Capitulo 54

701 76 34
                                        

Me quedo mirando la puerta, sintiendo mi corazón a mil por hora, sintiendo mis piernas temblar, amenazandome con ceder y hacerme caer. Veo a mi jefe alejarse, lleno de tristeza, lleno de sufrimiento, o al menos eso es lo que pude ver en su mirada, y debía decir que así me sentía yo, me sentía exactamente igual, dolido, con mi corazón pesando en mi pecho, porque quería ir con él, porque el beso que acababa de dejar en mi mejilla me dejó sin fuerzas, sin aliento, me dejó deseando más, pero sobre todo, me dejó triste, demasiado.
Dejo salir un pesado suspiro, dándome cuenta de que tenía que salir de aquí, tenía que irme de esta fiesta, porque no podía seguir aquí, con Carlos a mi lado, con mi jefe a lo lejos mirándome con él, no podía seguir fingiendo que me lo estaba pasando bien, cuando la verdad era que desde que vi a mi jefe por primera vez en la fiesta, quise irme, quise simplemente dejar de verlo porque me dolía demasiado.
Aún con mis piernas temblando, y con el recuerdo de los labios de mi jefe provocandome de todo, me encamino a la puerta, entrando al edificio, para después, dirigirme al ascensor y volver a la fiesta, en la cual había una música ahora bastante animada, una que tenía a la mayoría de invitados bailando en el centro. Me dirijo hacia donde había dejado a Carlos antes de ir a fumar, y una vez lo encuentro, tomo su brazo, llamando su atención. Él se gira.
-Hola, por fin vuelves- Me dice, sonriente.
-Ya...- Comienzo a decir, sintiéndome culpable.- Escucha...estoy...estoy algo cansado, la verdad es que me...me gustaría irme a casa ya- Le digo, y él asiente rápidamente.
-Vale sin problema- Me dice, con su mirada llena de preocupación- Pero...¿Te encuentras bien?- Me pregunta. Yo asiento.
-Sí sí, estoy bien no te preocupes...- Le digo, sonriendo, intentando parecer tranquilo.
-Vale bien, pues vamos entonces- Me comenta. Yo asiento, para después, dirigirme con los compañeros con los que habíamos estado charlando toda la noche, y una vez me despido de ellos, Carlos y yo nos dirigimos al ascensor, bajando hasta recepción, y al encontrarnos fuera del edificio, comenzamos a caminar hacia mi coche.
-Oye pues me ha gustado la fiesta- Comienza a decir Carlos- Ha estado muy divertida, y tus compañeros la verdad es que me cayeron bastante bien- Agrega. Yo asiento.
-Sí, sí son...son buena gente- Le comento, algo despistado.
-¿Seguro que estás bien Raúl?- Me pregunta. Yo me giro a verlo, dedicándole una sonrisa, intentando parecer tranquilo, cuando en realidad me encontraba con un tormento dentro de mí.
-Estoy bien...es solo que estoy cansado- Comienzo a decir, mientras caminamos a mi coche- Tanta gente junta en un solo lugar...me fastidia, ya sabes- Agrego. Carlos asiente.
-Ya, lo sé- Me responde- Pero para ser tu primer fiesta de la oficina ¿Te ha gustado?- Me pregunta. Yo pienso en qué responder, mientras un escalofrío me recorre el cuerpo al recordar a mi jefe sosteniendome en sus brazos, bailando conmigo, besando mi mejilla, mirándome de esa manera que me desarmaba en segundos.
-Sí...me ha gustado- Respondo sin más.
Una vez encontramos mi coche, subimos ambos, para después, dirigirme a casa de Carlos.
Luego de 10 minutos, charlando acerca de la fiesta y de varias cosas, llegamos a su casa.
-Muchas gracias por invitarme, me lo pasé muy bien.- Me comenta. Yo le sonrío, aunque de forma forzada, pues me encontraba triste.
-Gracias a ti por venir conmigo...- Le respondo, y aunque lo había pasado bien con él, tenía que admitir que me había arrepentido de haberlo invitado, porque pude ver en el señor Reborn tristeza al verme con Carlos, algo que obviamente no quería provocarle- Hablamos después ¿Vale?- Le comento, y él asiente.
-Hablamos- Me responde, para después, acercarse y darme un abrazo. Una vez se separa, baja del coche, entrando a su casa segundos después. Yo comienzo a avanzar, yendo directamente a casa, queriendo quitarme esta ropa y meterme en la cama, aunque sabía que dormir iba a ser difícil, me iba a ser demasiado complicado conciliar el sueño después de la noche de hoy, pues mi piel seguía emocionada con ese baile que tuve con mi jefe, con esa forma en que me sostuvo en sus brazos, mirándome a los ojos. A pesar de querer mantenerlo alejado de mí, debía decir que esta noche se me había hecho muy complicado, pues no pude rechazar su petición de bailar conmigo, así como tampoco pude evitar reposar mi cabeza en su pecho, algo que hice sin pensar, algo que sabía que era un acercamiento muy personal, pero me era necesario, y al hacerlo, el ritmo de su corazón me confirmó lo que él tanto me decía, porque lo pude escuchar, lo pude sentir latiendo de forma exageradamente rápida durante todo nuestro baile, lo pude sentir emocionado, lo pude sentir enamorado, porque latía exactamente al mismo ritmo que el mío.
Aún con todo eso, tenía muchas cosas que pensar, necesitaba meditar todo lo que había sentido esta noche, necesitaba aclarar mis ideas, porque estaba demasiado confundido, y sentía que estaba cometiendo errores, sentía que me estaba equivocando con todo lo que hacía últimamente.
Una vez llego a casa, me quito la ropa rápidamente, dejándome caer en la cama, aunque como ya sabía que pasaría, el sueño no llega, y en su lugar, llega mi jefe a mi mente, abrazándome, bailando conmigo, besando mi mejilla, provocandome escalofríos, y con esa imagen, las horas pasan, horas en las cuales me dedico a pensar, demasiado, hasta que finalmente, me quedo dormido.

¿Solo mi jefe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora