Capítulo 28

537 71 7
                                    

Apilo documento tras documento, haciendo dos montones, uno de documentos por archivar, y otro de documentos por firmar. Me encontraba bastante concentrado, como llevaba ya toda la mañana, pues tenía bastante trabajo, algo que realmente me gustaba, pues el día se me pasaba más rápido.
Una vez termino de apilar todos los documentos, tomo el montón de papeles que el señor Reborn debía firmar, y me dirijo a su oficina.
Al entrar, me lo encuentro en una llamada, una que yo mismo le había enlazado cinco minutos atrás, y al notar mi presencia, lo veo levantar su dedo índice, en señal de que lo esperara un momento.
Yo asiento y entro sin hacer ruido, acercándome a su escritorio con el montón de documentos en mis manos, mientras espero a que termine la llamada.
-Vale entiendo...si...si correcto....vale- Dice mi jefe a la persona que se encuentra al otro lado del teléfono, quien yo sabía que era uno de los contadores de la empresa, ya que había hablado con él antes de pasarle la llamada al señor Reborn- Vale pero necesito esos ingresos para esta semana...si...no no tengo problema...así es...- Continúa diciendo mi jefe, mientras yo me dedico a mirar la vista por el gran ventanal que se encontraba detrás de mi jefe. Me pierdo en la ciudad, en los coches pasar a lo lejos, en las nubes moviéndose lentamente por el cielo, mientras de fondo, la voz de mi jefe resuena por toda la oficina, esa voz tan grave y varonil que lo caracterizaba. Luego de un par de minutos más, finalmente termina la llamada, y es entonces cuando me llama, haciéndome desviar mi mirada del cielo, para verlo a él.
-Vale ya está, disculpa- Me dice - ¿Qué necesitas?- Pregunta.
-Vengo a dejarle estos documentos para firmar, estos de aquí puede firmarlos cuando tenga tiempo, pero estos de acá los necesito de forma urgente, ya que los están esperando en Dirección- Respondo, señalandole los diferentes documentos con mis manos.
-Vale bien, ahora mismo te los firmo- Me dice. Lo veo tomar un bolígrafo, para después, comenzar a firmar los papeles. Yo lo observo mientras lo hace, perdiéndome de pronto en sus manos, unas manos bastante bonitas, y grandes. Decido mirar hacia otro lado, observando detenidamente las estanterías llenas de libros que se encontraban en la parte derecha de la oficina, hasta que luego de unos segundos más, mi jefe habla de nuevo- Vale ya está, aquí los tienes- Me dice, tendiendome los documentos- Más tarde firmo estos de aquí ¿Vale? Pasa que ahora mismo estoy algo liado- Agrega. Yo asiento, tomando los documentos que acababa de firmar.
-Sin problema- Le respondo- Me retiro, con permiso- Agrego, decidido a salir, sin embargo, mi jefe me detiene.
-Un momento Álvarez- Me dice, por lo que me giro hacia él- Ya he terminado con estas facturas, por lo que necesito que las archives, por favor- Me dice, tendiendome unas cuantas facturas, las cuales tomo.
-Vale, ahora mismo me pongo a ello- Le comento.
Hacía ya una semana que había cambiado el sistema de archivado, el cual estaba funcionando bastante bien, pues el señor Reborn estaba feliz con él, ya que con el antiguo, tardaba demasiado en encontrar cada cosa, y eso le causaba frustración y a veces mejor acudía a mí para yo buscar los documentos que necesitaba. Había recibido ya varios comentarios positivos de su parte a lo largo de esta semana, algo que me llenaba de alegría, pues me enorgullecía de mi propio trabajo, de la forma en que estaba funcionando, y sobre todo, me hacía feliz ayudar al señor Reborn.- ¿Necesita algo más?- Le pregunto a mi jefe antes de salir.
-Ah si, de hecho si, una cosa más- Me dice- ¿Me podrías decir cuándo tengo reunión con el departamento de recursos humanos?- Me pregunta. Yo pienso por un momento, sin poder recordarlo.
-Eh...ahora mismo no recuerdo, pero permitame ir por la agenda y se lo digo- Respondo.
-Vale, perfecto- Responde, volviendo a concentrarse en su ordenador. Yo me dirijo hacia mi escritorio, donde dejo los papeles que llevaba en mis manos, para después, tomar la agenda y volver hacia la oficina del señor Reborn.
-Vale...por aquí lo tengo- Comienzo a decir, buscando en las páginas. Queriendo buscar más rápido, decido tomar el bolígrafo que me encontraba sosteniendo en una mano, y posarlo en mi boca, teniendo así ambas manos libres para buscar entre las hojas de mi agenda. Leo en varias páginas las citas que tenía mi jefe este mes, aunque aún sin encontrar la que él me estaba pidiendo. -Un momento...- Comento con algo de dificultad, mientras veo de reojo cómo mi jefe me observa, sin decir nada, hasta que luego de unos segundos más, habla.
-Sa...¿Sabes qué? Déjalo así...no me...es decir no...no necesito saber...o bueno si, pero no ahora...mejor ve a tu...ve a tu escritorio y me lo...y lo buscas, y después me lo dices...¿Vale?- Me dice, hablando de forma demasiado rápida y balbuceando. Yo me le quedo mirando, con el ceño fruncido.
-Eh...vale, lo busco y después le digo cuándo es- Le digo, quitándome el bolígrafo de la boca para poder hablar bien.
-Vale...- Responde mi jefe sin más, volviendo a su ordenador.
-¿Algo más, señor?- Le pregunto.
-No no...nada- Responde, sin mirarme.
-Bien, con permiso- Le digo, dirigiendome a la salida.
Una vez de vuelta en mi escritorio, continúo buscando esa reunión que me había preguntado el señor Reborn, y luego de un minuto buscando entre las hojas, la encuentro. Con una mano, tomo el teléfono y presiono el pequeño botón que me comunicaba directamente con mi jefe, quien responde al segundo tono.
-Dime- Responde.
-Ya he encontrado la reunión señor...es el día quince de este mes, a las cuatro treinta, en la sala de reuniones del departamento de recursos humanos- Le digo.
-Vale...vale perfecto, gracias, Álvarez- Me dice, para después, colgar la llamada de forma repentina.
Yo dejo el teléfono de nuevo en su sitio y continúo trabajando, aunque tan solo cinco minutos más tarde, el teléfono de mi escritorio suena.
-Oficina del señor Reborn- Digo al responder.
-Hola Raúl, soy Andy- Me dice Andy al otro lado del teléfono.
-Ah hola Andy ¿Qué tal?- Respondo.
-Pues mira, quiero saber si Reborn estará disponible para ir a comer hoy ¿Me lo podrías comunicar por favor?- Me pregunta.
-Claro que si, ahora mismo- Respondo.
-Muchas gracias- Me dice, para después, presionar un pequeño botón y enviar la llamada a la oficina de mi jefe.
Continúo con el papeleo, hasta que luego de diez minutos, veo a Andy caminando hacia mi escritorio.
-Hola, buenas- Me dice una vez llega, con una sonrisa en su rostro.
-Hola Andy- Le contesto- ¿Os vais a comer?- Le pregunto, sabiendo la razón de que se encontrara aquí.
-Así es- Me responde.
-Vale, déjame le aviso al señor Reborn que estás aquí- Le comento, para después, tomar el teléfono y llamar a mi jefe.
-Dime- Responde.
-Disculpe señor, pero tengo aquí a Andy- Le comento.
-Vale bien, ahora salgo- Me dice.
-Vale- Le digo y cuelgo la llamada.- Ahora viene- Le digo a Andy, quien asiente.
-Vale- Me responde, reposando ambos brazos en mi escritorio- ¿Y qué tal te encuentras? ¿Con mucho trabajo?- Me pregunta. Yo me encojo de hombros.
-Pues...lo normal, supongo, he estado con más trabajo- Digo, ordenando papeles.
-Vale...- Responde, mirando mi escritorio - Oye y...ahora que ya llevas dos meses aquí...¿Qué tal te está pareciendo? ¿Cómo te has sentido?- Me pregunta.
-Muy bien, la verdad es que he conseguido adaptarme al trabajo y tal, estoy muy cómodo- Le respondo, pues realmente era así, me gustaba mi trabajo, y sentía que lo hacía de una buena manera, a juzgar por lo que el señor Reborn me decía constantemente. Andy sonríe.
-Me alegro...pero más allá del trabajo ¿Qué tal te estás adaptando con Reborn? Sé que es un dolor de cabeza, y si te soy sincero, no sé como alguien podría aguantar dos meses como su asistente- Me dice, riendo, evidentemente en broma. Yo me rio también, aunque sintiéndome de pronto algo tenso, pues si bien había sido difícil al principio, ahora mismo me sentía en cierto sentido cómodo con mi jefe, sin embargo, aún continuaba el pequeño detalle de que me atraía mucho, demasiado en realidad, aunque eso evidentemente no tenía por qué decirselo a Andy.
-Ah...pues bien...es decir, si que ha sido algo difícil adaptarme a su forma de trabajar, pero ahora me gusta...su forma de trabajar, me gusta su...su forma de trabajar- Digo, extremadamente nervioso y sintiendo que era demasiado obvio. Andy asiente, sonriendo, mientras yo siento que por imbecil, había hablado de más.
-Vale- Me responde- Pues que bueno que estés cómodo, y también Reborn...es decir...también a él lo veo cómodo contigo, no sé, pensé que tardaría más en adaptarse a ti pero...veo que no- Me dice.
-¿Ah si?- Le pregunto, de pronto sintiendo que la conversación estaba tomando un rumbo interesante.
-Si...por ejemplo con Alex lo veía, muy cómodo, siendo su asistente por años, ya confiaba mucho en él, y Alex sabía la forma en que era Reborn, a la perfección- Comienza a decir, mientras juega con un lápiz, moviendolo de un lado a otro sobre mi escritorio- Y como te digo, pensé que Reborn tardaría más tiempo en adaptarse a alguien nuevo, y con lo raro que es él, en cuanto al orden y cómo le gustan las cosas, pues no sé, pensé que tardaría más en...en estar tan tranquilo con su nuevo asistente- Termina por explicar. Yo sonrío, sintiéndome feliz de que alguien que conocía tan bien al señor Reborn, estuviera diciéndome que mi jefe se sentía cómodo conmigo.
-Pues me alegro, es decir, que se sienta cómodo con mi trabajo es justamente lo que estaba buscando al momento de entrar a trabajar para él- Comento, recordando lo mucho que me había esforzado por que el señor Reborn sintiera que yo era lo suficientemente bueno para trabajar para él, así como lo era Alex.
-Ya pero...no me refiero solo a tu trabajo, quiero decir...Reborn se siente cómodo contigo, como persona...- Comienza a decir- Mira, con decirte que nunca había invitado a ninguno de sus asistentes anteriores a comer, eso quiere decir que de verdad le agradas- Agrega, y de pronto, mi corazón comienza a latir deprisa. Sin saber qué decir, y sintiendo que me había ruborizado a más no poder, decido continuar con mi papeleo.
-Pues...está bien saberlo...él también me...él me...- Comienzo a decir, pero justo en ese momento, el señor Reborn aparece.
-Vale ya estoy, perdona, que estaba enviando un correo- Le dice mi jefe a Andy.
-No pasa nada, pero por hacerme esperar, tú invitas- Le responde Andy.
-Joder- Dice mi jefe, para después, mirarme. - Vuelvo en una hora, si necesitas algo, me llamas- Me dice. Yo asiento, sintiéndome nervioso por la reciente charla con Andy.
-Si señor- Respondo, sonriendole a ambos. Andy y mi jefe caminan a los ascensores, y mientras los observo alejarse, pienso en las palabras de Andy, específicamente en eso de que mi jefe no solía ir a comer con sus asistentes, y si me había invitado a mí, era porque le agradaba. Mi corazón nuevamente se acelera con esas palabras, mientras yo me digo a mí mismo que no tenía por qué significar nada en especial, ya que podía simplemente agradarle como empleado.
Desde que había comenzado a sentir esta atracción por mi jefe, la verdad era que nunca había considerado, ni por un segundo, la posibilidad de que él se sintiera de la misma manera, pues para empezar, él era heterosexual, eso lo sabía bien, y además, siendo el señor Reborn como era, jamás se permitiría intentar ser algo más con alguien que trabajaba para él, pues si en un principio me había dicho que no lo considerara ni siquiera como un colega, era todavía más improbable considerarlo como algo más. De cualquier manera, yo no pensaba hacer nada, ni actuar en cuanto a mi atracción por él, pues sabía que era algo meramente físico, algo que tal vez con el paso del tiempo se iría, además, sabía que sería total y rotundamente rechazado, en dado caso de que se me ocurriera hablarle acerca de lo mucho que él me gustaba, algo que evidentemente no iba a hacer.
Con todo eso en mente, intento explicarle a mi corazón que no se emocionara ante las palabras de Andy, ni por el hecho de que al parecer, yo le agradaba a mi jefe, sin embargo, era obstinado, por lo que continúa latiendo rápidamente, sin querer prestar atención.
Dejo de darle vueltas a lo mismo, queriendo concentrarme de nuevo en mi trabajo y deseando que el día se fuera rápidamente hasta terminar la jornada laboral.

¿Solo mi jefe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora