nunca me has contado sobre ninguna de tus ex novias...que tampoco tienes que hacerlo si no quieres...como te digo, no es algo necesario, es solo que...no sé, me da curiosidad- Termina por decir, y yo asiento, dándome cuenta de que tenía razón, yo ya conocía algunas de sus relaciones anteriores, esas que en su momento le hicieron daño, y otras que recordaba con cariño, sin embargo, yo nunca había hablado de ninguna de mis ex parejas, y aunque como decía Raúl, no era necesario, de igual forma no tenía ningún problema en hablar sobre esto con Raúl, pues era parte de mí vida, la cual yo sabía que él quería conocer.
-No tengo problema en hablar de eso- Comienzo a decir, sonriéndole- ¿Qué quieres saber?- Le pregunto. Él se encoge de hombros.
-Nada en particular realmente...solo...no sé, lo que sea, lo que tú quieras contarme...como te digo, solo pregunto por curiosidad...porque me gusta conocerte y saber más de ti- Me responde, y una vez más, le sonrío.
-Y yo encantado de que me conozcas- Le respondo, recibiendo de él una sonrisa llena de afecto- Y pues...a ver...en cuanto a mis ex novias, tampoco es como que haya tenido muchas- Comienzo a explicar, bajo la mirada atenta de Raúl- En toda mi vida habré tenido unas...- Digo, pensativo, haciendo memoria- No sé...no sé...unas ¿Siete, ocho...tal vez?- Agrego.
-¿Ocho, solo?- Me pregunta, sorprendido. Yo me rio, asintiendo.
-Correcto- Le respondo, divertido- Y es que realmente durante la ESO nunca tuve novia, no me llamaba mucho, y más de lo mismo en el bachillerato, es decir...tuve mis rollos con chicas...pero no pasaba de un morreo sin más...novias no tuve- Comienzo a decir, recordando esos años- No fue hasta que entré a la universidad que tuve mi primera novia realmente, una chica que iba a la misma carrera que yo...éramos amigos al inicio, pero después de un tiempo nos hicimos novios...duramos creo...no sé, unos meses solo- Agrego, y justo en ese momento, el camarero aparece, con la botella de vino que habíamos pedido Raúl y yo.
-Here's your wine gentlemen- Nos dice, mostrándonos la botella- May i serve you?- Agrega. Yo asiento.
-Yes, please- Le respondo, y es entonces cuando el camarero abre la botella y comienza a servir vino en nuestras copas, y luego de unos segundos, deja la botella sobre la mesa.
-Is there anything else i can do for you?- Nos pregunta, y yo niego con la cabeza.
-No, we're good, thank you- Le respondo.
-Perfect, your food will be ready soon- Nos dice, de forma amable- If there is anything i can do for you, please just let me know, excuse me- Agrega, para después retirarse, dejándonos solos de nuevo. Yo tomo mi copa, levantandola frente a mí.
-Salud, amor- Le digo. Raúl me sonríe, elevando su copa también.
-Salud, cariño- Me responde, emocionando a mi corazón, para después, beber ambos de la copa. Una vez dejamos las copas en la mesa, yo hablo de nuevo.
-Entonces...como te decía...duré solo dos meses con Diana, mi primera novia...y la razón realmente fue que no tenía mucho tiempo para ella, en ese momento yo estaba estudiando y trabajando al mismo tiempo para poder pagarme la universidad, me quedaba muy poco tiempo libre, y el poco que lograba tener, lo usaba para descansar...porque me encontraba reventado en ese tiempo...- Continúo explicando, con la mirada atenta de Raúl sobre mí- Diana me reclamaba bastante que no la veía, que no le dedicaba tiempo, solo durante las clases, pero de ahí en más, simplemente no podìa...así que hubo un momento en que terminó conmigo debido a que no le dedicaba el tiempo suficiente, aunque seguimos siendo amigos después de eso de hecho- Termino por explicar. Raúl asiente.
-Vale...- Me dice.
-Luego, después de ella, estuve de pareja con una chica que conocí por unos amigos en común- Comienzo a explicar- Nos conocimos en una fiesta, unos cuantos meses después de haber terminado con Diana, y bueno, luego de estar saliendo con ella por un mes o así, nos hicimos pareja- Agrego, para después, negar con la cabeza- Pero fue lo mismo, no tenía el tiempo suficiente...así que lo dejamos después de...poco más de dos meses solo- Agrego- Y bueno...debido a lo ocupado que estaba siempre...no tuve pareja por el resto de la universidad, me enfoqué en mis estudios, en mi trabajo, en intentar sobrevivir a ambos, y ya cuando me gradué y entré a la empresa para practicas, fue cuando conocí a otra chica- Continúo explicando, bebiendo un poco de mi vino.
-¿Ella trabajaba en la empresa también?- Me pregunta Raúl, curioso. Yo niego con la cabeza.
-No no, la conocí cuando yo entré a la empresa, pero ella no trabajaba ahí ni nada, la conocí también por unos amigos en común- Continúo diciendo- Y bueno...ahora sin estar estudiando y trabajando al mismo tiempo, pude darme el tiempo de tener una relación...con ella quise intentar ser lo que no pude con mis anteriores novias, le dedicaba tiempo...salíamos juntos casi a diario, todo muy bien...y estuvimos juntos por dos años...hasta que...bueno, en algún momento me enteré de que ella me estaba poniendo los cachos- Agrego, y entonces Raúl se sorprende visiblemente- Llevaba no sé cuánto tiempo saliendo con un tío con el que trabajaba, así que bueno, evidentemente, terminé con ella- Termino por decir.
-Joder...- Me dice Raúl, con un tono de voz triste- ¿Y cómo te enteraste de eso?- Me pregunta.
-Un día fui a su trabajo, iba a pasar por ella para ir a comer, pero salí de la oficina una poco más temprano ese día, así que llegué a su trabajo como una hora más temprano...y al llegar y aparcar, estaba ella con un tio a unos cuantos metros de mí, fumando y charlando sin más...yo no vi nada de raro...hasta que en algún momento, él se acercó a besarla, y ella no lo rechazó, al contrario- Agrego, recordando ese momento, rememorando lo mal que me había sentido al ver algo como eso- En ese mismo momento me fui del lugar, sin decirles nada- Agrego, para después, reír un poco- Lo único que hice, antes de irme, fue tomarles una foto besándose, misma que le mandé a ella, diciéndole "Perdona que os interrumpa, solo te hablo para decirte que terminamos"- Digo. Raúl se ríe a carcajadas.
-Madre mía...- Me dice, entre risas, y una vez se calma, habla de nuevo- Bueno y...más allá de eso...¿Te dolió mucho?- Me pregunta.
-Sí me dolió...pero más que nada por la forma en que después de dos años, simplemente tiró a la basura toda la confianza que yo tenía depositada en ella, es decir...no la amaba, y al momento de terminar con ella yo seguí como si nada, no me afectó tanto, pero sí me sentí mal...como te digo, más que nada por la falta de respeto, ya no por ella, porque a las dos horas yo estaba de puta madre- Agrego, haciéndolo reír- Y es que además...el concepto de infidelidad es algo que nunca he entendido...no entiendo cómo alguien puede burlarse de esa manera, no entiendo por qué alguien tiene pareja si después sale con otras diez personas...es que no lo entiendo...- Continúo diciendo- Se supone que si tienes pareja, es porque quieres solo a esa persona, porque no te interesa ninguna otra...y además esa persona te eligió a ti también, esa persona te está dando su tiempo, su cariño, toda su vida...y jugar de esa manera con sentimientos que son sinceros, no sé...me parece lo peor que una persona puede hacer...es muy bajo- Termino por explicar, y Raúl asiente.
-Yo tampoco lo entiendo la verdad...y sí, lo has descrito a la perfección, jugar con los sentimientos de alguien de esa manera es muy bajo- Me dice. Yo le sonrío, asintiendo, mientras acaricio su mano, dándome cuenta de que ambos teníamos historias de infidelidades con ex parejas, y aunque a mí no me había afectado tanto, sí que comprendía ese sentimiento de decepción y tristeza al darme cuenta de que una persona que creía conocer, había decidido simplemente burlarse de mí.
-En fin, luego de eso estuve bastante alejado de todo, y no era por que estuviera dolido, era simplemente que sentía que no valía la pena intentarlo, porque la primera pareja a la que quise dedicarme al cien por cien, había decidido que no era suficiente, y quiso estar con alguien más al mismo tiempo que conmigo...lógicamente todo eso me hizo pensar en que...en que no valía la pena intentarlo, y quería solo enfocarme en mi trabajo...para ese momento ya no estaba solo en prácticas, tenía ya una plaza en la empresa, aunque una muy baja, pero aún así, yo quería esforzarme para seguir subiendo- Continúo diciendo- Y bueno, durante los próximos años, tuve unas cuantas novias más, pero nada muy serio, nada significativo, y aunque lógicamente les tenía cariño...al momento de terminar con ellas, todo volvía a la normalidad...nunca me afectó demasiado...no sé por qué...- Continúo explicando, bebiendo otra vez de mi vino- Y bueno, finalmente, luego de varios años en la empresa, fui ascendido a director ejecutivo...algo que lógicamente me emocionó muchísimo...y en ese tiempo, yo estaba con una chica, Samantha...ella fue testigo de mi ascenso, llevábamos ya tres años y medio juntos...la relación más larga que he tenido- Continúo explicando, notando la forma en que Raúl alza las cejas en señal de sorpresa- Estábamos muy bien, me sentía bien con ella, tranquilo, estable...pero al momento de haber conseguido mi ascenso...debido al nivel de responsabilidad que conllevaba, lógicamente mi tiempo libre se limitó, comencé a salir demasiado tarde de la empresa, trabajaba muchas horas, y cuando no estaba en la oficina y estaba en casa, también estaba trabajando...el proceso de adaptación a mi nuevo puesto estaba siendo muy difícil, y aunque me sentía emocionado, fue también muy abrumador y pesado...estaba cansado todo el tiempo...y no podía ver a Samantha, muchas veces cancelaba citas con ella, porque la empresa no me permitía salir, el trabajo era demasiado, y debido a que yo era nuevo, cometía errores, mismos que debía solucionar- Continúo diciendo, con la mirada de Raúl fija en mí- La situación con Samantha fue a peor, ella estaba molesta conmigo todo el tiempo...se enfadaba porque no le llamaba, porque no podía verla...a pesar de mis esfuerzos por ir con ella cuando yo salía de trabajar, sintiéndome reventado, muy cansado...pero iba a verla...yo intentaba dedicarle tiempo, el poco que tenía...pero no era suficiente...ella se molestaba conmigo, me decía que mi trabajo era más importante para mí que ella, me decía que el nuevo puesto me había cambiado...llegó a decirme cosas bastante hirientes...diciéndome que solo me importaba el dinero, que ahora era el típico egocéntrico con un puesto nuevo que dejaba de lado a sus amigos, a su pareja, a su familia...en fin, muchas cosas- Continúo diciendo, recordando aquellas palabras- Al final decidí terminar la relación...me di cuenta de que sin importar cuánto me esforzara, nada la tenía contenta, nada le parecía bien, y sobre todo, me di cuenta de que realmente nunca tuve su apoyo...yo necesitaba a alguien en ese momento tan complicado, porque mi nuevo puesto me tenía estresado, cansado...y necesitaba a alguien que comprendiera lo importante que era mi trabajo para mí...alguien que entendiera que el ascenso que tuve fue el pico de mi carrera, me hice director ejecutivo en muy poco tiempo y sobre otras personas con mucha más experiencia y edad que yo...eso me hizo sentir muy orgulloso de mí mismo porque me di cuenta de que realmente estaba haciendo las cosas bien...y caí en cuenta de que ella nunca me felicitó por eso...nunca la vi contenta por mí, por mis logros, algo que una pareja debería hacer, celebrar tus logros contigo...- Agrego, y Raúl asiente- Simplemente abrí los ojos, un día, me di cuenta de que lo único que a ella le importaba era ella misma, lo que ella quería, lo que ella necesitaba...así que terminé la relación, luego de casi cuatro años juntos...debo decir que me afectó bastante, pero no por que estuviera enamorado o algo así, ya sabes que yo hasta antes de ti, nunca lo había estado, pero sí que me afectó porque me hizo sentir que no iba a encontrar a alguien que entendiera lo importante que era mi trabajo para mí, alguien que no se molestara conmigo por trabajar hasta tarde, y además también sentía que no valía la pena intentarlo, porque mi trabajo ocupaba mucho de mi tiempo, y las novias que tuviera, sabía que tarde o temprano se irían, algo que así fue...porque luego de un par de años sin salir con nadie, volví a intentarlo, pero siempre pasaba lo mismo, no tenía tiempo, y ellas no querían perder su tiempo, así que...al final me rendí, continúe con mi trabajo, sintiéndome lleno, trabajando felizmente todos los días, dándome cuenta de que no necesitaba de ninguna mujer a mi lado para sentirme lleno, porque ya lo estaba, yo era feliz- Continúo diciendo, mientras lo miro fijamente, para después, dedicarle una sonrisa, una que sale desde lo más profundo de mi corazón- Y entonces llegó un asistente a mi vida...uno que me enamoró...uno que me dio la felicidad que no sabía que necesitaba...uno que no solo entiende lo importante que es mi trabajo para mí, sino que además me ayuda, me auxilia, cada día...enamorándome más...- Agrego, mientras Raúl sonríe, de forma tímida- Me convencí a mí mismo de que lo mejor era estar solo...sin problemas de pareja, sin líos, sin presiones de nadie...y luego llegaste tú...y ahora no me imagino solo, no quiero estar solo de nuevo nunca...te quiero conmigo...toda mi vida...algo que ya te he dicho, pero lo repito, porque me encanta hacerte saber lo mucho que te amo Raúl...y me haces de verdad muy muy feliz- Agrego, sabiendo que ya le había dicho todo esto, pero amaba su mirada al escucharme hablar de lo mucho que lo amaba, y de lo necesario que era en mi vida. Él simplemente me sonríe, acariciando mi mano- Y bueno...ahora ya sabes de mis ex parejas...como te he dicho, tampoco eran muchas- Agrego, riendo un poco. Él se ríe.
-Gracias por contarme...me gusta mucho saber de ti- Comienza a decir, sonriéndome- Veo que tú también has tenido muchos momentos de confusión, como yo...aunque no de la misma manera pero...entiendo ese sentimiento de pensar que no encontrarás a nadie, de rendirte y simplemente darte por vencido pensando que no hay nadie hecho para ti, y que es mejor estar solo...- Agrega, y yo asiento, pues tenía razón, cada quien por su lado, habíamos tenido momentos de muchísima incertidumbre y confusión- Pero mira...al final sí que había alguien...- Termina por decir, sonriéndome. La sonrisa que ya tenía en mi rostro se hace aún más grande con sus palabras, mientras que mi corazón comienza a saltar emocionado, enamorado, porque Raúl tenía razón, había alguien perfecto para mí, solo que había llegado más tarde de lo que creí, había llegado en un momento inesperado, por sorpresa, pero había llegado en el momento justo, de la forma más perfecta y caótica posible, y amaba eso, amaba el caos dentro del cual nos conocimos, amaba que no habíamos empezado como dos personas normales que se conocen y se enamoran, habíamos estado llenos de dudas, de confusión, de dolor y de pesadumbrez, pero todo era perfecto, como debía ser, cuando debía ser.
Sintiéndome demasiado feliz, con la compañía perfecta en el sitio perfecto, me acerco a él sobre la mesa, tomando su rostro y acercándolo a mí, besando sus labios con el toque más dulce de todos, sintiendo en mi cuerpo de todo, sintiendo emoción, sintiendo amor, encantado por un roce tan suave, con sus tersos labios bailando con los míos, con estas vistas a cientos de metros del suelo, volando, entre nubes.
Una vez me separo de sus labios, me le quedo mirando fijamente, amando haberle contado de mí, de mis parejas, de mis dudas, de mis vivencias, y aún faltaba, aún quedaba mucho más por contar, pero no había prisa, porque teníamos toda la vida por delante, contando momentos y vivencias de cada quien, hasta que hubiera un momento en que no habría necesidad de contarnos de nuestras vidas, porque ambos seríamos parte de todas las vivencias del contrario.

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